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Pasaban los días y no volvieron a saber nada del grupo de ángeles, cada vez que iban al mundo humano el cenizo buscaba, aunque el mismo lo negara al ángel de cabellera castaña pero nunca se volvieron a cruzar con ella. El cenizo parecía molesto hasta casi se podía decir que irritado en estos últimos días pero en cambio el pelirrojo estaba más distraído y con un aire melancólico.

No podía dejar de pensar en la castaña y en el sueño que había tenido en los últimos días, tampoco sabía porque volvía a tener ese sueño. Hace cinco siglos que no tenía ese tipo de sueño pero ahí estaba otra vez; recordando una amiga perdida y un dolor punzante en su consciencia, según el nadie notaba su cambio de humor ya que delante de sus amigos y conocidos actuaba igual que siempre, pero si había alguien que había notado su cambio.

Pasaban los días y el pelirrojo seguía teniendo ese cargo de consciencia, no podía olvidarla como hizo hace siglos, no. Después de haber terminado la jornada escolar como todos los otros días el grupo de demonios habían acordado que se reunirian en la casa del cenizo para pasar una noche divertida, ya que ambos padres del mencionado no estarían presentes en toda la noche lo que significa libertad en todo el sentido de la palabra, pero el pelirrojo prefirió declinar la oferta de sus amigos alegando al cansancio y a que tenía que realizar unos mandados para su madre; a lo cual sus amigos lo entendieron y se despidieron de él.

El pelirrojo se dirigió a su casa y después de haber estado unas horas en la misma se sintió encerrado por lo que decidió salir a caminar para tratar de despejar su mente de todos los pensamientos e ideas que lo estaban atormentando de a poco, mientras más caminaba peor se sentía porque esos pensamientos no abandonaban su cabeza y sin darse cuenta estaba parado delante de la puerta que conectaba su mundo con el humano así que sin pensarlo un solo segundo más atravesó las puertas, tal vez y con suerte lograria despejar mejor sus ideas.

Mientras tanto

No podía creer que otra vez se encontraba en el mundo humano, no entendía porque volvía a pasar esto ya que había pasado un buen tiempo desde la ultima vez que le sucedía esos tipo de transportaciones; ella estaba con sus amigos saliendo de clases conversando normalmente y de pronto ella comenzó a brillar y antes que se dieran cuenta ella había desaparecido otra vez, al abrir sus ojos otra vez se encontraba en el mundo humano.

No le quedaba de otra que comenzar a caminar un poco por los lugares mientras esperaba que aizawa-sensei o sho-kun o quien sea viniera a buscarla, mientras más caminaba y se adentraba en la ciudad no podía evitar maravillarse con los grandes edificios coloridos, con imágenes llamativos y sus grandes espacios de entretenimiento; no creía todo lo que poseían los humanos.

Pero aún así se sentía triste que aún teniendo esas grandes cosas aún querían más, sabía que no todos los humanos eran así pero ella no era quien para juzgarlos. Mientras caminaba veía todo a su alrededor con curiosidad hasta que llegó a estar parada enfrente de una pequeña pastelería que al parecer también era una cafetería, por las pequeñas mesas en su interior, aún parada afuera pudo notar los deliciosos postres que exhibían las pequeñas vitrinas y lo cálido del lugar; de verdad le gustaría mucho entrar a ese pequeño lugar pero no podía ya que debía quedarse en un lugar a la vista de cualquiera de sus amigos para que así sea más fácil localizarla así que con un poco de resignación decidió alejarse de ese pequeño lugar.

No muy lejos

El pelirrojo había llegado en medio del atardecer al mundo humano y comenzó a caminar para dirigirse al centro de la ciudad, en donde sabía que se encontraba los distintos centros de entretenimiento construidos por los humanos, durante su caminata no podía evitar pensar en una melena castaña e inevitablemente todos los recuerdos de su niñez volvieron rápidamente e igualmente el sentimiento de culpa; se culpaba de todo lo sucedido aunque no todo fuera así pero más se culpaba por haber huido como un cobarde.

My ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora