Pasaba el tiempo y nadie decía ni hacía nada, la castaña podía sentir el nerviosismo y la tensión que estaba teniendo su amigo pelirrojo en ese momento pero no entendía bien el porque de su actuar, ya que la persona que estaba parada en la entrada del parque se trataba de otro demonio.
Mientras pasaba el tiempo tanto el pelirrojo como el cenizo mantenían una "guerra" de miradas donde uno miraba con total nerviosismo y otro con fastidio e ira, aunque el cenizo no entendía bien porque de pronto sentía tantas ganas de golpear en el rostro a quien se hacia llamar su mejor amigo y también estaba sintiendo una ira creciente al ver como el pelirrojo había cubierto a la castaña con su cuerpo ni bien escucho su voz.
No sabía bien porque había cubierto la presencia de la castaña con su cuerpo pero algo en su interior le decía que tenía, no mejor dicho, debía hacer eso. Se le ocurrió mostrarle a su amigo su típica sonrisa y humor feliz para que no sospechara de su nerviosismo.
-Bro!!.- Le saludo alegre el pelirrojo levantando una de sus manos como acostumbraba a soludarlo.
Por parte del cenizo no hubo ningún tipo de respuesta ante el saludo habitual de su amigo sino que endureció más su vista; al no ver una respuesta por parte del cenizo el pelirrojo se sintió cada vez más nervioso y fue mayor el sentimiento al ver como su amigo comenzaba a acercarse hacia ellos con una expresión seria y furiosa; cada paso que daba el cenizo, el pelirrojo sentía como por todo su cuerpo recorría un sudor frío y como el creciente miedo se apoderaba de él haciéndolo temblar como una gelatina.
Por un momento había olvido que se encontraba acompañado pero gracias a la acción realizada por la castaña allí presente, que al tomarlo de la manga de su camisa, la recordó, pero al girar su rostro lo que observo logro dejarlo sin palabras ya que la expresión de terror que tenia la castaña al observar como se acercaba el cenizo era esa misma que habia visto por ultima vez hace muchos años.
El shock y los recuerdos de ese día atacaron la mente del pelirrojo sin piedad: los gritos, el olor y calor del fuego, el color carmesí de la sangre por todos lados; por un momento sintió que todo a su alrededor giraba rápidamente y sin parar, las náuseas y lágrimas querían hacer acto de aparición. Pero la voz casi destrozada y temblorosa de su amiga lograron sacarlo de sus tortuosos recuerdos.
-ki...ki-kiri-kun.- Dijo la castaña a medida que intensificaba el agarré sobre la camisa de su amigo y su voz temblaba.
Kirishima estaba completamente paralizado, sentía que estaba entre la espada y la pared, conocía el carácter de su amigo y sabía que si no le daba un tipo de explicación coherente este explotaria, literalmente, pero como le explicaba la situación a su mejor amigo sin que este lo creyera un loco.
Pero a medida que el cenizo avanzaba el pelirrojo se daba cuenta que se estaba quedando sin tiempo y sin ideas, sentía como el agarré de su amiga se intensificaba y comenzaba a temblar con cada paso del cenizo. Una sola idea paso por su cabeza, era arriesgada, considerando quien era su amigo pero no tenía opción. Se aseguro que el cenizo estuviera suficientemente cerca de ellos endurecio rápidamente su brazo, el que no sujetaba su amiga, y dio un golpe al suelo creando así una grieta entre ellos y por consecuencia una gran nube de humo.
Aprovechando la situación el pelirrojo tomo la mano de la castaña y tiro rápidamente de ella, tal vez no era de hombres salir corriendo, pero creía no tener otra opción, por su parte la castaña estaba sorprendida por la fuerza que poseía su amigo aunque esa impresión inicial paso rápidamente, era un demonio, era obvio que iba a poseer esa fuerza pero no opuso resistencia al plan de su amigo.
Ambos corrían lo más rápido que sus piernas daban, el pelirrojo pensaba rápidamente a que lugar podían dirigirse para que el cenizo no los encontrará aunque sabía que no duraría mucho el escondite que escojiera, ya que el cenizo también conocía la ciudad, aunque primero debía salir del parque sin que el cenizo los alcanzará. Estaba tan concentrado pensando los posibles escondites que el miedo se apoderó rápidamente de él al escuchar un grito.
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My ángel
Romance"El amor entre un ángel y un demonio esta estrictamente prohibió"... Lo sabían... Lo sabían perfectamente pero aún así... Aún así seguían viéndose a escondidas, reían, sonreían y lloraban, en pocas palabras eran felices pero todo comienzo tiene un f...