Las cosas se habían vuelto incómodas para Hyungwon desde hace una semana. Luego de la charla entre Hoseok y Dong Sun, la relación con éste último se había vuelto asfixiante. Hyungwon buscaba refugio en su bebé y a pesar de usarla como excusa la mayor de las veces, no sé arrepentía.
Mientras que Dong Sun le llamaba a diario, cada hora y le pedía verse en el almuerzo y antes de la cena o hacer videollamada antes de dormir, Hoseok mantenía un ritmo tranquilo. Hyungwon agradecía que no lo presionara aunque su decisión estuviera casi tomada.
Por las mañanas, Hoseok le dejaba una caja de jugo de durazno y un mochi de un color diferente cada día junto a una notita deseándole un buen día y al final, un corazón. Sonreír por una hora imaginando lo guapo que se vería Hoseok escribiendo en ese trozo de papel color pastel. No sabía si sentirse tranquilo o decepcionado de que Hoseok no mencionara la noche en qué tuvieron sexo, probablemente existía una buena razón para eso y él quería escucharla.
—No es necesario que vayas hoy a la tienda, cariño. La fuga de agua aún no está del todo controlada y no quiero que te pase algo —Sung Kyung besó la frente de Haneul y la devolvió a su cuna. —Iré a supervisar la reparación y volveré por la tarde.
—Está bien —sonrió acomodándose en el sofá para ver una película. —¿Qué le gustaría comer hoy?
La mujer entrecerró los ojos colocando un dedo en su mentón.
—¿Pasta? ¿Albóndigas? —sugirió dudosa. —Y un buen vino.
Hyungwon asintió buscando su iPad. —Investigaré y le traeré el mejor vino.
Sung rió enternecida.
—No es necesario que te esfuerces mucho Wonnie, al final siempre terminas sorprendiéndonos —exclamó. —Muy pronto serás todo un hombre de sociedad.
—No sé si eso sea para mí.
Hyungwon desvió la mirada hacia la bebé que agitaba sus piernas al aire intentando alcanzar el móvil músical, sonrió llevando una mano a su pecho muerto de ternura por las cortas risas de la bebé.
—Creo que mi lugar está aquí, junto a Haneul.
Sung Kyung se acercó a él con cautela. —Y tal vez a lado de alguien más —susurró en su oído.
La piel de Hyungwon se erizó y su corazón se detuvo por una milésima de segundo. Giró hacia la mujer pero ella se alejaba con una sonrisa pintada en su rostro. Esperaba que no fuera lo que él estaba pensando o estaría apenado con la familia Lee pues no era la imagen que quería darles y acostarse con Hoseok aún teniendo pareja, podría ser el pase directo a la calle.
—Tranquilízate Hyungwon, solo es tu imaginación—se convenció a sí mismo. No estaba en condiciones para preocuparse con todo el estrés que le acusaba mantener a raya los celos de su novio.
"Llegaré antes de la cena. No podré verte para almorzar. Te quiero ❤️"
Hyungwon sonrió leyendo y releyendo el último mensaje que Hoseok le había enviado. Estaba un poco triste porque los planes de hacer un almuerzo adecuado a la dieta de Hoseok se vinieron abajo pero sus ánimos subieron al confirmar que estaría para la cena. Ahora, con más razón se esforzaría por preparar los mejores platillos.
"Saldré temprano, te veo en tu casa 🤍"
—Fingiré que eso no me enojó —dejó el celular en el sofá sin molestarse en contestarle a Dong Sun y retomó la investigación de los vinos.
Más tarde, con el pedido de la botella de vino, sacó a Haneul del cuna y la metió a la carriola junto con sus peluches para llevarla a la cocina. Probó varias salsas y usó el paladar de las sirvientas como sus jueces. Al final optó por solo dos salsas, que fueron las más votadas, y volvió a repetir la preparación.
