—¡Es hora de divertirnos! —gritó a todo pulmón extendiendo sus brazos.
—No tienes porque gritar.
—¡Ay, por favor Kihyun! No es momento para tus regaños –dijo sonriéndole a una rubia de metro noventa con cuerpo de infarto. —¡Es momento de gozar!
Kihyun chasqueó la lengua por el roce constante de las chicas que bailaban a su alrededor.
—Acabas de terminar con tu novia —exclamó un poco fuerte para que su voz fuera escuchada por sobre la música. —Al menos ten un poco de respeto.
—Soy un hombre que fue engañado. A mí no me tuvieron respeto, Kihyun.
—¿Lastimaron tu corazón, precioso? —preguntó una morena pegándose al pecho del pálido. —Soy muy buena curando desamores. Si vienes conmigo no te arrepentirás.
–¡Oh! Eso lo tengo que ver....
Hoseok avanzó detrás de la chica pero fue jaloneado por Kihyun regresándolo a su lugar anterior.
–No estoy del todo seguro de quién engañó a quién pero no pienso interferir en tus actos –Ki se rindió luego del forcejeo constante del mayor. Caminó hacia el área VIP reservada con un sonriente Hoseok siguiendo sus pasos.
Hoseok y Kihyun eran amigos y cómplices. Se conocieron en el aeropuerto hace cuatro años cuando Hoseok viajaba hacia Alemania para especializarse como pediatra. Coincidieron en la sala de espera. El destino, el vuelo y los asientos eran los mismos. Las casi veinte horas de viaje de Seúl a Berlín, las usaron para conocerse y ahí se dieron cuenta que asistirían a la misma universidad, la situación en general fue bastante divertida y hasta la fecha, cada que lo recordaban volvían a reír. Los dos ya habían culminado su especialidad y solo esperaba la certificación. Kihyun escogió cirugía pediátrica y Hoseok prefiero quedarse en pediatría, después de todo se complementarían en el trabajo. Al ser hijos de familias ricas tenían seguro una plaza en los mejores hospitales de Corea por lo que sería cuestión de escoger el que mejor se adaptara a ellos.
Como mencionó antes Ki, el pediatra recién había terminado su relación. No había sido un noviazgo de mucho tiempo, si al caso tres meses pero fueron suficientes para que Hoseok reconociera que ella no era digna de llevar el apellido Lee. Encontró a la chica en SU departamento con otro hombre en SU cama. Sinceramente no le habría importado la infidelidad porque no sentía nada más que una atracción pero si le molestó el hecho de ser engañado en su propio departamento. Al menos hubieran tenido la amabilidad de hacerlo en un hotel o en la casa del chico. Después de ver a su novia en tal acto, llamó a su padre pidiéndole otro pent-house porque ni de chiste volvía a dormir ahí, aunque la mayor parte del tiempo dormía en el departamento de Kihyun, ya que ahí siempre había comida. Kihyun le dijo hasta el cansancio que esa chica no le convenía, incluso le habló de la vez que la muchacha intentó besarlo, que por cierto, ninguno tuvo problema al hablarlo. Hoseok sabía las preferencias de Kihyun y los valores del bajito, no existía manera de ser traicionado por su mejor amigo.
—Te veo un poco aburrido ¿Nos vamos?
Después de un rato, Hoseok se acercó al sofá donde dormitaba Kihyun. El castaño claro negó con una media sonrisa.
–No, estoy bien —alzó su cerveza ensanchando su sonrisa. –Estamos aquí para celebrar tu soltería, mi sueño puede esperar. No todos los días eres libre... espera —entrecerró los ojos mirando su botella. —¡Todos los días eres libre!
Hoseok sacudió la cabeza riendo.
–¿Seguro? Podemos irnos si quieres.
—¡No!