Era casi una costumbre ver salir a Hyungwon cada dos o tres días. No había un horario fijo en que el chico saliera, independientemente de su horario laboral, Hyungwon iba a citas por la mañana, en la tarde o se iba antes de la cena y regresaba pasada la medianoche. Hoseok no entendía porque sus padres le daban esas libertades al chico sin cuestionar nada, cuando él iba de fiesta con Kihyun su padre le repetía que no tomara mucho ni hiciera estupideces. Oh, pero si se trataba de Hyungwon su madrastra le festejaba y rogaba para cuidar de Haneul. La mayoría de veces que Won iba de citas llevaba a la bebé pero cuando el clima era muy malo tenía que quedarse en casa con los señores Lee. No le molesta cuidar de Haneul, en cambio se divertía mirando las caricaturas con la bebé y haciendo juegos de estimulación.
Hoseok aún no lograba saber con quién se veía Hyungwon. Al principio creyó que se trataba del chico de hoyuelos, sin embargo, hace unos días los escuchó hablar del misterioso hombre con quién se veía Hyungwon. Hoseok no alcanzó a oír el nombre de la pareja de Hyungwon porque Haneul soltó un grito al dejar caer su sonaja. A veces lo niños se hacían presentes en los momentos menos indicados.
Con el bolso de Haneul al hombro, la carreola con la bebé dentro y el celular entre la oreja y hombro, Hyungwon caminaba apresurado hacia la salida de la casa. Hoseok chasqueó la lengua poniéndose de pie.
—¿Otra vez vas a salir? —con los brazos cruzados se paró delante de la puerta. —No puedes ir y venir a tu entero gusto. Pasas más tiempo afuera que en casa ¿O es qué te gusta vivir en la calle?
Hyungwon parpadeó lentamente y al procesar las palabras de Hoseok sonrió.
—Hoy no tengo tiempo para discutir con usted, más tarde puede ir a mi habitación y me suelta todo su veneno —dijo jalando la carreola hacia un lado. Hoseok se movió impidiéndole el paso nuevamente y Hyungwon puso los ojos en blanco. —Si, está bien. Lo esperaré.
Colgó la llamada y guardó el celular en el bolsillo de su pantalón. Hoseok siguió cada uno de sus movimientos con la mirada, suspiró regresando su vista al rostro de Hyungwon.
—¿Tienes permiso para salir? ¿Con quién te vas ahora? —enarcó una ceja. —¿Tu amante vendrá por ti? No me extrañaría que dijeras que sí.
Won resopló frustrado al no poder atravesar a Hoseok. El hombre era enorme y para colmo, no era invisible.
—¡Pedí un taxi! ¿Te molesta? —preguntó sarcástico moviendo su pie con insistencia.
Hoseok bajó los brazos sin quitar su mirada arrogante. Como Hyungwon parecía no hacerle caso, estiró un brazo bajando el toldo para ver a la niña. Sin embargo, el asiento reversible estaba hacia Hyungwon por lo que tuvo que jalar la carriola hasta quedar frente a la bebé.
—La cocinera no vendrá hoy —dijo sacando a Haneul del cochecito con sumo cuidado. —Tendrás que hacer la comida.
—Bien —exclamó derrotado. —Lo haré pero ahora devuelve a la niña porque ya me tengo que ir.
Hoseok negó caminando hacia la sala. El menor suspiró siguiendo a Hoseok con las ganas intensas de arrancarle la cabeza por hacerlo llegar tarde.
—¿Dónde está la madre de Haneul? Ella no debería de permitir que uses a Haneul para asegurar a un chico —afirmó Hoseok sin percatarse del impacto de sus palabras.
Hyungwon se tensó apretando las manos. Esa última pregunta le había dolido mucho, no sabía si por la forma en que Hoseok la hizo o la respuesta de la misma. Hyungwon podía soportar que Hoseok lo molestara por cualquier tonta excusa pero que se metiera con su sobrina y la madre de ella, era diferente y no lo permitiría.
—No sabes lo que dices...
—Claro que lo sé —dijo girándose a hacia Hyungwon. Frunció el ceño confuso por la mirada de odio que el chico le lanzaba.