No me gustan los domingos

Parte C: Único

Recién había terminado la tarea. Eran las cuatro de la mañana y lo único que deseaba era dormir. Pero me encontraba en la cocina preparando unos cupcakes de chocolate.
Tome el recetario que deje a un lado del tazón con la mezcla ya hecha. Leí de nueva cuenta los pasos a seguir. Con todo el sueño acumulado no retenía bien la información.
Ya tenía los capacillos puestos en el molde, el horno ya llevaba calentándose desde hace un tiempo. Solo faltaba cocinarlos.
solté un bostezo en señal de cansancio. Tome el tazón para empezar a vaciar la mezcla. Una vez terminé, lo metí con cuidado en el horno. Solo debía esperar alrededor de veinticinco minutos.
Programé la alarma en mi celular y me senté en el sillón para descansar un poco.

Iba a visitar a mi hermano al hospital en el que estaba internado y una vez allá Mello iría por mi para salir a despejarnos un rato. Tres cupcakes eran para Elle y los otros seis para Mello. Le había prometido aquel postre la última vez que nos vimos. Ya quería ver su expresión cuando Mihael los probara. A decir verdad, no me gustaba cocinar, era una tarea pesada. Pero me llenaba el corazón ver como disfrutaba cada comida que hacía.
Cuando cursábamos la escuela juntos me percate que nunca llevaba almuerzo o dinero para comprar uno. Quizá por eso lucia tan feliz cada que le preparaba algo.

Mantenía la vista fija en el techo, sentía como los ojos se me cerraban poco a poco por lo que puse algo de música en mi celular para hacer ruido y evitar quedarme dormido.
La música que suelo escuchar por lo regular es instrumental, pero estaba consiente que me dormiría en esos momentos. Por lo que realice una playlist que me recordaba a Mihael.

Mello

Me preocupaba lo demacrado que solía verse en ocasiones, pero él no quería abrirse conmigo en ese aspecto. Siempre me decía que estaba bien o desviaba la conversación a otros temas. Deseaba que me contara sus preocupaciones para poder ayudarlo, pero no debía presionarlo. Mello no funcionaba de esa manera, a él se le tiene que brindar su espacio para que cuando esté listo hable porque de lo contrario explota y actúa de manera impulsiva.

La alarma que había programado sonó, sacándome de mis pensamientos bruscamente. Con pesadez me levante para ir a la cocina. Tome uno de los palillos de madera junto con el guante de cocina que deje en la mesa y abrí el horno. Espere un poco antes de meter la mano para verificar con el palillo si estaban completamente cocidos los cups cake. El palillo salió limpio.
Con cuidado tome la charola y la coloque sobre la mesa. Ya tenía preparada una rejilla para dejar enfriar los panecillos, pero antes de pasarlos debía espera unos minutos antes de sacarlos del molde porque al estar tan calientes corría el riesgo de deshacerlos por lo suaves que estaban. Tomé asiento y me recosté sobre mis brazos. Ya quería terminar para ir a descansar un poco...

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Abrí los ojos bruscamente, me encontraba recostado en el sillón de la sala, me levanté con rapidez y pude notar la luz filtrándose a través de la ventana. Busque el celular para ver la hora. Eran las ocho de la mañana. Me había quedado dormido, fruncí el ceño un poco molesto.
Fui a donde el comedor y vi que los cupcakes estaban en la rejilla. A un lado había una nota.

"Coloque los panecillos en la rejilla. Si van ahí ¿Verdad? Por cierto, no pude resistirme y tomé uno. están deliciosos, a tu novio le van a encantar. No te sobre esfuerces. Recuerda que el descanso es importante.
Tu tío Rester :) "

Sonreí levemente. Afortunadamente me desperté a tiempo y podía preparar con calma. Una playera blanca, pantalones de mezclilla y unos mocasines beige que hacían juego con mi chaqueta, conformaron mi vestimenta.
Cepille el cabello rápidamente para después dejarlo suelto, aún estaba húmedo. Sería un error si lo amarraba así.
Baje rápidamente las escaleras, fui a la cocina y guarde los cupcakes en dos toppers para después ponerlos dentro de mi mochila.
Tome mis llaves, cartera y salí de casa.