Parte A- 15: Encrucijada

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Estaba más que claro que Mail me tendió una trampa para que la policía me arrestara.
¡Que estúpido fui! ¿¡Cómo pude creer que realmente me devolvería el dinero!? El vernos en nuestro departamento, no fue más que una excusa barata para asegurarse que iría.

El punto aquí era averiguar que tanto Mail les había dicho...

Solté un suspiro con pesadez.

Aun a pesar de saber cuánta información tenían estaba hundido. Por un lado, la policía ya sabía sobre la venta de la droga y quizá también que fui el responsable de aquellas muertes. Edward no tardaría en saber que me encontraba preso y eso solo significaba la muerte para mí.
Pero... siendo sincero, ya no me importaba lo que me sucediera porque Nate me había visto.
Vio que tenía un arma conmigo, vio como la policía me arrastraba a una patrulla. A estas alturas
era seguro que Nate ya sabía todo sobre mi... Nate se había dado cuenta de la clase de persona que era.

Pase saliva, tenía la garganta seca. La pequeña habitación estaba tenuemente alumbrada por una luz blanca. Fije mi atención en la ventana. Sabía que me observaban desde la otra habitación. El sonido de las esposas rompió el silencio. Me mantenían encadenado a la mesa por haber intentado darme un tiro en la cabeza al quitarle el arma al oficial que me trasladaba a esta maldita habitación.

Solté un leve suspiro a la vez que me removí del asiento. El sonido que hizo la puerta llamo mi atención. Fruncí los labios al ver que era Lester quien entraba, llevaba consigo un folder.
Tomo lugar en la silla de enfrente.
─Mihael, mantener silencio no te va a sacar de aquí. Escucha, Mail Jeevas nos dijo todo acerca de la venta de estupefacientes. En el departamento donde fuiste arrestado encontramos toda la mercancía. Así que, lo mejor para ti será hablar─ Mantenía la mirada fija en mis manos. No podía verlo a los ojos. Me sentía tan avergonzado. Aunque quisiera decir algo, mis labios no me respondían. ─ Tal vez no te quieras ayudar tú, pero Nate te necesita─ Alce ligeramente el rostro ─ Debido a la relación que ustedes tienen, esta bajo sospecha porque puede que él también esté involucrado en esto.
─No...─Susurre débilmente─ él no sabe nada.
─ ¿Estas listo para hablar? ─Me relamí los labios para después fruncirlos. ─ ¿Quieres agua? ─Negue
─ ¿Qué les dijo Mail?
─ ¿Quieres escucharlo? ─ Lester hizo una señal a la ventana.
─ Ey Mello─ La voz de Mail se escuchó en la habitación. Alce el rostro para observar la ventana. ─ No hay escapatoria. ─Un fuerte cosquillo apareció en mi estomago─ Ellos saben todo... y con todo me refiero a todo ─ Pronto sentí como mis mejillas comenzaron a arder. Me levante de la silla. Quería ir hacia la ventana, pero las esposas me detuvieron.
─ ¡Maldito estúpido! ¿¡Te das cuenta de la gravedad de esto!? ¿¡Porque lo hiciste!?
─ ¿Te sientes traicionado verdad? Así me sentí cuando me enteré de que te acostabas con Nate.
─ ¡Mierda! ¡Cállate! ─ Voltee a ver rápidamente a Lester, no lucia sorprendido, pero si decepcionado. Mordí mis labios con fuerza, inútilmente intentaba soltarme.
─ No Mello, ya no me voy a callar.
─ ¿Te das cuenta de que tú también iras a la cárcel?
─Si, y se que es la única manera de salir de aquel mundo de mierda en el que me metí por idiota─ Soltó una pequeña risa. ─Mello ¿No estas cansado de mentir? ¿De qué Edward solo nos use para el volverse rico? ¿No estas harto de vivir escondiéndote? No hemos tomado las mejores decisiones en nuestras vidas, pero creo que aun no es tarde... por lo menos para mi no.
Te aprovechaste del amor que te tengo y creíste que te saldrías con la tuya, pero no es así. Además, Nate no merece estar con alguien como tú. Por una vez en tu puta vida, haz lo correcto y entrégate.
─ Ay Matt...─Guarde silencio por unos momentos─ Estas muy equivocado, este mundo de mierda nunca te va a dejar. Quien sale, termina muerto. ─ Me deje caer en la silla, no hubo nada mas de parte de Mail.
─ ¿Entonces todo esto es una venganza pasional?
─ Si ya saben todo ¿porque sigo aquí?
─ Porque eres la llave para poder desarmar a la familia. ─ Mire a los ojos a Lester. ─ Se que tu vida no ha sido fácil. Aquí─ Me acerco el sobre que tenia en sus manos. ─ Tengo tu historial. Tu padre alcohólico los golpeaba a ti y a tu madre. Estuviste en algunos hogares temporales, pero terminaste regresando a tu casa. A los quince años desapareciste. Tu madre levanto una denuncia, pero no lograron encontrarte. Así que te declararon muerto.
─ ¿Y eso que? ─
─Estoy que seguro que cuando desapareciste fue cuando te involucraste con La familia ¿Verdad?
─ ¿A qué quieres llegar con eso?
─El gobierno te debe una vida digna. Aun eras un menor cuando tomaste esa terrible decisión. Si la policía te hubiera buscado correctamente te habríamos ayudado y no estarías aquí de esta manera.
La pena máxima por venta y distribución de estupefacientes es de quince años. Eso sin agregar que agrediste a dos oficiales de policía, portabas un arma de manera ilegal y un sinfín de más delitos. Es decir, si bien te va saldrías a los treinta y cinco años. Toda tu vida se te estaría yendo. Si nos ayudas puedo conseguir que esos años se reduzcan.
─ ¿Por qué confiaría en tu palabra?
─ Porque, es un desperdicio que un joven con mucho potencial como tú, termine de esta manera. ─Fruncí el ceño confundido. ─ Lamentablemente has estado en ambientes donde solo han sacado lo peor de ti. Mihael, aun tienes una última oportunidad de hacer lo correcto. ─ Lester se levantó y dirigió a la salida. ─ Iré por agua─

No me gustan los domingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora