El dolor de una bala atravesar una parte de tu cuerpo es indescriptible, no podría compararlo con algo porque era imposible.
Desde que entre a los sucios negocios de Edward sabía que mi carrera contra la muerte había comenzado.Escondido entre los contenedores de basura de un callejón sin salida, me aferraba a la mochila que contenía el dinero de un trato mal negociado.
Sudoroso y con el cuerpo temblando, vino a mi mente el delicado rostro de Near y una de las pocas sonrisas que me llego a regalar mientras estuvimos juntos.Solté una risa amarga. Incluso en ese estado no podía dejar de pensar en el estúpido de Nate. ¡Gracias Matt! ¡Gracias por recordármelo!
El imbécil de tu "novio" no puede dejar de pensar en su ex mientras la muerte lo acorrala.Que miserable y patética era mi existencia.
Con trabajo me levante del suelo, lentamente salí de mi escondite. Ya hacía rato que no escuchaba nada. Al parecer había logrado despistarlos.
Estaba seguro de haber visto un auto cerca de ahí antes de meterme en aquel callejón. Si robraba llegar hasta él, podía salir con vida.Mordí mi labio inferior con fuerza para despabilarme un poco, las heridas comenzaban a cobrar factura. Eche la mochila en mi espalda y comencé a correr.
Logre llegar a dicho vehículo sin llamar la atención. Saque la pistola que tenía en mi chaqueta y la use para romper el cristal de la ventana. Antes de abrir la puerta eche un vistazo a mí alrededor para asegurarme de que no me habían visto.Avente la mochila dentro para después entrar. No logre ver las llaves por ningún lado. Por lo que opte por usar el clásico truco de los cables para echar andar el coche. En cuanto lo conseguí solté una pequeña risa sin embargo, mi felicidad duraría poco. Sentir el frio metal de un arma chocando con mi cien, me congeló.
Había olvidado cerrar la puerta y ahora mi vida pendía de una bala.
-Baja del auto- Por la voz pude deducir que se trataba de un niño de no más de quince años.
-Estas cometiendo un grave error -dije con la voz más grave que pude. Quería intimidarlo sin necesidad de llegar a los golpes, mi cuerpo no podría resistir más. Voltee a mirarlo, en efecto era un mocoso.
-Cierra la boca imbécil y haz lo que te digo- No iba a arriesgarme a que disparara, así que salí lo más rápido que pude del auto.
-¿No eres muy joven como para portar un arma? Deberías alejarte de todo esto y vivir bien-
-¿Quién te crees? ¿Mi madre? Cierra la boca y entrégame la bolsa- Solo me quede ahí observándolo, a juzgar por el leve temblor de sus manos, supe que era su primer trabajo y eso era bueno para mí, porque de haber sido otro ya me habría matado. Tan solo necesitaba un segundo de su distracción para poder librarme de él
-¡Esta por acá!- Aquel mocoso volteo a su izquierda para avisar a sus compañeros y yo aproveche para quitarle el arma con un golpe en la muñeca desde abajo. Soltó un disparo rozándome en la sien. Lo aparte con una fuerte patada y me metí al auto.El ruido de las armas siendo detonadas inundo el lugar. Algunas balas golpeaban el metal de semejante chatarra, mientras que otras en los cristales del mismo.
De repente un chico más o menos de mi edad salió de la nada colocándose frente del auto, portaba un arma, no dudo en disparar.El primer tiro dio en una de las llantas. Un movimiento brusco sacudió el auto, aun así seguí adelante. El segundo y el tercer tiro fueron en el parabrisas.
Si quería seguir viviendo...No tenía otra elección más que pasarle encima.
Aceleré lo más que pude para terminar con su vida de un solo golpe.
Escuchar el grito desgarrador que soltó aquel chico, me helo la sangre. A pesar de los años, no terminaba de acostumbrarme.
Mi alma ya estaba condenada y sé que algún día pagare por mis pecados.
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No me gustan los domingos
FanfictionEl domingo para muchos puede ser el día más tranquilo, aburrido, divertido o relajado pero para el rubio Mihael es el peor día que pudiera existir... Sin embargo podría sucederle algo que quizá cambie su odio a tal día.