Charlas de Habitación | Vegebul

6. Miedo

—"Tack-over-shin"— repitió.

Él sacudió la cabeza —"Taikoversin"

—"Tai-cover-sin"— repitió nuevamente.

—Cerca.

—¿Qué significa eso?

—El peso del cráneo de un enemigo una vez retirado de su cuerpo.

—¡Iagh..!— arrugó la nariz.

—Querías palabras que no existen en tu idioma. La mayoría de ellas están ensangrentadas.

—Estaba buscando palabras y frases útiles que pudiera reconocer, como mi novia es increíblemente sexy.

—"A'metshone"

—¿En serio? ¿Hay una palabra para eso?

—No es una traducción perfecta, es más como "adorado" o "atractivo" que sexy. Y funciona para todos los géneros.

—"A-met-shone-ay"

—Nada mal.

—¿Y por qué no te he oído gemir eso mientras lo hacemos?

Se movió incómodo —Sería impropio para nosotros.

—¿Por qué?

Frunció el ceño, repentinamente luciendo culpable —Este tipo de... interacción no existía, o al menos sería menospreciada. Dos seres son enemigos, familiares, aliados o compañeros. No hay término medio.

—¿Qué tipo de interacción?

Él la miró fijamente durante un largo momento. Sabían de qué tipo, pero tampoco lo dirían. Se sentó y apartó la mirada de ella mientras la habitación se enfriaba.

Una sombra cayó sobre el rostro de Bulma —¿Te avergüenzas de pasar tiempo conmigo? Seguro que no parecías avergonzado de saltar a la cama conmigo en el momento en que tuviste la oportunidad.

—El sexo es físico, es una necesidad básica y los aliados lo hacían a menudo mientras no estuvieran emparejados con otro. Yo... yo permití que se desdibujara una línea que no debería ser en un intento de apaciguar tus estúpidas costumbres humanas. Es mi maldita culpa.

—Si no quieres estar aquí, entonces vete— espetó ella con frialdad, alejándose de él —No dejes que mis estúpidas costumbres humanas te golpeen al salir.

—Si quisiera irme, no habría problema— murmuró tan bajo que ella tuvo que esforzarse para escucharlo —Es mi deseo de quedarme lo que lo hace vergonzoso.

Ella no se dio la vuelta —¿Te gusta estar conmigo?

Vegeta hizo una larga pausa, respondiendo en voz baja —Sí.

—¿Piensas en mí cuando no estamos juntos en la cama?

—Sí.

—Entonces deja de hablar sobre tonterías Saiyajin y ven a abrazarme— dijo en voz baja, finalmente mirando su espalda.

Ella lo vio vacilar, pero luego de unos minutos, lentamente se recostó y la tomó en sus brazos, presionando su nariz contra la parte superior de su cabeza —"Cora te'see", maldita mujer— murmuró contra su cabello —¿Qué me has hecho?

—"A'metshone"— susurró contra él.

Su mano atrapó la parte posterior de su cabeza y luego su boca estaba sobre la de ella, más hambrienta que antes. Sus grandes manos la agarraron mientras se movía sobre ella, moldeando sus cuerpos tan cerca como podía. No gritaron ni jadearon esta vez, se movieron juntos lentamente en la oscuridad. Su voz áspera susurró frases desconocidas contra su piel. La única palabra que reconoció fue su nombre, una y otra vez.

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Horas después, se despertó sobresaltada y lo alcanzó por reflejo, pero él ya no estaba a su lado. Le tomó unos momentos darse cuenta qué era lo que la había despertado tan repentinamente.

Motores de cohetes.

Se paró rápidamente en su ventana y vio su nave desaparecer en el cielo.