Charlas de Habitación | Vegebul

11. Vegeta se queda

Tres días. Habían pasado tres días desde que Goku había muerto. Ella estaba tratando de no estar triste, él había dejado en claro que esta era su elección para mantener a la Tierra a salvo. Aun así, ella lo conocía desde que era un niño. Y los pobres Chichi y Gohan. No podía imaginar lo difícil que iba a ser para ellos.

Le habían asegurado que Vegeta estaba vivo después de que Cell fuera derrotado, pero no sabían adónde se había ido. No lo había visto ni oído nada sobre él desde que se había marchado para volver a entrar en la habitación del tiempo días antes. El mundo estaba celebrando, la amenaza se había ido y habían dejado a todos con una nueva alegría de estar vivos y con sus familias. Se sentía como la niña mimada en la fiesta de cumpleaños que quería otro pedazo de pastel.

Durmió a intervalos, manteniendo a Trunks en su moisés cerca de ella. ¿Dónde estaba él? Parecía tan seguro cuando le dijo que volvería que ella le había creído, pero estaba empezando a sentirse tonta. Tal vez solo estuvo cachondo después de un año de entrenamiento y habría dicho cualquier cosa para meterse en su cama. No quería creer eso de él, pero seguramente sus amigos estarían seguros de que eso era lo que había pasado si se los contaba.

Se despertó de nuevo alrededor de las cuatro, mirando con tristeza la almohada vacía a su lado. Metió la mano en el moisés para frotar la espalda de Trunks, pero su mano se aferró al espacio vacío.

Ella entró en pánico al principio, saltando de la cama para mirar dentro del moisés. Se había ido, pero una pequeña nota doblada yacía sobre su almohada. Ella la tomó y la abrió con las manos temblorosas.

"Estamos afuera

-V."

Su corazón latió más rápido por una razón completamente diferente. Corrió hacia la ventana y se asomó a la oscuridad como la tinta. Podía ver el contorno de su espalda lejos de su ventana, sentado en la hierba.

Bulma se puso una bata cálida y corrió escaleras abajo. La noche era tranquila, y por mucho que quisiera llamarlo, no se atrevía a perturbar el silencio. Era reverente, flotando sobre los terrenos como la quietud de una iglesia durante la oración.

Vegeta se encontraba sentado en su manta de picnic, un poco alejado de ella. Escuchó un suave arrullo y vio que Trunks estaba recostado sobre la manta a unos metros frente a él. El niño no parecía estar molesto, solo confundido mientras miraba al cielo nocturno y al padre que no conocía muy bien. Trunks se agarró los pies y se rio levemente cuando la vio acercarse a ellos.

Ella no habló, pero sabía que él era consciente de su presencia. Ella se sentó a su lado, atreviéndose después de un momento a mirarlo a la cara. Estaba mayormente en blanco. Después de unos minutos, ella se apoyó contra él y él no hizo nada para detenerla.

—Me enteré de lo que hiciste por Trunks. Hablo del mayor.

—No hice nada por él.

—Escuché que te pusiste furioso cuando Cell...

—Hice todo lo que tenía que hacer, y no sirvió de nada. Tuve que esperar y asistir al hijo de Kakarotto en su victoria. Mi rabieta no hizo nada por Trunks.

—Te equivocas. Le dijeron lo que hiciste. Regresó a su futuro sabiendo que su padre se preocupaba por él. Eso lo es todo.

—Kakarotto murió por su hijo. Sin dudarlo.

—Él murió por la Tierra.

—El planeta fue incidental.

Ella frunció —¿Tú... extrañas a Goku?

Él resopló —Derrotar a Kakarotto era mi único plan. No tengo nada ahora.

—Um...— se burló ella, inclinándose —¿Nada? ¿Qué demonios somos nosotros?