Charlas de Habitación | Vegebul

39. Cumpleaños de Vegeta | Monopoly

Él se recostó en la cama con esa sonrisa de suficiencia en su rostro que generalmente la hacía querer matarlo o besarlo. Bulma tamborileó con los dedos contra sus brazos, escuchando los sonidos de la Sala de Gravedad que se usaba en la distancia.

—¿Cómo es que no estás preocupado?

—Está bien. Le dijiste que podía tener una hora más antes de acostarse, ¿no? Si desobedece, intervendré. No antes.

—Vegeta, ya ha pasado una semana. Nunca sale de la Sala de Gravedad. ¿Qué le pasa? ¿Crees que nos está evitando?

—No tiene nada que ver con nosotros. Esto es normal.

—¿Normal? ¿Qué un niño de seis años deje todo y haga ejercicio durante una semana entera te parece normal?

—Para un Saiyajin, sí. Ya tuvo su momento, antes de lo que esperaba.

—¿Qué momento?

Se sentó y encendió la luz —Para los niños Saiyajin pequeños, pelear es un juego. La batalla está en su sangre, y eso se nota en la lucha libre, las carreras, la competencia, la mayoría de las cosas que lo vemos hacer con el hijo de Kakarotto. Les importa hasta cierto punto quién gana, pero al final del día toda la actividad era para divertirse. En algún momento de la infancia se dan cuenta de que quieren ganar. No sé cuándo se le ocurrió a Trunks, pero claramente lo hizo. Ser fuerte ya no es suficiente, él quiere ser más fuerte que todos los demás. La única forma de lograrlo es a través del entrenamiento.

Bulma suspiró y se dejó caer sobre la almohada —Entonces tienes que hablar con él. Dile que está bien así y que puede bajar el ritmo. No puede seguir a este ritmo para siempre.

—No haré tal cosa. Esto durará exactamente el tiempo que sea necesario. Sospecho que quiere superar a Goten, y una vez que sienta que lo ha logrado, se calmará. Sin embargo, el cambio es permanente. Ese deseo de ganar permanecerá. Estoy seguro de que no lo crees, pero en Vegetasei esta sería una ocasión de orgullo.

Escucharon la voz de Trunks desde la Sala de Gravedad. Un fuerte y rotundo "¡Sí!".

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Bulma tomó una decisión en voz alta, como siempre —Creo que eres Escorpio.

Vegeta resopló y se despertó, llevándose una mano a los ojos —¿Qué?

—Oh, lo siento, no sabía que estabas durmiendo. Pensé que estabas haciendo eso de enfurruñarte en silencio durante una hora.

—¿Qué quieres?— se quejó —¿Sexo? Estoy dispuesto a ello.

Ella resopló —No, idiota. Quería hablar de tu cumpleaños.

—¿Sarcasmo?

—No.

—Entonces vete a la mierda— murmuró, recostándose boca abajo en la almohada.

—Lo digo en serio. Vale, ya hemos discutido sobre esto antes, lo entiendo. El calendario Saiyajin era muy diferente del calendario estándar de la Tierra.

—Nuestro método actual funciona muy bien. Ya te lo he dicho, basándonos en el número de días de un año terrícola y el tiempo que llevo vivo, tengo treinta y nueve años. Cuando comience tu nuevo año, asumiremos que tengo un año más. No hay necesidad de complicarlo.

—Quiero que mi marido celebre su cumpleaños. Creo que es razonable. No tenemos que analizar los mapas astrales para averiguarlo, simplemente elijamos una fecha.