26. Volar | Greg (Pte. 1)

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—¡¡Vegeta!!

Bulma podía gritar como un alma en pena cuando lo necesitaba, y su grito llegó a sus oídos incluso dentro de la Sala de Gravedad. Corrió por el pasillo buscando a la mujer, pero no la vio por ninguna parte.

—¡Vegeta, sal aquí!

Afuera, entonces. Salió corriendo por la puerta principal, sin saber que enemigo podría estar esperándolo. En su lugar, solo encontró a su esposa luciendo aterrorizada, pero sola.

—¿Qué ocurre?— preguntó un poco molesto porque no tenía nada contra que luchar —¿Es otro insecto?, Mujer, estás afuera. Si hay una araña aquí, ve a...

—¡Vegeta, mira!— ella gritó, señalando muy por encima de ellos.

El hombre volvió la mirada hacía arriba y luego se pellizco el puente de la nariz —¿Cómo diablos? ¡Trunks! ¿Qué estas haciendo?

—¡No sé!, de repente quedé colgado aquí...— Trunks llamó. Él y Goten estaban colgados de un asta de bandera por los brazos a varios pisos de altura.

—No me insultes, chico. ¿Cómo llegaste allí?

Trunks intentó encogerse de hombros, pero le resultó difícil con los brazos extendidos sobre él

—Mierda, Goten. ¿Cómo llegamos aquí?

—Uh... no sé— dijo, siguiendo el ejemplo de Trunks.

—Bien, entonces bájense— escupió, girándose lentamente para incitarlos a responder. El niño de dos años rompió primero.

—¡No estoy asustado!—gritó Goten —¡Me aferrare a Trunks como siempre lo hago!

—¡Cállate Goten!— Trunks se quejó.

—¿Qué te dije ayer sobre practicar el vuelo sin mí, Trunks?— Vegeta llamó.

—¡Vegeta, ahora no es el momento para una lección!— espetó Bulma —¡Bájalos!

Puso los ojos en blanco y se elevó del suelo, volando fácilmente hacia donde estaban suspendidos los niños —¿Volaste hasta aquí, Trunks?

El chico hizo un puchero con aire de culpabilidad —Si... papá.

—¿Por qué traer a Goten contigo?

—Se suponía que me derribaría si subía demasiado.

—Un plan brillante, considerando que apenas mide más de la mitad de tu tamaño— el Saiyajin extendió la mano y agarró la parte de atrás de la camisa de Goten, separándolo del poste. El chico más joven extendió la mano y se aferró a su brazo, sin mirar el suelo. Trunks extendió la mano para agarrar el otro brazo de su padre, pero el Saiyajin voló un poco hacía atrás —No. Tú volaste hasta aquí, tú volaras hacía abajo.

—¡Pero papá, no puedo!— se quejó, pateando sus pies —No sé cómo lo hice.

—Volar no se hace por accidente, se necesita un esfuerzo concentrado para empujar tu energía contra la Tierra. Si lo hiciste una vez, podrás hacerlo de nuevo— dijo, volando hacía abajo y colocando a Goten en el césped.

—Ni se te ocurra— Bulma indicó hacía él —No estás observando a mi niño pequeño. ¿Acaso no sabes lo que les sucede a los pájaros bebés, Vegeta?

—Ellos vuelan.

—No. ¡Hay pájaros muertos por todas partes! A veces vuelan y a veces rebotan en el pavimento como pelotas de goma.

—Es un Saiyajin, una lesión física grave solo lo hará más fuerte.

—¿Estás loco? ¡Bájalo!

—¡No!

Charlas de Habitación | VegebulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora