Segundo Corazón [Parte I]:

308 21 41
                                    

El timbre de salida resonó en toda la escuela, alborotando a los alumnos que salieron en tropel de sus aulas para irse por fin a sus casas. Era el primer día de clases, pero todos coincidían en que ya se sentían cansados. Bueno, todos menos Ginny, quien caminaba junto a su mejor amiga Paola, a sus casilleros.

—¡Ey, Ginny! —la saludó Carla mientras pasaba; una chica de su clase.

—¡Hola! ¿Cómo vas con matemáticas?

—Muy bien, gracias a tus clases.

—Siempre estaré aquí por si necesitas.

Paola y Ginny cruzaron en el pasillo, encontrándose con Felipe, otro chico que conocía a Ginny.

—¿Para cuándo el próximo partido, ganadora? —preguntó con diversión.

—Dentro de una semana. Espero que ganemos.

—Ganarán, eres la mejor en el voleibol.

Ginny soltó una risita, siguiendo su camino. Y así, muchos otros chicos y chicas más saludaron a Ginny a medida que pasaba. Está de más mencionar que se había hecho muy popular, y mucho más desde que terminó abruptamente con su ex novio Michael. Gracias a su resistencia, valentía, inteligencia y gentileza, se ganó el corazón de toda la comunidad estudiantil, en donde no había ni un alma que no la conociera ni hubiera sido ayudado por ella.

—Otro día normal —se rió Paola, cuando otra persona saludó a su mejor amiga—. Todo el mundo te conoce...

—Anímate —contestó Ginny, deteniéndose frente a su casillero—. Este es nuestro último año.

—Pero eso no me anima. Recuerda que eres presidenta de la clase y yo vicepresidenta, tenemos muchas cosas que planear y más con el baile de graduación en la puerta.

—No te preocupes por eso. Podemos con todo. ¿Recuerdas cuando el año pasado organizamos el decatlón académico entero?

—Sí, y nos salió muy bien después de que me dieran como cuatro ataques de pánico.

Ginny volvió a reír, contagiando indudablemente a su amiga. Entonces, la pelirroja marcó la combinación en su casillero, mientras Paola habría el suyo a unos cuantos pasos más allá. De inmediato, una carta color rosa cayó al suelo desde el casillero de Ginny, haciendo que esta bufara y rodara los ojos.

—¿Todavía insiste? —le preguntó Paola, observando cómo su amiga levantaba del suelo la carta y la arrugaba en una bolita.

—Estoy empezando a creer que no dejará de hacerlo nunca —contestó Ginny, botando la carta hecha bolita. Luego, sacó sus libros y cosas del casillero y los metió en su mochila.

—¿Y qué harás?

—No lo sé. Seguir evitándolo, creo.

Habían pasado casi tres años desde que Michael y Ginny habían terminado aquel tortuoso día. Ginny había superado bastante rápido la ruptura y su vida comenzó a ir mucho mejor después de ella. Todo lo contrario a Michael, quien bajó sus notas, la relación con sus padres empeoró y casi no se gradúa de la secundaria. Ahora mismo estaba estudiando informática en una universidad cercana, y seguía enviando cartas a Ginny en su casillero, con la ayuda de algunos amigos que le quedaban en la escuela. Sin embargo, la pelirroja lo había ignorado por completo, y evitaba encontrarse con él en la calle, o si quiera mencionar el tema.

En cuanto a Jazmín, los primeros meses insistió en disculparse con Ginny, pero Paola siempre se lo impedía, hasta que desistió y por todo el odio que se ganó de los alumnos, terminó mudándose del estado. Nadie había sabido nada de ella, y Ginny tampoco se notaba muy interesada.

Tres Corazones [Basada en el Mundo de Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora