Tres Corazones [Basada en el Mundo de Harry Potter]

Tercer Corazón [Parte XI]:

—No sé qué hacer —comentó Hannah, sentándose de golpe frente al escritorio de Ginny.

La pelirroja, que había estado distraída mirando la tarjeta con el número de trabajo de Michael, se sobresaltó pues no la había notado llegar. De igual forma, Hannah estaba tan en confianza que entraba a su oficina sin tocar.

—¿Que no sabes hacer qué? —preguntó Ginny.

—Neville y yo.

—¿Qué pasa con ustedes?

—Estamos tan bien desde que nos presentaste. Él es muy tierno, atento y bueno conmigo. Siento que es el amor de mi vida, pero justamente tiene que regresar a Londres en pocos días. La distancia va a hacer que todo lo que construimos se vaya a la basura.

Hannah soltó un quejido y dejó caer su cabeza en la mesa con dramatismo. Ginny intentó sonreírle, pese a que ella no se encontrara en un mejor estado emocional.

—Pero la distancia no tiene que hacer eso, Hannah. Pueden seguir comunicándose y tu podrás ir a visitarlo, o él te visitará a ti.

—Las relaciones a distancia casi nunca funcionan.

—El «casi» está dentro de la ecuación, mi querida amiga. No te rindas, que eso será la peor cosa que habrás hecho en tu vida.

Hannah se incorporó de nuevo para mirar a Ginny con el ceño fruncido. Esta volvió a concentrarse en la tarjeta con un número en sus manos, luciendo bastante triste.

—¿Tu consejo es por Dean o por Harry?

—Por mi experiencia en el amor en general.

—¿De quién es ese número?

—De mi ex de la secundaria.

—¡¿QUÉ?! —Hannah la miró con sorpresa—. ¡¿Piensas reconciliarte con él?!

—¡¿Que?! ¡No, Hannah! Él es agente de bienes raíces aquí en la ciudad, y va a ayudarme a conseguir un departamento al mejor precio posible. Ya hablamos y dentro de poco nos reuniremos para ver unos pisos. Logró conseguir algunos buenos en poco tiempo.

—Ah. —Hannah suspiró aliviada—. Pero aun así, todos en la oficina hemos notado que Harry y tú están distantes, ¿pasó algo?

Ginny hizo una mueca con la boca y bebió un trago de su taza de café, un liquido que había sido su único consuelo esos días, aparte del Whisky de Sirius.

—Discutimos y yo le pedí un tiempo para pensar.

—¡¿Por qué?! ¡Si eran una buena pareja!

—Distintos factores, Hannah. Y él tampoco ha hecho el amago de acercarse o hablar. Estos días ha estado huyendo de mi, y no hablamos nada mas allá de lo necesario; todo relacionado al trabajo.

—A lo mejor tiene miedo.

—¿Miedo de qué?

—Miedo de insistir y que lo dejes por eso. Miedo de no tomar bien una decisión y que te apartes de su lado. —Hannah la miró con seriedad—. Ginny, él pasó por una muy fea relación con Romilda Vane. Ella lo manipuló, fingió estar enamorada y lo atrapó en sus redes. Según los chismes, estuvo en depresión por un tiempo. Es normal que con una nueva relación se sienta inseguro. Como también es normal que a ti te afecte la presión mediática y todo eso.

Ginny se quedó pensando unos minutos.

—Tienes razón, Hannah —se lamentó en voz baja—. ¿Y qué hago ahora?

—Yo diría que hablaras con él, pero si no, entonces date ese tiempo que le pediste, para pensar las cosas y calmarte, evitando así que su relación empeore.