Tres Corazones [Basada en el Mundo de Harry Potter]

Tercer Corazón [Parte VI]:

Ginny nunca había entrado a esas tiendas de ropa súper cara o de diseñador en el centro comercial, y no estaba tan acostumbrada, pero Hermione y Luna se esforzaron en guiarla y hacer que se probara todo lo que veía o mínimamente le gustaba. La verdad, Ginny nunca creyó que comprarse ropa era una difícil decisión, pero en ese momento cambió de opinión. ¿Qué se suponía que debía usar para una fiesta de ese estilo? ¿Que podía usar para no quedar como una ridícula? También debía pensar en la comodidad, porque no pensaba usar un vestido con el que ni siquiera podría respirar.

Así, luego de probarse como una docena de vestidos diferentes, Hermione y Luna se decantaron al fin por uno; era hermoso a los ojos de Ginny. Según lo describió la mujer de la tienda era un vestido de noche de lentejuelas negras, con cintura fruncida, escote en V tejido y abertura en la pierna, ademas de un corpiño con mangas cortas de igual forma en V. La espalda era abierta y la falda entallada hasta el suelo, y lo que mas lo caracterizaba era la cola de barrido.

Con toda esa descripción minuciosamente detallada, Ginny pensó que era demasiado, pero sus amigas insistieron y terminó probándolo, cosa que terminó de convencer tanto a Hermione como Luna de que debía comprarlo y colocárselo en la noche.

—Harry va a babear cuando te vea —comentó Hermione, mientras pagaban, y aunque Ginny quiso discutirle, la castaña la distrajo para que fueran a comer algo, ya que Ginny no había almorzado.

Por algo de pena, tal vez, Ginny decidió comprar solo el vestido, los zapatos y un poco de maquillaje extra con una de las tarjetas de Harry. Al final, Luna le insistió en que comprara una cartera pequeña que luciera con el vestido. Pero de ahí, no mas. En un principio Ginny sí que había bromeado con gastar dinero, pero no quería abusar, pese a que Hermione le insistió en que Harry tenia mucho dinero, y que si le había dado dos tarjetas de crédito, era un desperdicio no usarlas. Sin embargo, Ginny no cambió de opinión.

Regresaron a la casa y Hermione se puso manos a la obra para terminar de embellecer a Ginny. La castaña quería que esa noche Ginny pareciera una reina, o al menos la hija de un ricachón, y según las palabras de Luna, no podía desaprovechar su noche de Cenicienta.

Ginny no supo con exactitud cuanto tardó Hermione en ayudarla con el peinado, el maquillaje y a colocarse el entallado vestido, solo que cuando ella dijo haber terminado, el sol ya estaba casi escondido por completo.

Y entonces, Ginny se miró al espejo. Parecía una celebridad con el cabello enrulado, el maquillaje perfecto de noche que resaltaba sus rasgos mas notables, como sus ojos o sus pecas, y sin mencionar nada de aquel hermoso vestido y los zapatos a juego. Era simplemente hermoso. Ni siquiera la propia Ginny se conocía a si misma, y agradeció que sus hermanos y madre estuvieron metidos en sus propios asuntos, para que no hicieran alboroto por como iba vestida o a donde iba. Harry solo había mencionado una reunión de trabajo, y si se era objetivo, a una reunión de trabajo no se iba así vestida.

Justo a la hora acordada un auto se detuvo frente a la casa Weasley, y tocó la corneta para llamar la atención. Ginny supo que se trataba de Harry, así que se despidió de sus amigas, tomó la cartera que recién había comprado que contenía su teléfono —las tarjetas de Harry—, también las llaves, y salió.

De inmediato, y al ver el auto del que bajaba Harry, se quedó congelada en la puerta. No podía creerlo. Creyó que estaba en un sueño.

Frente a su casa estaba detenido un Lamborghini color azul marino. Ginny no supo adivinar que estilo de Lamborghini era, pero solo la marca y el color eran suficiente para hacer que su mandíbula casi cayera al suelo.

Harry, por su parte, apenas se bajó del auto la miró sorprendido, pues no esperaba verla con semejante y hermoso vestido. Ginny, saliendo de su emoción por el auto, se sonrojó de sobremanera notando de nuevo su mirada. Harry tampoco estaba tan mal vestido, y es que el estilo de gala resaltaba mas su cabello despeinado y elegancia natural.