Segundo Corazón [Parte III]:

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Con cuidado, Ginny asomó la cabeza por detrás de unas gradas hacia la cancha, observando a la multitud que se acomodaba en sus asientos a la espera de que el partido empezara. Sintió una oleada de nerviosismo y comenzó a jugar con sus dedos. Deseaba que todo en aquel día saliera bien, y pese a que en todos esos años jugando Voleibol con su equipo sólo habían perdido dos partidos, eso había sido antes de que Ginny se convirtiera en capitana. Lo que menos quería era decepcionar a su entrenadora y a sus compañeras. No quería fallar.

De repente, su mente pareció recordar que Dean le había dicho que asistiría a ese partido, así que recorrió de nuevo a la multitud con la mirada, buscándolo. Por el contrario, se encontró con algo mucho peor y más que sorprendente. Su madre, Molly Weasley, estaba tomando asiento en lo alto de las últimas gradas, y venía acompañada de los gemelos, Ron y Angelina; esta última tomada de la mano de George, que ahora era su novio.

Ginny rápidamente sintió como el corazón le daba un vuelco y su estómago se revolvía. ¿Qué hacía su madre ahí? Nunca había asistido a ningún partido en el pasado porque siempre estaba ocupada, pero verla en aquel instante le hizo sentir rabia.

Luego de enterarse de la infidelidad hacia su padre, Ginny se mostró más fría con Molly, y por lo general evitaba encontrarse con ella; saliendo temprano de la casa y llegando tarde. Incluso se había quedado varias noches en el departamento de Hermione para seguir evitándola. Se hizo clara la confusión de Molly, pero ni los gemelos ni Ron querían darle una explicación, pese a que este último sabía muy bien lo que pasaba.

Ahora mismo, lo último que quería Ginny era que su madre estuviera en aquel partido. Sabía que no podría evitar su rabia hacia ella mientras estuviera jugando, lo que la desconcentraría y probablemente perderían.

A lo mejor sus hermanos la habían llevado hasta ese lugar, creyendo que Ginny se sentiría mejor con su presencia, pero no era así.

Llena de rabia, se dio la vuelta y regresó a los vestidores, en donde su equipo se estaba preparando. Al verla entrar con un rostro serio, cuando era típico que siempre estuviera animada y con una sonrisa, todas las chicas la miraron extrañadas. Ginny ignoró estas miradas y se dirigió a su casillero, de donde extrajo su uniforme —consistía en una camiseta sin mangas y short deportivo algo corto— y se vistió con rapidez. Una vez terminado esta tarea, se miró en el pequeño espejo que cargaba consigo, y admiró por unos segundos el número seis de su camiseta, que la diferenciaba de las demás jugadoras, además de la banda amarilla en su brazo, que indicaba que era la capitana.

Cargar con esas dos cosas —el uniforme y la banda del capitán— era demasiada responsabilidad, y ese primer partido en el puesto, Ginny creía estar preparada. Podría hacerlo... O al menos eso quería creer.

—¿Estás bien? —le preguntó Sara, una jugadora del equipo.

—Bien... Sólo un poco nerviosa.

—Vamos a ganar, capitana, ya lo verás —exclamó confiada Ester, otra jugadora.

Ginny se esforzó en sonreírle, aunque se hizo notoria su falsedad.

En ese momento, entró Carolina, una de las otras jugadoras del equipo.

—Te buscan, Ginny —dijo, apresurada—. Son tus hermanos. Están afuera.

—Ya voy.

Con un nudo en la garganta, Ginny le lanzó una mirada tranquilizadora a su equipo y volvió a salir de los vestidores. Afuera, vio a los gemelos, Ron y Angelina esperándola.

—¡Nuestra capitana! —sonrió Fred, abrazando de inmediato a Ginny—. ¿Nerviosa?

—Un poco —contestó ella con sequedad.

Tres Corazones [Basada en el Mundo de Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora