CAPITULO 4.

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Trece de agosto del dos mil veintiocho. Once y cuarenta y cinco pm.

– ¡Mari!– la voz chillona de mi mejor amiga se escucha tras la puerta.

–Estoy estudiando July– le respondo desinteresada y vuelvo mí vista a los apuntes sobre la cama.

– ¡Van a ser las doce de la noche, faltan cinco días aún, ven a comer algo!– me grita mientras abre la puerta, parándose bajo el marco, con sus brazos cruzados sobre su pecho, es su postura de cuando intenta parecer autoritaria –También llamo tu mamá, quería saber si sigues viva, tienes que llamarla algún día– me señala y saca el móvil de su bolsillo –De preferencia ahora, dijo que tenía que decirte algo importante...

–La llamo mañana– vuelvo la vista al libro, se de lo que me quiere hablar y no tengo ánimos de lidiar con eso –Hay un ejercicio que aún no logro entender July...

–Es tu mamá, te extraña, va a ser un mes que no la llamas– se sienta frente a mi empujando el libro que aplasta con su otra mano cuando intento tomarlo –Hazlo– me ordena con la mirada y la ansiedad crece cuando no puedo explicarle el por qué ignoro a mi madre.

–Hagamos así, la llamo mañana si o si... si aquí son las doce, allá son como las dos de la mañana, mejor que valla a descansar... pero te veo aburrida, si quieres vamos a ver la televisión y comemos algo– apenas he terminado de decir eso y ya me estoy arrepintiendo, miro de reojo la pila de libros, no llegaré a saber todo eso para el viernes, por otro lado así logro que deje de insistir –Pero solo un ratito...

– ¡Sí!– chilla emocionada – ¿Qué quieres ver? Vi que agregaron una nueva película de terror a Netflix, olvídalo, son malísimas, no puedo creer como decayó el terror en estos años, ya nada da miedo, el otro día encontré en terror la película esa de la cantante que se ahogó con una aceituna y encima...– se pone a hablar ella sola mientras yo recojo mis apuntes de la cama y enciendo el televisor, vuelvo a mirar con culpa la pila de libros, necesito aprobar ese examen sino perderé la materia y es algo que no me puedo permitir.

–También podemos alquilar alguna de la plataforma, esas suelen estar mejor ¿Tu qué opinas? ¿Pido una pizza?– me pregunta marcando algo en su celular.

–Hay media pizza en la heladera– me es inevitable no reír al verla tan emocionada, cualquier otra persona que la ve pensaría que nunca le prestó atención –Si quieres voy por ella y mientras vas eligiendo algo– tira el celular sobre la mesita y se lanza sobre la cama.

–Dame el control– se lo entrego y me pongo de pie rápido para ir a buscar la bendita pizza, ahora que lo pienso ¿Comí algo hoy? Creo que no... A si, July me trajo un café a la tarde ¿Eso se considera comida? No creo...

Llegó a la cocina y maldigo al universo el momento en el que apoyo la mano sobre la puerta de la heladera, un calambre se extiende por todo mi brazo a causa de la patada eléctrica que me da el artefacto.

– ¡Maldita!– insulto al montón de chatarra frente a mí.

–Te he dicho que no toques las cosas eléctricas estando descalza ¿Sabes el montón de suciedad que tus pies están tocando en este momento? Encima luego los llevarás a la cama– me regaña July entrado en la cocina con un par de pantuflas en su mano, las cuales tira al piso y resbalan hasta mí.

–La odio ¿no se supone que debería ser segura? estas cosas están en todos lados, inclusive dónde hay niños...

–Sí, pero incluso esos niños saben que no las deben tocar estando descalzos– se burla de mí, yo me coloco las pantuflas y saco la pizza dando un portazo en el artefacto –Con cuidado, que luego tú comprarás otra– me señala y me arrebata la caja de las manos –Ve a la pieza, cortaré la pizza y voy para allá– se va sobre la barra.

Desmodeus: Principium.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora