Diecisiete de agosto del dos mil veintiocho.
El sol salió hace apenas unos minutos, o eso creo. La calidez de los rayos atravesando las finas cortinas blancas que cubren las ventas hace de la habitación un ambiente más cálido. Lo cierto es que no había logrado conciliar el sueño, el frio no me dejo descansar y el alboroto en la calle tampoco ayudaba mucho.
La habitación se encuentra iluminada por la luz que entra por la ventana. Estoy en medio de ellos que aun duermen sin inmutarse, es entendible pasaron varios días solo cuidándome, merecen descansar.
Me siento sobre el colchón, con mucho cuidado paso por encima de July y me bajo de la cama, tengo un objetivo y prefiero aprovechar antes de que ellos despierten.
Salgo de la habitación y cruzo la sala, la puerta de entrada está trabada con una silla, puedo entender la desconfianza. Pongo mi mano para moverla y me quedo mirando la venda, están manchadas.
Voy al baño, las quito y lavo las heridas, siguen sin verse bien, al menos ahora puedo mover más los dedos, aunque duele.
Las lavo bien y le echo los mismos líquidos que ella les echo la noche anterior y las vuelvo a envolver rápidamente.
Me apresuro a volver a la sala y quitar la silla, en cuanto abro un poco el ruido de risas y gente caminando por el pasillo me llega a los oídos, asomo la cabeza y observo la naturalidad con la que se mueven todos, por un momento me veo a mi misma en un día cualquiera antes de lo sucedido, mirando a los demás en el pasillo hacer sus vidas como si nada, pero eso ya no volverá a pasar. Busco el inicio del pasillo, en la zona de las escaleras hay dos hombres que se pasean por la entrada vigilando hacia la oscuridad, el pasillo está iluminado por velas y linternas distribuidas estratégicamente, las puertas de los departamentos abiertas dejando que la luz del interior ilumine el pasillo, han de tener las ventanas abiertas.
Dos chicas pasan cerca de donde estoy asomada y me miran curiosas, debo ser un rostro nuevo, salgo y cierro la puerta siguiéndolas, las rodeo y me pongo frente a ellas haciendo que frenen.
–Disculpen, estoy buscando a Brandon y Xavier – les hablo lo más bajo y tranquila posible, ambas sueltan una risita como si lo que preguntara no tuviera sentido, enarco una ceja confundida.
– ¿Tu eres una de los nuevos? La loca suicida – habla una de ellas.
–En realidad...
–Están en el cuarto de Sara, la princesa no podía estar sola desde lo de la otra noche – rueda los ojos, como si el tema no fuera de su agrado –A falta de un padre para los fenómenos, le busco dos– su amiga se ríe del comentario.
–Disculpa a Brenda, no ha desayunado aun y esta de mal humor...
–Perdón pero si una embarazada te quita a tu novio es comprensible estar de mal humor– le responde hastiada.
–Te hizo un favor, Xavier puede ser muy lindo pero es un idiota a fin de cuentas– habla la otra chica y me mira en busca de apoyo.
–Muchas gracias chicas, disculpen la molestia– paso en medio de ellas y me dirijo al cuarto de Sara, dejándolas hablando atrás.
Golpeo dos veces y espero, la puerta se abre y el rostro de un chico con rasgos ingleses rubio, alto, de ojos verdosos me mira sonriente, su sonrisa se va borrando poco a poco mientras más me mira.
–Mierda ¡Brandon! – grita e intenta cerrar pero trabo la puerta con el pie empujando con mi cuerpo y entro.
Él intenta rodearme para salir pero se lo impido cerrando la puerta.
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Desmodeus: Principium.
ParanormalAquí no todos son buenos. Todos tienen claras sus prioridades. El amor no vence al mal. Los planes fracasan. La gente muere... pero otros no. ¿De que bando te gustaría estar? Elige bien, aquí no hay vuelta atrás. Marina, una estudiante becada de u...