El año llegaba a su fin, habían sido días, semanas y meses tan difíciles, aunque también hubo momentos lindos, donde la felicidad sin duda estaba presente.
Y los chicos de Bangtan eran prueba de ello, habían pasado por tanto en tan solo un año, en muchos aspectos fue sin duda mejor que los anteriores, estaban felices de haber logrado superar todos los obstáculos que se habían atravesado.
Para festejarlo habían planeado recibir el nuevo año con una gran fiesta en el edificio de Hybe. Sin duda a los productores y mánagers de los demás artistas les había encantado la idea y ni hablar de sus fans, que habían pegado el grito al cielo de tan solo imaginarlos a todos juntos interactuando y divirtiéndose.
Todo estaba yendo bien, hasta aquel frío 30 de diciembre.
El líder de Bangtan se encontraba sentado en la banca de un hospital, esperando a que alguno de sus Hyungs salgan.
Ya se quería ir de allí, había mucha gente, muchos enfermos, el ambiente era deprimente y hacia mucho frío, además odiaba el olor del hospital.
Al fin la puerta de enfrente fue abierta, dejando salir a los dos mayores. Que alguien lo salve.
-Bueno, vámonos- Ordenó el mayor.
-Si- Murmuró cabizbajo.
Caminaron por el largo pasillo hasta llegar al estacionamiento, donde los esperaban algunos guardias, una camioneta polarizada y un auto deportivo.
-Sube Namjoon, yo te llevo a tu casa- Volvió a ordenar el CEO. El mayor del grupo notó la incomodidad del líder, por lo que no dudó en actuar.
-No se preocupe, PD Nim, yo lo llevo- El líder no dudó en acercarse hasta el auto de su Hyung.
-Ya que, pero no creas que te salvas de esta- El mayor señaló al rapero menor, quien aún no le dirigía la mirada.
Ambos Kim se subieron al auto, esperando a que su Jefe y guardias se retiren para poder hacer lo mismo.
-Deja que te ayude con eso- Seokjin vio como el menor estaba intentando ponerse el cinturón con una sola mano.
-Gracias- Respondió en un susurro.
Seokjin estuvo conduciendo unos minutos hasta que se estacionó en frente de una tienda.
-Quédate aquí, volveré pronto- A Namjoon no le quedó de otra que obedecer.
Cuando el Kim mayor regresó, se encontró a Namjoon dormido en el asiento del copiloto. Decidió dejarlo descansar, ya había sido bastante por un día.
Aprovechando, decidió revisar su celular, no había parado de vibrar en todo el día. Fue al único chat importante que tenía, o al menos el que le parecía más importante, su chat grupal con los chicos.
Les envío un mensaje diciéndoles que todo estaba bien y que pronto llegarían a casa para que pudieran hablar bien, y que llevaría para preparar la cena.
Sin esperar a que alguno de los chicos responda bloqueo su celular y volvió a manejar rumbo a su casa.
-Joonie... llegamos- Tocó suavemente la mejilla del rapero, esperando que fuera suficiente para que despierte. Sonrió al verlo hacer un mueca.
-Vamos Namjoon, hace frío- Volvió a insistir, hasta que abrió los ojos lentamente.
Salieron del auto y sacaron las compras que había hecho Seokjin.
-Hyung, déjeme ayudarlo- Intentó quitarle una de las bolsas, pero el mayor no lo dejó.
-No te preocupes, no son pesadas-
