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El mayor veía alrededor con aburrimiento, mientras que el más bajo estaba entre los pasillos buscando algo que le gustara.
Ciertamente no sabía que estilo buscaba, recientemente su novio no se decide por uno que le agrade, pero gracias que su novio descubrió un género de música nuevo, estaba empezando a ser un poco gótico, cosa que no le desagradaba para nada. Lo único malo era que tenía que acompañarlo a comprarse ropa.
— No hay nada que me guste.
Volteo con su pareja quien se mostraba inquieto después de su búsqueda.
— ¿Quieres seguir buscando?
Preguntó ya sabiendo la respuesta, tomo su mano y siguieron caminando por el centro comercial, hasta llegar a las plantas de arriba buscando entre las tiendas hasta que dieron con una tienda con paredes negras y pósters de grupos de metal.
Voltearon a verse con una sonrisa satisfecha entrando en local, llamando la atención de los demás. Corea lo ignoró y camino hasta la ropa mientras que México, se sintió pequeño, a pesar de su altura, por la vestimenta de las personas dentro del local, teniendo perforaciones y ropa negra y rasgada. L
o cual le pareció curioso, ya que, cuando si novio usa esas prendas, le parece adorable, pero a diferencia de esas personas que median lo mismo que él, ya no le parecía tierno. Corrio hasta Corea sin dejar de estar atento a su alrededor.
Por otro lado, el coreano miraba todas las camisetas y sus diseños, de bandas que empezaban a gustarle o de las que apenas estaba conociendo. Cuando ya tenía lo que quería se lo daba a su novio y seguía divagando por la tienda siendo consiente de que su pareja y él llamaban la atención por la ropa que tenían siendo obvio que ninguno de los dos estaba acorde con la temática de la tienda.
— ¿Qué te parecen estas botas?
Le enseño dos pares color negras con unas cuantas cadenas y las otras con estoperoles.
— La verdadera pregunta es si puedes caminar con ellas
Señalo la plataforma que estaba en la parte inferior de las botas.
— Si puedo, solo escoge una.
— Bien...
Se detuvo un momento para pensar, pensar en que si hacia enojar a su novio y este quiera patearlo, con cual no le dolería tanto.
— Creo que las de cadenas.
— ¡Perfecto! ¿Qué más llevó?
— No lo se, lo que tu quieras supongo.
— ¿Olvidas que tu vas a pagarlo?
— Es cierto, mejor después compramos más.
Los dos caminaron hasta la caja donde una chico esperaba para atenderlos.
— ¿Encontró lo que buscaba?
— Si, gracias.
Respondio el mexicano sintiéndose aún intimidado por el contrario.
El chico de la caja pasaba los productos, registrando los costos pero cuando llegó a las botas, miró al mexicano con una ceja alzada.
— ¿Enserio usarás esto?
— ¿Q-Qué? ¡No es para mi! Son de mi novio.
Señalo al coreano quien se ganó la atenta mirada del tipo, miro su ropa, que a pesar de ser de colores pastel, la temática de sus accesorios era parecida a lo que estaba comprando.
— Si tienes razón, el chico Hello Kitty usaría esto, tu no cambiarías tu gorra de gallo por unas botas con cadenas.
Contesto burlón para después terminar de cobrar, dejando a un mexicano indignado y al coreano con una sonrisa mientras que tomaba sus compras.
— ¿Disculpa? ¡Yo le enseñé lo que sabe! ¿Tu crees que el chico Hello Kitty sabría de Iron Maiden o Slipknot por su cuenta!
— ¡Oye no me metas en tu peleas!
— No es mi culpa que no te veas metalero chico.
Se encogió de hombros mientras que la pareja se iba del establecimiento.
— Puedes creerlo, me dijo que no soy metalero.
— Si, yo estuve ahí.
— Y metió a mi gorra en esto, ¿Qué le pasa?... ¿Tú crees que así me veo metalero?
Detuvo su andar en espera de una respuesta del coreano, este volteo a verlo analizando su ropa. Una gorra de gallo, camiseta negra, una cangurera cruzada en su pecho, pantalones ajustados y de mezclilla con tenis negros y por último una cadena en su cuello. Corea sonrio y se acercó a el dandole un beso en la mejilla para después responder.
— Sip, muy metalero.
— Excelente, ese tipo no sabe de lo que habla.
Continuaron su andar viendo que otra cosa podrían comprar antes de irse.
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