Capítulo 53. La clave perdida.

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-¿Qué es lo que quieres saber príncipe?- se burló Eddie cuando Ricky lo obligó a subir a su auto para charlar sin ser escuchados.

-¡Deja de llamarme así!- vociferó molesto- Quiero que me des información sobre con quién consigues tu droga- informó en murmullo.

-Eso jamás niño- se negó al instante- Regla número 1, no se menciona a los proveedores.

-Bien- fingió desinterés- De cualquiera forma yo le averiguaré- aseguró- Tú en cambio no dirás lo mismos sobre mi dinero- le abrió la puerta del copiloto para que se bajara pero Eddie la cerró.

-No se sus nombres- habló cayendo en la trampa.

-¿Nombres? ¿Así que has tratado con más de uno?- preguntó preocupado- ¿Cómo son? ¿Jóvenes? ¿Viejos?- insistía.

-Algunos más, algunos menos- sus respuestas eran vagas intentando no revelar demasiado.

-¿Qué tiene que ver el teatro con esto?- preguntó lo que más le intrigaba.

-A tus amigos les podrían suceder cosas duras si meten sus narices en dónde no les importa, especialmente si continúan yendo a ese teatro escolar- respondió serio, algo no usual en él.

-¡¿Es una amenaza?!- exclamó Ricky en éxtasis- ¡Contéstame!- ordenó y Eddie volvió a sonreír burlon- No te atrevas a amenzarme a mí o a mis amigos, los papeles podrían invertirse- odiaba imitar la forma de intimidar a los otros justo como hacía su padre pero sabía que eso funcionaba.

-¿Qué podría hacerme un niño de 16?- subestimó.

-Pregunta en SunnyMine por la familia McReynolds si no me crees- continuó alardeando.

-¿Por qué estás tan interesado?

-No me gusta ese tipo de gente y no los quiero cerca del teatro- respondió firme- No les diré que has sido tú quién los delató, sólo dime quienes son y te daré todo esto- abrió su cartera lleno de fajos de billetes.

Eddie abrió los ojos asombrado por la cantidad que llevaba en ésta, para Ricky era tan sólo su mesada pero para él era mucho más que suficiente, sospechaba que era un adinerado pero al comprobarlo supó que las recientes amenzas podían ser ciertas así que lo tomó más en serio.

-Hay chicos de tu escuela siendo parte de los delears pero hay un hombre, creo que es su líder, una mujer está siempre con él- comenzó a brindarle la información que buscaba.

-¿Cómo son ellos? Los adultos- al escuchar que eran guiados por un hombre inmediatamente sospechó de Harold o alguno de sus tantos empleados.

-Jamas he visto sus caras- estaba siendo honesto- Usan unas máscaras cada que me entregan o utilizan a los otros chicos- Ricky arrugó la frente, no estaba interesado en los adolescentes, quería llegar directamente a descubrir la identidad de su líder

-¿Cómo los conociste? Eres británico. ¿Por qué estás aquí?- cuestionó confuso.

-Por Jacklyn - se limitó a responder - Me topé con este hombre en una ocasión en que la espiaba fuera de ese teatro, ustedes se fueron sin vernos y después él entró pero jamás lo ví salir- explicó- Creo que puede que hasta viva ahí- añadió reclamando su recompensa por haber hablado.
Ricky meditó un segundo toda la información, estaba estresado porque algún miembro de la banda cayera en sus redes dado que estaba tan cerca de ellos.

¿Podía vivir alguien en el teatro sin que ellos se dieran cuenta?

Se preguntaba.

¿Qué si esa es la persona que ocasionaba los ruidos extraños en Ways?

Comenzó a especular, le dió a Eddie su paga y lo hizo bajar asegurandole que sí conseguía más información le pagaría una cantidad igual a esa.

Fin de Flashback.

...

Más tarde.

-¿Creen que debería terminar con Riley?- preguntó Matt, Jacklyn ayudaba a darle de comer procurando así su pronta recuperación.

-¿Por qué terminar?- preguntó Bruno jugeteando con su suero.

-Siento que somos sólo amigos que se besan y eso- respondió con desaprobación.

-¿Y eso es malo?-  preguntó Bruno.

-No, no está mal pero no quiero sólo eso con él- le costaba comerse la sopa de verduras que Jacklyn metía cucharada tras cucharada a su boca, estaba desabrida y fría- Siento que no le importo, no ha venido a verme ni una sola vez y además nunca me apoyó con los problemas con mis padres- explicó.

-Primero procura sentirte mejor antes de meterte en los dramas de romance- aconsejó.

...

-¡¿En dónde estabas?!- gruñó Alfred cuando finalmente Caleb llegó a casa al anochecer- ¡Has perdido el tiempo en la calle cuando deberías estar trabajando en el taller!- regañó, no hubo respuesta pues no le apetecía gastar energía en una pelea con su padre -¡Eres un imbécil Caleb!- provocó parándose frente a él - ¡Has preferido conformarte con tu noviazgo adolescente antes que hacerle justicia a tu madre!- intentaba por milésima vez recuperar a su hijo hambriento de sed de venganza.

-¡Ya te dijé que Jenna no tiene nada que ver con la muerte de mi madre!- defendió de nuevo.

-Bien, elige tus estupideces- dijó más tranquilo confundiendolo por su cambio de humor- Quédate en la ruina preocupándote por el resto de tu vida por no tener dinero, yo ya no formaré parte de eso- aseguró muy convincente sonriendo con malicia.

Caleb lo apartó de un empujón y corrió a su habitación recordando su reciente pelea sobre un cargo de $2000 dólares de ésta y recordando aún más que tenía oculta la clave para cobrar el dinero dentro de su vieja cajonera.

Rebuscó y rebuscó vaciando toda la poca ropa que había, el pequeño cuarto pasó a estar patas arriba en el intento de encontrar su pedazo de cartón con los dígitos que Jenna le confió, pero falló porsupuestamente.

-¡No está, no está!- gritó alterado sin rendirse, rogando que apareciera justo frente a sus ojos y tranquilizara su alma, pero su tan desesperado deseo no se cumplió.

-¡No está, maldición!- gritó lleno de rabia tan fuerte que su tío y su padre lograron oírlos, el primero no tenía idea de que hablaba pero el segundo gozaba su exasperación al máximo con una sonrisa.

Shut Up.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora