Capítulo 5. Viejos lazos familiares.

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-Hola tú - saludó a Jenna una voz que encontraba encantadora.

-¡Hola!- respondió de prisa.

Eran casi las 10:00 pm y estaban por cerrar Saturno, Jenna se hayaba recogiendo las sillas y subiendolas patas arriba de las mesas, llevaba un delantal blanco con bolsas al frente en donde solía guardar sus propinas y llevaba el cabello desordenado en una coleta.

-¿Qué haces aquí?- preguntó mientras Caleb le ayudaba a subir la silla que resbalaba de sus manos.

-Tambien me da gusto verte- vaciló con una sonrisa.

- No- corrigió apenada- Sólo me sorprende verte aquí, es algo tarde.

-Iba pasando por esta calle y recordé que dijiste que trabajas aquí- mintió pues había ido directamente a verla- A propósito, ¿Qué tal estuvó la clase de Bruno?

-Estuvó bien- fingió que no le entusiasmaba su pregunta- ¡Estuvó genial de hecho!- destapó su emoción- Debiste quedarte, cantamos.

-Eso me confirma que fue bueno que me fuera- respondió y ambos rieron.

-¿Por qué no te quedaste?- volvió a preguntar.
Caleb ya le había respondido que no le interesaba pero Jenna era insistente.

-No canto bien- se limitó a decir.

-No es cierto- contradijó- Bruo dijo que todos sabemos cantar.

-Bruo es amable, pero tú eres la única que canta aquí- elogió y Jenna negó con la cabeza confiando en la palabra de su profesor- Aunque aún no he tenido oportunidad de escucharte- se acercó un poco a ella.

-Si tomas la clase podrás hacerlo- respondió intentando convencerlo.

-Una clase de música es una perdida de tiempo- dijó y escucharlo decir eso la entristeció.

-¡Exacto y tú deberías pensar lo mismo!- exclamó su madre apareciendo de pronto y exaltando a los jóvenes.

-¿Estabas aquí escuchando todo?- preguntó Jenna molesta.

-Lo siento ya cerramos, ya te ibas ¿verdad?- afirmó Olivia arrastrando a Caleb hasta la entrada.

-¡Mamá!- reprendió llena de vergüenza por cómo su madre lo estaba tratando.

-Descuida, ya me iba- respondió incómodo pero irritado.

Una vez hecho, Olivia cerró las puertas con apuro quitándole la oportunidad a Jenna de despedirse.

-Mamá, ¿Qué fue eso? ¿Por que lo trataste así?- reclamó impotente.

-Ay Jennifer por favor- bufó- No es el gran partido, viste como venía vestido- añadió señalando la puerta como si Caleb siguiera ahí.

-¿Eso qué?- contestó igual o mas molesta que la primera vez- Es mi amigo, nada más- aclaró.

-Sí y lo único bueno que encuentro en esa amistad es que piensa inteligente al no perder el tiempo en esas estupideces de cantar- dijo estirando la mano esperando recibir algo de Jenna.

-No son estupideces- defendió quitándose el delantal- Son mis sueños- argumentó.

-¿Sueños?- dijo burlándose- Tú sólo estas hambrienta de atención- volvió hacer el mismo ademán para que le entregara algo.

-No voy a darte mis propinas madre- negó con la mandíbula tensa.

Olivia se acercó hasta ella y le arrebató el delantal de las manos.

-¿Tus propinas? Jennifer apenas nos alcanza para vivir- dijo con fuerza.

-No, ¡Eso yo me lo gané!- gritó intentando recuperarlo

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