Capítulo 20. El festival de la costa.

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Días más tarde.

Ya era la época dorada en SunnyMine, el festival de la costa se realizaba para recibir el equinoccio del otoño, celebrando así la fundación del pueblo.

Eran buenas ventas para los negocios, especialmente para los de comida, luego de los honores en la bahía con alcalde.

-¿Qué tiene de malo mi idea?- preguntó Jenna limpiando con el palo de una escoba las telarañas del restaurante.

-¡Estás loca Jennifer!- respondió su madre a prisa- No voy a dejar que un grupo de desafinados vagos sin oficio canten en mi restaurante- negó rotundamente.

-No somos vagos, ni estamos desafinados- defendió apartándose el cabello de la cara- La música en vivo nos aumentaría la preferencia, nuestros amigos de clase sin duda vendrían a vernos- continuó insistiendo.

-¿Cuántas veces tengo que decirte que tú no cantas?- volvió a pisotear los talentos de su hija- Y ya me estoy hartando de que pierdas el tiempo con esa bola de buenos para nada- insultó.

-¡Mamá!- reprendió al instante.

-Jenna no seas tonta, estando en esa escuela pudiste elegir mejores amistades, mejores proyectos, relacionarte con gente de dinero, no con esos amiguitos que pierden el tiempo en teatros abandonados- la voz de Olivia era la más irritante, tenía una manera singular en su tono que casi querrías taparte los oídos al hablar con ella.

-Está bien, no cantaremos aquí. Nos iremos a otra parte.

-¡No!- negó tomando su muñeca- No irás a ningun lado, trabajarás para mí mañana- ordenó.

-Lo siento, estaré ocupada "perdiendo el tiempo" con mis amigos- provocó sonriendo -Lo digo en serio, planeamos cantar en el festival y si no es aquí entonces lo haremos en el teatro- mintió porque la banda ni siquiera había mencionado algo sobre eso.

-¡Tienes que trabajar para mí!- insistió.

-¿Para qué? ¿Para que no me pagues y me quites lo que yo sola me gano?

-Sí no haces lo que te digo, no te dejaré seguir reuniéndote con tu grupo de vagitos Jennifer- amenazó con la mandíbula tensa y señaló con su índice.

-¿Y sí consigo a alguien que cubra mi turno?- sugirió- Ya tengo planes con ellos ese día- recordó su cita con Caleb para ver los fuegos artificiales en el muelle.

-No voy a gastar mi dinero en alguien que hará lo que tú puedes.

-Yo le pagaré- aseguró.
Jenna estaba dispuesta a pagarle a otro antes que perderse su primer cita real con Caleb, por su parte, su madre al oírle decir aquello cedió, aunque de forma irritante.

...

-Me sorprende que tú padre te haya metido al negocio tan jóven - le dijo un hombre de mediana edad que bebía un martini a Ricky -¿Cuántos tienes, 17?- preguntó.

El festival de la costa era afuera pero para la casa McReynolds era la cena para cerrar el trato con los inversionistas de Nueva York, querían expandir el negocio de licores de la familia hasta el otro lado del país, era una gran oportunidad para incrementar sus ganancias.

Las pocas cosas que Ricky sabía sobre Enterprise Licors McReynolds's no eran suficientes para descubrir que esa empresa no dejaba ni la mitad de dinero que el negocio real.

-Casi- mintió comiendo una aceituna.

Para no dejar en evidencia su violencia intrafamiliar Hal había permitido a su hija y esposa ir a la costa a celebrar la tradición.

-Intenta que no ensucie tu nombre para limpiar el suyo antes de que cumplas la mayoría de edad- aconsejó en voz baja cerca de su cara.

-¿Qué dices?- preguntó apretando los labios y marcando sus hoyuelos.

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