Capítulo 38. La ausencia.

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-¡Hola!- gritó Jenna a espaldas de Caleb haciéndolo saltar de sopresa.

-¡Me asustaste!- anunció lo evidente volteandose hacía ella.

-¿Te interrumpo?- preguntó mirando el motor del auto que arreglaba.

-No, descuida- abrazó de su cintura con cuidado de no mancharla de grasa pero a Jenna no le importó y rompió la poco distancia entre ambos.

-¿Sabés por qué estoy aquí?- preguntó apartándole el pelo de la frente- Tenemos el último ensayo una hora antes de la presentación de hoy- recordó.

-¡Carajo, cierto!- gritó apartandose con prisa.

-¡Caleb!- lo reprendio por maldecir.

-Lo siento- contestó a modo de burla como un niño- Me cambiaré para irnos- notificó entrando a la casa.

Luego de unos segundos sin su regreso la curiosidad le ganó al respeto y entró a la casa sin su permiso, era mucho más pequeña de lo que pensaba, apenas y eran dos cuartos, tenía pocos y viejos muebles amotonandos para que cupieran bien.

-Caleb- susurró parándose en el umbral de un hueco donde se suponía debía estar la puerta.

La imagen de la espalda desnuda de Caleb abrochandose los pantalones la dejó pasmada un momento.

-¿Qué haces ahí?- preguntó dando media vuelta dejandole a la vista su abdomen desnudo.

Jenna se acercó hasta él y lo besó sin aviso previo, su beso pasó de ser suave y tierno a más sensual.
Tenía un buen tiempo que esos momentos de fuego entre ambos se habían apagado, no porque no les gustara; sino porque con todo el drama que estaba girando alrededor de ellos apenas tenían tiempo para asimilar que la realidad superaba la ficción.
Desde que habían entrado a la banda sus vidas se tornaron en aquello que juraban era sólo entretenimiento, pero cada día confirmaban que el arte imitaba a la vida.

-Jenn- murmuró cuando la chica acaricaba su nuca repetidas veces sin dejar de besarse.

Quería frenarla para evitar que las cosas se volvieran más cercanas pero sus labios y caricias eran tan agradables que le era difícil mantenerse firme.

La energía subiendo los llevo a caminar aún entre abrazos y besos hasta que cayeron en la cama.
La espalda de Caleb reposaba sobre ésta mientras Jenna se acomodaba a horcadas suyas para continuar aumentando su cercanía.

-Jenna basta- musitó cuando sintió como dejó un camino de besos sobre su cuello, intento apartarla pero ella continuó- Basta, alguien puede entrar- excusó  quitándola por completo de él con suavidad.

Se incorporó sobre la cama y cogió la camiseta que estaba por ponerse ante de que Jenna entrara.

-¿Qué?- preguntó cuando vió su mirada enojada repasandolo de abajo a arriba.

-No lo hice bien, ¿verdad?- preguntó ahora apenada refierendose al contacto.

-No- respondió Caleb poniéndose los zapatos con prisa- Estuvo bien- añadió cortante.

-¿Estuvo bien?-preguntó dolida a su indiferencia y él asintió -¡Me quitaste Caleb!- gritó herida y avergonzada.

-Sí, eso hice porque aquí no- excusó torpe -Alguien puede vernos- su tono era severo y tajante, no molesto pero sí indeferente.
Lo estaba haciendo a propósito para romper la posibilidad de que pudieran hacer nada.

-¿No te gusto?- preguntó Jenna algo triste mirándose el cuerpo.

-Me gustas- respondió de igual forma.

Shut Up.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora