Capítulo 22. La herencia oculta.

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Días después.

-Oye Jacklyn- dijo Hannah algo incómoda mientras salían del teatro.

La consejera se detuvo para ver qué necesitaba.

-¿Cómo puedo saber si alguien está haciendo dietas peligrosas?- preguntó en susurro.

-¿Cómo dices?- se asombró al instante.

-Sí, creo que alguien cercano a mí está haciendolo.

Su preocupación se debía Matt, durante semanas había notado que lo que comía era cantidades mínimas, sin mencionar que ya asistía a un gimnasio y su peso disminuía con cada día que pasaba.

-Primero tienes que saber porque lo está haciendo, una dieta debe estar administrada por un nutriólogo, no puedes hacerla así como así - explicó.

Hannah escuchaba con atención.

- Sufría de sobrepeso antes- confesó- Creo que está obsesionandose con la idea de continuar bajando.

-¿Han hablado sobre eso?- preguntó y Hannah negó- Hazlo, descarta que lo que este haciendo sea peligroso , recuérdale que su identidad no está basada en el número de la báscula y qué tú y todos lo aprecian por quién es, no por su peso.

-Lo haré- aseguró Hannah.

-Y por favor, busca ayuda de alguien profesional- Hannah asintió y se prometió que haría todo lo que le había aconsejado.

...

-¿Puedes dejarme aquí?- preguntó Jenna casas antes de la suya para que Caleb detuviera la motocicleta.

Si su madre lo veía cerca tendrían otra pelea, no habían hablado mucho al respecto luego de que se dijeran cosas tan hirientes. De hecho, ni siquiera había trabajado ese día, le pidió a Jo que la cubriera para ir al ensayo, y aunque el sueldo no era costoso le permitía que su hermana más pequeña Jessie se quedará durante el turno.

-¿Qué sucede? Es tu madre otra vez ¿no?- preguntó molesto cuando se estacionó.

-Lo siento- dijo bajando de la motocicleta- La noche del festival tuvimos una discusión horrible- contó y Caleb escuchó con atención por si aquello era importante.

-¿Por mi culpa?

-No- mintió- Es su culpa, no tuya, ella cree que nadie es capaz de amarme y que quieres aprovecharte de mí.

Caleb palideció al oírla, tenía terror de que Olivia sospechará de sus planes.

-Eso no es verdad- argumentó algo nervioso- ¿Por qué lo dijo?

-Por mi padre- respondió y Caleb se interesó aún más -Si él no fue capaz de quedarse por mi, nadie más lo hará- confesó una de sus mayores inseguridades.

Si tú padre fue capaz de hacerles eso, el robo a mi abuelo no significó nada.

Pensó Caleb.

-No digas eso- dijo acercándola a él sintiéndose mal por la chica.
Jenna besó sus labios tiernamente pero los interrumpió el timbre del celular.

-Es Jo, debe irse ya- le anunció- Está esperándome para que le pague.

-¿Cómo logras pagarle si no tienes dinero?- preguntó con curiosidad.

Jenna se pusó algo nerviosa y se rascó la nariz.

-¡¿Si tienes?!- inquirió asombrado.

-Algo así- dijo incómoda- Desde años encontré un fondo entre las cuentas de mi madre- contó y el rostro de Caleb se tensó al instante.

-¿Le robaste?- preguntó atónito.

-¡No!- gritó- No en realidad, ese dinero era mío- explicó y Caleb no comprendía - Mi padre lo dejó para mí, para cuando fuera mayor- la mandíbula del chico estaba tan apretada que casi se oían sus dientes rechinar- Ella no iba a dármelo Caleb- argumentó tras notar su enojo, pero no sé imaginaba que se debía a algo completamente diferente- Ni siquiera sabe que yo ya la tomé - anunció.

-¿Cuánto es?- preguntó descortés.

-No es mucho, lo suficiente- respondió - Me hace pensar que sí lo dejó para mí es porque sí le importaba de alguna forma- añadió.

-¿Cómo accediste a el sin que se diera cuenta?- preguntó de nuevo.

-Tengo un conocido en el banco, él me ayudó- respondió omitiendo que fue gracias Ander y a su padre que logró sacar el dinero sin darle los pormenores a Olivia.

-¿Desde hace cuánto lo tienes? Porque no parecias tenerlo al inicio de clases- dijo aún irritado.

-Lo conseguí hace como más de un mes- respondió.

Todo cuadraba a la perfección, en las citas Jenna siempre pagaba todo y últimamente no se preocupaba por sus gastos innecesario en la escuela o el teatro.
Todo eso de la supuesta herencia alimentaba su sed de justicia, ese dinero podría ser fácilmente suyo, pero gracias al padre ausente y la madre narcisista; no tenía más opción que trabajar para ganarselo.

Malditos. ¡No es justo!

Pensaba.

Se acercó hasta ella Jenna y la abrazó con falsa felicidad.

-Me alegro que no tengas más problemas de dinero- dijó haciendo su mayor esfuerzo por sonreír.

-Gracias bebé- respondió pasando sus manos por su cuello y dándose un beso.

Y me alegro también porque voy aprovecharme para robartelo.

Puntualizó mentalmente.

Cada noche cuando iba a dormir una voz en su cabeza le recordaba que estaba mal lo que hacía pero cuando estaba a punto de echarse para atrás descubría algo sobre los Clark que lo obligaba a continuar con más fuerza.
Ese dinero que Jenna dispalfarraba en tonterías era suyo, con eso podía poner un mejor taller, podía ayudar a su familia, con ese dinero habría podido salvar a su madre.
Eso último era lo que más lo motivaba así que mandó al diablo sus remordimientos y decidió de una vez por todas dar en el punto clave.

Shut Up.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora