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CAPÍTULO VEINTISIETE

El profesor HyunJoo había mostrado interés por Hae-in desde hace algún tiempo, él era un hombre soltero sin compromisos en su vida, y ella también. Le parecía carismática, responsable con su trabajo y de carácter duro, tal cual le gusta. Haberla llamado ese día fue un acto desesperado por la simple razón de que, semanas antes, tuvo varios intentos de hablarle seriamente pero ella siempre huía. Decidió buscar su número en los registros, sólo encontró el de su casa. Y ahí estaba, nervioso desde la comodidad de su hogar con la femenina de la otra línea. Muerde las uñas de sus dedos. No lo puede creer, ¡La llamó! ¿Cómo reaccionaría la maestra Kang? ¿Le diría acosador? ¡Lo puede odiar! Oh, no debió llamar.

-Hae-in -utilizó su nombre de pila-, hola.

-¿HyunJoo? -él carraspeó nervioso-. Tienes el número de...

-E-Estaba en los registros. -respondió- Tú número de celular no se hallaba, supongo que que quisiste ponerlo por razones personales, pero y-yo quería hablar contigo por un tema en especial, no es nada urgente, lamento si te distraje en un fin de semana pensé que...

-¿Qué necesitas?

-Salir contigo. -fue breve al decir, el aire salió de sus pulmones con nervios.

-No quiero. -y ella había sido aún más breve, honesta, y en cierto punto cruel- Lamento si fue malinterpretado, pero no está en mis intenciones tener una relación en estos momentos, mucho menos con un compañero de trabajo. Creo que arruinaría el ambiente.

Hace tres años HyunJoo terminó con su novia, ella lo dejó por otro chico. Tiene una inseguridad en él, siente que no es suficiente para las mujeres que le gustan, este caso no es diferente. Podría rogarle por una oportunidad, sólo un día ellos dos, a solas. Pero, entonces, ¿No estaría invadiendola? Emitió un leve suspiro mientras golpeaba su cabeza contra el cabezal del sofá.

-Entiendo. -dijo, su tono desanimado hizo sentir un poco culpable a Hae-in.

-Eres un gran hombre, HyunJoo. Sólo que ahora no pienso en eso, necesito tiempo para... bueno, adaptarme a todo.

-Esperaré a eso. -sonrió- Nos podremos conocer más.

-Sí, es probable. -ella suspiró- ¿Nos vemos el lunes?

-Hum, adiós Hae-in.

La llamada fue colgada con una sonrisa en el rostro de ambos. Apenas el teléfono fue puesto en su lugar, la mujer descubrió ojos curiosos observándola fijamente, giró sus orbes con burla. Volvía a ser una adolescente siendo vigilada por sus curiosos hermanos mayores, sedientos de chisme.

-¿Quién era? -preguntó Eumko- ¿Te invitó a salir? ¿Por qué lo rechazaste?

-No les diré nada, soy una mujer adulta y... ¡Mierda! -el teléfono de línea volvía a sonar, algo molesta lo tomó- ¿Qué?

-No hablamos hace años y me respondes así, vaya modales los tuyos.

Ese particular timbre de voz era conocido por ella, su boca se abrió con sorpresa y chilló emocionada. Era NamJoon oppa, el joven hombre que en su adolescencia la ayudaba con consejos para evitar meterse en problemas. Fue durante mucho tiempo el mayor soporte de YoonGi, pues él confiaba plenamente en el Kim. Y ella también.

-Lo siento, oppa. -sus mejillas se sonrojaron- No sabía que eras tú, pensé... -negó antes de continuar- ¿Por qué llamas? ¿Sucedió algo?

-Traté de conseguir tu número pero nadie lo tiene -se ve que era algo normal-, iba a llamar a uno de tus hermanos por aquí, pero veo que tuve suerte, atendiste tú. -él rió- Sé que me odiarás por esto, pero EulKi me pidió llevarte a la reunión.

-Al aniversario de ellos. -chasqueó la lengua con burla- Claro, grandioso.

-No lo hagas por EulKi, o por la relación de ellos. Hazlo por todos nosotros, nos podremos reunir luego de casi diez años sin vernos, ¿No sería grandioso? Vamos, ya somos adultos, es hora de madurar.

Si bien pensó en dejar sus intentos por atraer la atención de YoonGi, la castaña cree que, si va, podría ser malinterpretada por el resto. Todos saben lo que hubo ahí, y que si ella lo quisiera, podría volver a ser algo con el Min. Recordó el anillo que le obsequió, tan lindo pero viejo, tan viejo y poco valioso, tan poco valioso y lleno de recuerdos. Era un objeto memorable, se quedaría con eso, con lo que sucedió, los buenos momentos entre ambos mientras duró.

-Bien. -aceptó- Iré por ustedes.

Entendió que YoonGi merece ser feliz, y ella no podría darle eso, nunca lo haría porque es alguien que jamás estará con él de la forma que quiere.