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O12

CAPÍTULO DOCE

—¡Kim, es mejor que corra o hará veinte vueltas más! —su grito provocó el estremecimiento de uno de sus tantos alumnos, el niño de segundo año comenzó a correr, dejando atrás a su novia, con quien se detenía a hablar cada dos minutos— ¡Comiencen a trotar! No quiero vagos en esta cancha.

Min era del tipo de profesor que sus alumnos disfrutaban de no ver seguido, con tan sólo dos veces a la semana ya era exhaustivo y suficiente. Tiene la mala costumbre de querer hacerlos sudar hasta encontrarlos tirados en el suelo sin poder respirar correctamente, ¡Es un monstruo! Toda la escuela temía del amargado Min YoonGi, se decía que al verlo a los ojos, podrías quedar cansado, la energía que se carga no es mucha, pero tiene una garganta poderosa para gritarles mil barbaridades en tiempo récord.

No es el más amable, por eso, contrasta completamente con la dulce Maestra Hae-in, quien lo veía desde la distancia junto con HyunJoo, un profesor que con el tiempo consiguió ser su amigo en la pequeña institución. Se siente agobiada, desde que la noticia sobre el compromiso de él y esa mujer llegó a su mente, no ha podido parar de repasar los momentos en donde prometió algún día casarse y formar una familia juntos. Está humillada, lo entiende, y acepta que se lo merece. Actuó mal, no puede esperar a que YoonGi siga enamorado luego de tantos años, dejarlo, y no devolverle las llamadas.

Es más, hasta la odiaría.

—La excursión es en una semana —dice a su lado el hombre—. La dirección envía a cuatro profesores para los dos salones, entre ellos, al profesor Min.

—¿Debo ir? —suspira—. Soy nueva aquí, no es justo.

—Los niños te eligieron como profesora de confianza, así que…

—De acuerdo, iré, sólo por ellos.

Es una mujer adulta, en su juventud no era la más tranquila, ni la más calmada, tal vez su mal comportamiento sustituye a las buenas calificaciones que sus padres tanto presumían. Sin embargo, en la actualidad podría decir que es alguien callada, que no dice mucho si no tiene la necesidad, puede presumir de lo amada que es por la gente que conoce. Algo extraño, pensando en que sus ex parejas la tachan de egoísta, rencorosa y –en cierto punto– una manipuladora incontrolable. Le agrada saber que es querida por sus alumnos, al menos puede dejarles una buena enseñanza sobre la vida y el futuro que les depara, aunque no es el mejor ejemplo de adulto.

De cualquier forma, ¿Quién es mejor? No ha conocido a nadie sin un mínimo de errores en su vida. Y YoonGi no es la excepción.

—Intuyo que no te agrada mucho el profesor Min.

HyunJoo la ve entre risas, y la mala expresión de Hae-in le confirmó lo dicho, a ella no le agradaba el hombre, posiblemente a él tampoco le agradaba ella.

—Ve a darle la autorización. —pidió— Iré a tomar un café.

Luego de que su compañero le diera la autorización a YoonGi, él pensaría en sí ir o no, lo dudaría, y entonces, posiblemente niegue la oferta para no estar cerca. Hae-in siempre piensa las cosas antes que sucedan, y eso es lo que la hace sentir tan ansiosa, nerviosa e incompleta por momentos.

Sólo es una mujer solitaria.