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CAPÍTULO TREINTA

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CAPÍTULO TREINTA

TaeHyung, Hoseok, NamJoon y Hae-in se hallaban en la sala del nuevo hogar de Min YoonGi. Su encuentro provocó algunas lágrimas por aquí o allá, fue emotivo, más porque su despedida en la graduación había sido corta, casi inexistente. Un abrazo fuerte, un 'cuidate' y la tensión por haberle terminado al pálido sin mayor fundamento, separó un poco al grupo de amigos. No se necesitó de mucho tiempo para que a los minutos los cuatro terminaran riendo entre anécdotas de su descontrolada adolescencia en pleno comienzo de siglo veintiuno, las veces que TaeHyung intentó coquetear con la castaña sin tener éxito hicieron que llegaran más risas de amigos, pues era gracioso pensar en que ahora él cuenta con un esposo.

Hae-in se sintió muy cómoda, a tal punto que quiso llorar, no entendió a sus propios sentimientos, sólo sabe que la culpa había sido tan grande que llenó sus ojos de gotas, éstas mismas fueron tapadas con sus dedos. Estaba muy feliz de ver a sus viejos amigos convertidos en adultos, de escucharlos hablar de sus vidas y saber que les fue bien. EulKi se unió a la plática, y le cayó bien.

No le había dado la oportunidad de ver si –en la más mínima posibilidad– podrían ser amigas.

Diez minutos después, quedaron callados cuando el ruido de unas llaves fue oído.

—Esperen, ¿No habrá visto nuestros autos? —dijo NamJoon.

—Mierda... —susurró EulKi.

Hoseok no iba a decir que la sorpresa ya estaba arruinada desde antes.

No tuvieron tiempo a apagar las luces cuando una cabellera negra y una piel pálida se presentó en el marco de la puerta. Sus ojos se abrieron en grande, puede que no haya esperado verla a ella ahí, sentada al lado de su prometida, con una copa de vino y aperitivos en la mesa del centro. El sofá fue invadido por sus amigos, se veían cómodos.

YoonGi dio un paso, su cuerpo tenso. Traía en ambas manos bolsas de compras, chocolates para EulKi, unos obsequios y helado. Realmente pensó que tras su platica ella iba a rechazar la invitación.

—¿Sorpresa? —fue TaeHyung el primero en levantarse.

—¿Qué es...? —ve a sus lados, no puede creerlo. Las fotos de su infancia se encuentran por todos lados, están ahí para ser vistas— Cariño...

EulKi atina a tomar las bolsas en sus manos y besarlo— Feliz aniversario, pensé que te gustaría volver a estar con tus amigos, así que los invite. —llevó las bolsas a la cocina para guardar el helado, y él quedó allí, con ellos.

A NamJoon lo ve seguido, HanJi es la principal razón. Hoseok suele llamarlo para pedirle ayuda en su relación, no es muy bueno siendo atento con las mujeres. TaeHyung de vez en cuando envía mensajes en las fechas importantes, pero suele estar en su segunda casa de Busan, donde vive con su esposo. A veces llega a Daegu por su familia. Hae-in... ella llegó hace unos meses y ha descontrolado todo, aunque ahí está, sentada con una copa de vino y mirada baja, no se atreve a decir nada.

Y si ha ido, es por una razón. Ella piensa soltarlo, el collar en su cuello es una prueba de que aprecia los años juntos, pero los deja irse.

YoonGi suspira.

—Bastardos. —sonríe— ¿Así que volvemos? —sostuvo en su mano una de las últimas fotos de la graduación donde los cinco están.

—EulKi quiere recrearla. —habló Hoseok.

NamJoon dio dos golpecitos en su rodilla para que se levantara, ella inhalo fuerte y lo hizo, tomando fuerzas.

—Estamos un tanto viejos, pero yo creo verme igual de atractivo. —dijo el Kim menor— Joon Hyung ese día vestía de traje, volvió loco a nuestras compañeras.

Rieron. Y Hae-in también lo hizo.

Se acercaron, entonces EulKi vino con la cámara vieja del Jung.

—Es una linda sorpresa, amor. —le dijo— Gracias.

No, no era una sorpresa.

—Sabía que te iba a gustar. Has estado como loco con los recuerdos, no quiero imaginar cuando llegues a los setenta, ¿Debería hacer clones de tus amigos?

—Así tendría quienes le limpien el trasero cuando sus arrugadas manos no le funcionen.

—Y la paja. —recalcó el Min.

Rieron más fuerte.

Rieron más fuerte

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hello, my first love! ➵ ʙᴛs;; myg [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora