Kakuhidan "La máxima conexión"

Confesión

Hidan jamás había visto tanta irá por parte de Kakuzu, era casi irreconocible y por primera vez sintió cierto temor hacia su compañero.

Cómo respuesta para que el más alto lo soltará de una vez por todas, asintió con la cabeza y de inmediato fue liberado.

El moreno se incorporó para después caminar hacia sus monstruos, guardando dos de ellos en el interior de su cuerpo.

-Hidan, regresa a la base, yo terminaré está misión- le ordenó Kakuzu mientras le daba la espalda.

Esa actitud fastidió al jashinista, no entendía porque su compañero de repente era tan frío y distante.

-Haz lo que quieras maldito pagano de mierda, estoy demasiado cansado para seguir con este patético plan- contestó el menor cruzando los brazos, no quería admitirlo, pero estaba herido, tenía tantas cosas que preguntarle al moreno y este solo pensaba en cómo alejarlo.

Kakuzu chasqueó los dedos y de inmediato, una de las máscaras salto aterrizando a un costado del jashinista.

-Ve por el aire, será más seguro, no sabemos quién más puede estar detrás de tu cabeza- y así, el moreno salió corriendo nuevamente hacia el bosque, siendo acompañado por su corazón.

El religioso se quedó ahí unos segundos procesando las acciones y palabras del tacaño.

"¿Acaso ese anciano está tratando de cuidarme?" pensó Hidan con las mejillas levemente sonrojadas, la vergüenza se había apoderado de todo su ser.

-¡IDIOTA, IDIOTA, IDIOTA, NO NECESITO TU MALDITA LÁSTIMA, SOY MAS QUE CAPAZ DE SALVAR MI TRASERO, KAKUZU EN SERIO QUIERO MATARTE!- gritaba con fuerza el fanático patentado todo a su alrededor, confundiendo al monstruo que portaba el elemento del viento.

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Sin tener otra opción, Hidan se montó sobre esa criatura hecha de hilos y en un parpadeó ya estaban volando.

Uno pensaría que en una situación tan extrema, el menor estaría concentrado en su destino, pero lo cierto era, que no podía quitar aquella sensación de su cabeza, esa imagen de él y Kakuzu conectados.

"Fue la sensación más extraña del mundo, fue como si desapareciera pero a la vez pudiera verme" pensó el menor extendiendo sus brazos hacia adelante para observarlos mejor.

-La rubia dijo que la conexión era una experiencia única, que solo las personas compatibles podían unirse, pero según las notas de la comadreja, el anciano y yo ni siquiera deberíamos estar juntos- susurró el jashinista algo desanimado.

"Tal vez lo mejor sea olvidarlo, dudo que pueda volver a pasar" en ese momento, un fuerte ruido regresó a Hidan a la realidad y noto que algo se acercaba a ellos a toda velocidad.

Sin pensarlo dos veces, el chico de ojos violetas se puso de pie para sostener su guadaña con fuerza, listo para aniquilar a cualquiera que se atreviera a ponerle una mano encima.

Pero al ver de quién se trataba, bajó la guardia y con calma volvió a colocar su arma sobre la espalda.

-Wow, no sabía que esas cosas tenían la habilidad de volar, es bastante interesante, hm- dijo cierto rubio de ojos azules.

Hidan estaba por responderle pero de inmediato se percató que su amigo no venía sólo, del otro lado de ese enorme dragón de arcilla reposaba el marionetista de cabello rojizo y el chico infantil con máscara anaranjada.

-¡Sempai, que alegría verlo, Tobi está muy feliz de encontrarlo!- saludo con mucho entusiasmo el buen chico.

-Que extraño verte solo, ¿dónde se metió Kakuzu?- preguntó el Sasori con su típica expresión fría.

Hidan miró hacia otro lado incómodo, la verdad, no estaba de humor para tocar el tema y menos con ese ninja.

Deidara al ver el comportamiento del religioso alzó una ceja intrigado, por lo general, las respuestas del jashinista eran groseras, directas y muy hirientes.

-Vamos de regresó a la base, sube, creo que mi escultura es más rápida, hm- señaló el rubio.

De mala gana, el fanático aceptó la oferta, solo para regresarle de una vez por todas el corazón al moreno. Una vez arriba del dragón, Hidan le ordenó al monstruo de hilos que regresara con su amo y este de inmediato se retiró.

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Durante un rato el camino fue tranquilo y silencioso, hasta que de forma discreta Deidara decidió sentarse al lado del religioso.

Hidan le dió una mala mirada, pero este lo ignoró para llevar su dedo a la escultura y trazar sobre la arcilla un mensaje.

"¿Qué fue lo que pasó?, estás actuando muy extraño"

Hidan hizo una mueca, por un segundo quiso gritarle al rubio pero al notar que el pelirrojo los observaba, no le quedó de otra más que seguirle el juego al menor.

"Déjame en paz, rubia chismosa"

El artista apretó los dientes para volver a escribir.

"Eres una molestia y siempre me arrastras en tus mierdas, así que ya dime lo que te pasa"

El religioso soltó un fuerte quejido, frustrado por tantas emociones en un solo día.

"Te lo diré en el cuarto, hay unas ratas muy cerca de nosotros"

El rubio alzó la cabeza para notar que tanto como Tobi cómo Sasori trataban de ver la conversación.

"Entiendo, debe ser muy patético si le da pena que otros miembros de Akatsuki se enteren" pensó Deidara con una sonrisa incómoda.

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Ya en la guarida los menores se escabulleron hacia al cuarto más cercano para poder hablar con libertad.

-Bueno ya estamos solos, ya dime que es lo que te está comiendo por dentro, hm-

De golpe el jashinista se giró mostrándole a su amigo una expresión única, era una mezcla entre irá, pena y confusión.

El rubio abrió los ojos lo más que pudo sorprendido de ver al jashinista en ese estado.

-Kakuzu y yo, nosotros, nosotros- dijo Hidan en voz baja, desesperando al artista.

-¿Qué?, no te entiendo nada, habla más fuerte tarado, hm- dijo Deidara acercándose colocando su oído por delante.

Sin poder soportarlo más, el religioso explotó soltando un fuerte gritó que dejó al artista con los sentidos aturdidos.

-¡KAKUZU Y YO NOS FUSIONAMOS!-

Aquí les traigo el capítulo nwn ❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️esperó les guste, me está gustando mucho este nuevo proyecto ❤️✨