Kakuhidan "La máxima conexión"

Libertad

Inesperadamente el Uchiha sonrió para después sujetar la mano del jashinista. 

-Vale la pena intentarlo- dijo Itachi. 

Hidan asintió para luego dirigir la mirada hacia el artista. 

-¡Date prisa rubia, a este paso nos harán filete!- gritó el creyente, ya con varias gotas de sudor sobre su frente. 

Deidara observó a ambos e inesperadamente los apartó dándoles un fuerte empujón hasta casi hacerlos chocar con el metal caliente. 

-¡ME NIEGO HACER ESTO, PREFIERO MORIR AQUÍ ANTES QUE FUSIONARME CON UN UCHIHA, HM!- gritó el rubio con una irá indescriptible. 

Era oficial, ambos chicos sorprendidos por el comportamiento del menor, nunca antes lo habían visto así. 

Hidan agitó su cabeza tratando de regresar a la realidad para así confrontar al terrorista.

-¿¡DE QUE DEMONIOS ESTAS HABLANDO, ARTISTA DE CUARTA!?, ¡NO TENEMOS TIEMPO PARA LIDIAR CON TU ESTÚPIDO ORGULLO!- el fanático se acercó hasta el chico de ojos azules y sin algún tipo de compasión comenzó a tirar de su larga cabellera. 

-¡SUÉLTAME TARADO, HM!- Deidara trató de apartarlo pero le fue imposible. 

-¡NO HASTA QUE ACEPTES UNIRTE CON NOSOTROS!- 

-¡BIEN, LO HARÉ, PERO SOLO SI ESA COMADREJA SE DISCULPA POR LO QUE ME HIZO, HM!- 

Fue entonces cuando Hidan recuperó un poco de su cordura. 

-¿El Uchiha te hizo algo?- el religioso estaba un poco confundido. 

Deidara aprovechando que su amigo se había distraído, se zafó del agarre para luego señalar con su dedo al más alto. 

-¡Esa escoria arruinó mi vida, ese día no solo me obligó a unirme a esta organización sino que desprecio mi arte con esos podridos ojos, hm!- cada palabra que salía del rubio estaba llena de odio y un gran desprecio. 

El Uchiha se quedó en silencio mientras que el jashinista estaba entrando en pánico ya que comenzaba a faltar el aire. 

-¿Qué esperas que yo haga?- preguntó Itachi con gran serenidad. 

-Quiero que te disculpes, hm- le ordenó el más bajo. 

El poseedor del sharingan miró directamente al rubio antes de volver a abrir la boca. 

-No- 

Hidan que ya estaba al borde de la desesperación, le dió un golpe en la nuca al Uchiha cómo señal de protesta.

-¡COMADREJA!- 

-¿Qué?, no lo siento- contestó Itachi sobándose el área afectada.

Deidara estaba a nada de lanzarse sobre del chico pelinegro, pero la estructura se empezó a mover, haciendo que poco a poco las paredes se acercaran a ellos para aplastarlos. 

-¡POR EL AMOR A JASHIN-SAMA, LO QUE ME FALTABA!- Hidan tomó su guadaña para ensartarla de tal modo que el movimiento del muro fuera más lento. 

Itachi que sabía que ya no tenían mucho tiempo, decidió sincerarse con el artista. 

-No tengo nada de qué disculparme, porque yo jamás he sentido desprecio hacia tu arte, Deidara- 

El rubio lo miró sin poder creerle. 

-¿Quieres saber la verdad?, yo siempre he sentido envidia de ti y también de Hidan- 

Eso descolocó por completo a los chicos, incluso por un segundo olvidaron las deplorables condiciones en las que estaban.

-¿¡QUÉ!?, ¡DEJA DE DECIR MENTIRAS!- gritaron al mismo tiempo los ninjas escandalosos.