La noche transcurrió sin sorpresas o complicaciones, fue tanta la paz que los inmortales no se percataron de que ya era de día y debían continuar con sus deberes.
Entonces unos ligeros rayos de Sol atravesaron la deteriorada cabaña, molestando a Kakuzu que no soportaba ese tipo de luz sobre su cara.
Poco a poco el mayor abrió los ojos, para ver cómo su pareja seguía recargado en él. Hidan dormía con una boba sonrisa sobre su rostro, cosa que le hizo gracia al avaro.
"Es una pena despertarlo, pero no hay otra opción, a este paso Pain mandará a alguien a buscarnos" pensó el moreno agitando al menor.
Cómo respuesta el chico de los rituales soltó un quejido.
-Cinco minutos más- susurro Hidan para después abrazar a su compañero.
-Levántate, tenemos que entregar el informe, además, necesito estirarme, dormiste toda la noche encima de mí-
-¿Eh?- fue ahí cuando el jashinista se dió cuenta de su posición, de algún modo en su intento de obtener más comodidad, se colocó arriba del mayor.
La cara de Hidan se deformó al instante, dando paso al pánico y la vergüenza.
-¡KYAAAAAAAAA!- aquel gritó tan agudo espanto a los animales que descansaban alrededor de la estructura de madera.
De forma desesperada se apartó del moreno, aplastando su estómago y dándole una que otro pisotón.
-¡FUE UN ACCIDENTE, LO JURO!-
Hidan esperaba que Kakuzu lo moliera a golpes, pero en vez de eso, el moreno solo soltó una risita.
-¿Qué demonios te pasa?, no es la primera vez que haces este tipo de cosas, siempre buscas invadir mi espacio personal- señaló el mayor para ponerse de pie y acomodar su capa.
-Si, pero, esto yo…- contestó con torpeza, si bien Hidan siempre fue alguien pegajosa, le quedaba claro que en aquellas ocasiones simplemente lo hacía para fastidiarlo o como un juego.
El hecho de que inconscientemente buscará el calor de Kakuzu, tenía un profundo significado, asociado con sus sentimientos.
"Esto es demasiado peligroso" pensó Hidan llevándose una mano al pecho sintiendo como éste latía con una increíble intensidad.
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Luego de eso el silencio reinó entre el dúo zombie.
El chico de los rituales caminaba con un lío en su cabeza. Antes había escuchado que la fusión era algo peligrosa, podía hacerte dependiente de tu compañero, al grado de perder tu individualidad, y eso aterraba al jashinista.
"No quiero desaparecer" pensó Hidan sin percatarse de que su pareja llevaba rato mirándolo.
-Tengo que admitir, que me sorprendió el truco de tu guadaña, no sabía que tenía más de un uso- dijo Kakuzu llamando la atención del más bajo.
-Si, está cosa tienes muchas funciones, de hecho también se vuelve kusarigama- respondió el fanático mientras acomodaba su pesada arma sobre la espalda.
-¿De verdad?, es sorprendente, la próxima vez deberíamos usarlo-
El chico apretó los labios armándose de valor para formular esa pregunta que tanto le inquietaba.
-¿Tú también deseas esto?-
-¿Hablas de estar juntos?, claro, ahora que sé que somos compatibles, me gustaría que Kazuki fuera parte de nuestra vida-
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Kakuhidan "La máxima conexión"
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