Estoico - Manjiro Sano (Mikey)

5

Amaya

Las nubes hoy estaban algo oscuras, parecía que pronto iba a llover, ya hacía demasiado calor, supongo que es bueno que llueva.

—Gracias por su compra —despedí a la última persona en la tienda, hoy se veía más vacío de lo normal, y en unos minutos más, podría irme.

—Ne, ne, Amayaaaa.

La última letra había sido alargada, ya sabía quien era, de hecho, con su primer "ne", intuía quién era. Y ahí estaba, con su mirada tranquila, junto a un chico de cabello blanco sonriendo casi de la misma manera.

—Mikey...

—Vino a invitarte a cenar —la voz del otro chico llamó mi atención, mientras que Mikey trataba de golpearlo —Soy Izana.

—Amaya, un gusto.

—No pareces ser la chica de la que Mikey pasa hablando día y noche —por un momento me entristecí por ello, aunque yo no tenía a nadie a quien hablarle sobre ello —su descripción se queda corta con tan sólo verte.

—¿Qué?

—Mikey habla mucho de ti, asique vine a conocerte.

—Oh... —miré a Mikey que miraba a otro lado, pese a que sus orejas estaban rojas, tierno —no sabía que me querías tanto Mikey, es muy dulce de tu parte.

—Cállense.

Reí levemente, Izana pasó entre los estantes mirando algo que le llamase la atención, mientras que Mikey se quedó conmigo, comiendo un taiyaki que Izana pagó con anticipación.

—Entonces, ¿A dónde iremos?

—¿En verdad quieres ir?

—Por supuesto, o..., ¿Acaso te arrepentiste?

—No, claro que no.

Sonreí por ello, para tomar las cosas de Izana y facturar, claro que con las voces de ellos a mi lado fastidiandose en el acto.

—Amaya-chan, Amaya-chan, Amaya-chan... —lancé un palito de dulce al dueño de esa voz —siempre tan amorosa, Bwaja ♡

—¿Qué haces aquí Hanma? —la voz de Mikey a mi lado se escuchó.

—Oh, también el comandante y su hermano están aquí —lo miré mal para tomar lo que siempre pedía —Iba con Kisaki, vine por lo de siempre, y este dulce servirá, supongo.

—Ya sabes cuanto —dije algo cansada, pero al parecer su acompañante no era tan tolerante —Hola, Saki.

—Amaya, ¿Otra vez Hanma?

—Me asustaría que no lo hiciera —sonreí un poco para entregarle todo a su dueños y cerrar ciertas cosas —bueno, por hoy la tienda se cierra, vamos Mikey.

—Oh, saldrás con el líder, que tierno, veré a Amaya-chan enamorada por primera vez.

—Cállate.

Cuando por fin pude despedirme de ellos para tomar el brazo de Mikey que ya me lo había ofrecido, comenzamos a caminar hacía el centro, las luces aún seguían vivas, era temprano, supongo.

—No sabía que los conocieras.

—Hanma era un comprador recurrente, lo supe una semana después de que empecé a trabajar, siempre estaba con Kisaki.

—Eso es más entendible, es un fumador compulsivo a veces.

Asentí dándole la razón.

El camino fue ameno, pero aun así, encontramos un buen lugar para comer, no me sorprendía que Izana me haya dado una banderita, y pensar que la iba a tirar.