20

38 5 0
                                    

Lo que comenzó siendo una noche tranquila, no duró demasiado por la mañana y parte de la tarde...

—¿Cómo es posible que un día como hoy llueva?

—Vamos Emma no es tan malo —la sonrisa tranquila de la morocha vestida de blanco calmaba los nervios de las demás damas en el lugar —Por cierto, ¿Qué sucedió con mis cosas?

—Kokonoi creyó prudente que trabajes un año más para él a cambio de que te comprara otra casa más grande.

—Eso vale más que dos sueldos de Manjiro y mío —negó con sutileza a la vez que miraba de nuevo por la ventana.

—Emma-chan, ¿Y Mikey? —la voz suave de la pelirrosa llamó la atención de todas.

—Kenchan dijo que están listos, Pe-yan lo iría a dejar primero para la ceremonia, Kazutora se ofreció a venir a llevar a Amaya, pero como estamos todas Chifuyu vendría de igual manera.

—Oí Amaya, esto es una señal para que no te cases, aunque yo bromee con no entregarte a Mikey —la única voz del hombre presente llamó su atención, recibiendo regaños por parte de la peliblanca.

Pero no era una preocupación sólo en aquella casa, pronto descubrirían que el tráfico se encontraba saturado por la lluvia, y que el novia veía seriamente en ir a pie.

—Mikey no puedes bajar, llueve y el traje se mojará, Mitsuya no hará otro igual en minutos.

—¿Por qué justo hoy? 

Las cosas siguieron su rumbo entre lluvias y truenos de por medio, un día gris para una boda.

Pero, eso no los detuvo, ambos novios seguían considerando que hacía un día genial, una gran día, uno especial.

Los rojizos cabellos de la novia danzaban con rebeldía por el viento, además de haber varias sombrillas de por medio para que la lluvia no logre su cometido, ahí estaba, con una sonrisa ansiosa.

—Parecía como si hubiera sido ayer cuando te conocí, te veías tan tímida y temerosa del mundo, huyendo de Mikey por que no sabías interpretar tus emociones.

—Vamos Baji, no hables como un viejo.

—Dejame ser, dejame tomar por un momento ese papel, aunque no lo creas lo hago muy bien —ambos rieron por ello, dentro del auto un ambiente melancólico se creaba, habían pasado por tanto y por tan poco.

El novio se encontraba más ansioso de lo normal, su forma de ser era de por si impaciente y que su futura esposa tarde aumentaba la tensión del lugar, siendo su cuñado y amigos quienes trataban de calmarlo.

—Mikey, si sigues dando vueltas empezarás hacer un hueco en el suelo.

—Pero Kenchin, se están tardando mucho.

—No, están justo a tiempo, el que perderá ese tiempo serás tu si sigues así.

El alto de los dos lo veía seriamente con un toque de orgullo, eran mejores amigos que se tenían a ellos, estaban felices de haber conocido a Amaya y que ahora será una gran mujer para Manjiro Sano, o al menos eso pensaba como última esperanza Draken.

Después de todo, Mikey seguía siendo él, seguía teniendo esa característica suya que atraía a las personas.

—Asique llegó el día, lo siento, les estresé más de lo normal.

—Tu...

—¿Qué tal? Comandante, subcomandante, relajense, no pienso arruinar el día tan esperado por Amaya, sólo quería ver como está hoy.

Estoico - Manjiro Sano (Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora