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Amaya

Miré la invitación en mi mano, Manjiro estaba feliz, también lo estaba, eso me hizo caer en cuenta de algo, ya ha pasado tiempo desde que llegué.

—Senju, ¿Puedes acompañarme mañana a la joyería?

—¿A la joyería? Claro.

Sonreí por ello, pero tardó un momento en entender a lo que refería con que quería ir a una joyería, hice un gesto de que no diga nada, a pesar de estar emocionada por ello.

Claro que por ese día, Senju vino con nosotros al igual que Sanzu que la acompañaba.

—¿Qué piensas hacer?

—Quiero un bonito vestido para ese día, y también un anillo.

—Debería ser Mikey quien te lo pida.

—Si, pero ambas sabemos que eso de que el hombre lo haga no va con nosotras, también puedo hacer asique lo haré.

—Buena idea, y con lo idiota que es Mikey, se tardarán un tiempo más en hacerlo.

Reímos un poco por ello llamando su atención, pero negamos ante sus interrogantes, a la final Manjiro  no pudo sacarme nada de información. Ni con sus tácticas más altas.

—N-no...

—Vamos, Amaya, ¿Segura que no quieres contármelo? —un estocada muy lenta volvió a ingresar dentro de mí, Manjiro le gustaba jugar sucio.

—No..., no diré nada —y otra más.

—¿Segura?

—Muy segura —dije, pero sólo empezó a jugar conmigo, y por un momento creí que lo diría.

—Vamos, Amaya, por favor.

—No Manjiro.

Reí un poco para safarme de su agarre y tomar el control y ponerlo debajo de mí, bajé lentamente sobre él, aunque sus manos se posicionaron en mis caderas con la intención de aumentar el ritmo, lo que no le permití, era mi venganza.

—No, ya no quiero nada, iré a darme un baño —dije para cerrar la puerta del baño tras de mí, a la vez que lo escuchaba gruñir por haber hecho esto.

Aunque terminamos haciéndolo de todas maneras en el baño.

En la mañana desperté por los gritos de Senju, anoche nos dormimos algo tarde, mi aun lado de mi a Manjiro, se veía igual de hermoso que siempre.

—¡Amaya! Se nos hace tarde, se nos acaba el día —me sobresalté un poco por ello, esta mujer no conoce la privacidad —Iugh, huele a que cogieron mucho.

—Un café por favor —dije al momento que salió de la habitación, moví a Manjiro para despertarlo, no puede quedarse todo el día en la cama, bueno si puede pero no debe —Manjiro, ya amaneció, despierta.

—Cinco minutos más.

—Iré a ducharme, saldré con Senju asique nos veremos en tarde, o noche —dije para besar su frente y tomar mis cosas y encerrarme en baño para salir fresca como una lechuga —Manjiro, no te quedes en la cama todo el día.

Tomé su rostro entre mis manos, para moverlo un poco, consiguiendo que abra un poquito sus ojos, besé sus labios levemente para verlo un momento, aún seguía en el mundo de los sueños, era tan adorable en ese aspecto.

—Te amo —sonreí por ello —Regresa pronto.

—Si, también te amo, calienta la comida si tienes hambre, ya sabes como hacerlo.

Estoico - Manjiro Sano (Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora