Capítulo XXIV

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POV ROBERTS

Volver a Brownsville nunca había estado en mis planes ya que ni siquiera pensaba estar viva a estas alturas.

Mis incesantes ataques me quitaban las esperanzas de mejorar, justamente por eso, decidí abandonar mi ciudad en primer lugar. Y con ello, condenar a una inmensa tristeza a mis amigos y al amor de mi vida.

Había olvidado lo bien que se sentía conducir por las calles de Brownsville de noche, dónde el tráfico era insignificante.

Me tomaba pequeños instantes para observar a la chica a mi lado, quien miraba por la ventana la pequeña ciudad.

Sonreí, sintiendo esa calidez albergarse en mi interior nuevamente después de mucho.

- si no me dices a dónde se me va a hacer imposible llegar - sentí su risa nerviosa a mi lado

Sin decir nada coloco la dirección en el GPS, al parecer no tenía ganas de romper el silencio entre ambas.

Sabía que tenía demasiadas preguntas por hacerme, y yo sin problema algunos respondería todas y cada una de ellas.

Llegamos a su edificio, muy lindo por cierto.

- me he enterado que eres abogada de familia - comenté entrando al ascensor después de ella

Asintió levemente con la cabeza.

- sabes, yo iba dispuesta a difamar a la artista que se presentaría hoy - confesó, yo abrí mis ojos en señal de sorpresa - iba a decirle las verdades en su cara por haber robado tu arte

No pude evitar soltar una carcajada y acercarme a ella con pasos firmes.

- ¿Tanto me defendías aún estando "muerta"? - bajó su mirada, tensando sus músculos en el proceso

Me detuve a escasos centímetros de su cuerpo y levanté su rostro haciendo presión en su mentón con mi dedo índice.

- te merecías la bofetada que te proporcionó Sofía - bufó - no sabes por lo que tuve que pasar todo este tiempo, por todo lo que tuvimos que pasar en este tiempo

Su confesión logró apretarme el corazón como si me estuvieran asfixiando. Ahora más que nunca no podía dejar de sentirme culpable.

- no me lo imagino tampoco - sostuve su rostro entre mis manos para dejar varios besos por todo su rostro de forma lenta, para culminar en sus labios

El pitido del ascensor indicando que habíamos llegado al piso correcto me hizo separarme de ella, gruñendo en el proceso.

Rió por lo bajo, tomándome de la mano al salir, guiandome hacia la que suponía que era su puerta.

La abrió dejando ver el espacio absorto en una obscuridad absoluta, obviando la tenue luz de la luna que se colaba por las ventanas de cristal que estaban descubiertas por las cortinas.

Encendió la luz, invitandome a pasar.

Un lugar acogedor, muy a su forma y estilo.

Me encantaba.

Sonreí al poner mis ojos en el cuadro que le había obsequiado.

- ¿Algo de tomar? - preguntó desde la cocina, sacándome de mi transe

- las niñas buenas no toman, Elizabeth - sonreí al pronunciar esas palabras - lo que sea está bien

Desapareció unos minutos, dejándome a solas en la espaciosa sala.

Escaneé todo el lugar con la mirada, dirigiéndome a las ventanas que daban vista a la calle.

Mis ojos se perdieron en las luces de la cuidad, muy a lo lejos, se podían apreciar las luces de Nueva York.

GREEN EYES//Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora