GREEN EYES//Completa.

EXTRA¡!

POV ROBERTS

Deslicé el pincel por el lienzo haciendo el último trazo de mi obra de arte más reciente, al fin había terminado eso que llevaba en mi mente desde las últimas vacaciones con Elizabeth y Sabine.

Sonreí al apreciar el resultado, simplemente perfecto modestia y a parte.

Lavé mis manos y salí de la habitación, dejando todo acomodado, mañana estaría listo para empaquetar y mandar para nuestra casa de verano.

— Sabine! ¿dónde estás? — llamé a mi pequeña ya no tan pequeña, y en segundos pude apreciar su larga cabellera castaña saliendo de su cuarto

Tuve que reprimir una carcajada al ver su rostro hinchado de tanto dormir.

— ¿Que te he dicho de dormir tantas horas seguidas linda?

— es que leía y me quede dormida, lo siento — se acercó a depositar un beso en mi mejilla para luego dirigirse a la cocina, la seguí — ¿mamá no ha llegado?

Tomé asiento en una de las sillas del comedor, recargando mi rostro en la mano.

— debe de estar al llegar, adelanta trabajo para poder irnos mañana — expliqué — ¿me preparas uno? — pregunté refiriéndome al sandwich que terminaba de preparar

Asintió, colocándolo luego con un vaso de jugo delante de mi y después tomar asiento.

— a veces me sorprendo como están juntas, si son completamente diferentes

Sus palabras provocaron que un sinfín de recuerdos llegaran a mi cabeza, sacándome una sonrisa.

— ¿De que te ríes?

— nada, — levanté mi vista obligando a sus ojos a conectar con los míos — es como dicen por ahí, — moderé mi sonrisa a una de lado — polos opuestos se atraen

Cómo si la hubiéramos llamado con el pensamiento, Elizabeth ingresó por la puerta con su típico puchero de cansancio y tiró el portafolios encima de la mesa.

— ¿Algún día dejarás de llegar tan cansada? — cuestionó nuestra hija, recibiendo un beso en la frente por parte de la castaña

— creo que nunca — respondió con una leve sonrisa, acercándose a mi — pero al menos hoy pude terminar el trabajo restante, son muchos casos que revisar, y mi puesto no apacigua nada, estos abogados incompetentes no sirven para nada — protestó sentándose en mis piernas

— tranquila amor — besé su mejilla — ve a darte un baño, Sabine y yo prepararemos la cena — sonreí besando tiernamente sus labios

Aceptó mi propuesta sin protestar, llendo a la habitación con pasos lentos. Sonreí viendo su silueta desaparecer por el corredor escaleras arriba. Sinceramente era como un vino caro, mientras más años le caían más delicioso se volvía. Mañana cumpliríamos catorce años de casadas.

¿Mucho tiempo? Sí

¿Demasiado? No

Ninguna cantidad de tiempo sería demasiado a su lado.

Las felicitaciones no se hicieron esperar ese 25 de mayo, pero mi sorpresa llegaría más tarde.

—¿Que es eso que con tanto misterio llevas semanas preparando? — cuestionó, sacando algunas bolsas del auto mientras yo sacaba las maletas de la cajuela

— la curiosidad mató al gato, Liza — sonreí llegando a su lado — calma, linda, estoy segura que te va a encantar

Cerré la conversación con un beso en sus labios, entrando a la casa.