el reino de Karmaland, un lugar donde los Alfas, Omegas y Betas conviven entre sí, los omegas son despreciados desde los principios de la realeza al ser vistos socialmente como inútiles pero eso cambiara.
Quackity, un Omega híbrido, mitad humano mi...
Cuanto más cerca del lugar de los sirvientes estaban los llantos eran más fuerte, el menor aceleró el paso y encontró a Rubius tirado en el piso con los oídos tapados y a una chica tratando de calmar a su hijo.
Q: dame -dijo arrebatándole al niño de los brazos de la chica- tranquilo mi niño, ya estoy aquí, "mamá" está aquí -dijo mientras lo mecia de un lado a otro haciéndolo calmar de inmediato-
R: por fin, no paraba de llorar desde que fui a buscarlo.
Q: gracias, de verdad Rubius, si no fuese por ti, seguro no lo volvería a ver con vida -le sonrió, trataba de no llorar, estaba aliviado por tener a su hijo con el-
R: no hay de que pero me debes una, tu esposo si que está loco.
Q: ¿estás bien? ¿Te hizo algo? -la preocupación se notaba en su voz-
R: si, pero ahora el está en el calabozo, intento apuñalarme el gilipollas, si no fuera por la armadura no estaría vivo, no saldrá por un buen tiempo -el menor sintió un gran alivio al escuchar eso último ¿acaso eso significaba que no volvería a verlo?-
El menor dejó soltar un par de lágrimas, se arrodilló frente a el y se inclinó.
Q: gracias Rubius, de verdad, por salvar a mi hijo, y sin saberlo también me salvaste a mi, no sabes cuan agradecido estoy -el rubio se sonrojo un poco por eso y lo miro sorprendido-
R: ¿a que te refieres con eso?
Q: y-yo... -desvío la mirada-
R: está bien, no tienes porque decirme, ahora levántate o lastimaras tus rodillas niño -el menor solo asintió y se levantó con ayuda del rubio-
A: bien Quackity, prepárate así vamos a la habitación de su majestad el príncipe, su clase de piano está por terminar -el menor asintió y se dirigió hacia el baño-
Todas las chicas y algunos omegas que se encontraban ahí empezaron a elogiar al rubio por lo valiente que era por salvar al niño.
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El menor ya se encontraba en la habitación esperando un poco impaciente al castaño.
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A: recuerdaniño, si el príncipeteordenaalgo tienesquehacerlosinrechistar.
Q: entendido, haré lo que pueda y pondré mi mayor esfuerzo.
A: así se habla niño, yo tengo que irme es mi deber proteger el castillo, si necesitas algo afuera de la habitación siempre está Vegetta protegiendo ¿si? -el menor asintió y el mayor se fue dejándolo solo en la gran habitación- ______
El azabache suspiro, se sentía cansado y frustrado pero al menos pensaba que ahora tendría una vida mejor lejos de su esposo y junto a su hijo.
Escucho que abrían la puerta por lo que recompuso su postura poniéndose derecho.
El castaño cerró la puerta detrás de el mientras miraba detenidamente al azabache haciendo que este se pusiera nervioso.
Q: ¿n-necesita algo su majestad? -rompió el silencio que había-
L: unos masajes, me siento estresado -dijo mientras se dirigía hacia el sofá, el azabache solo asintió-
El azabache dudo un poco pero empezó a hacerle masajes, estaba acostumbrado, cuando vivía con Jschlatt lo obligaba a hacerle masajes seguido.
Al cabo de un rato el castaño estaba sastifecho así que le dio una señal de que parar.
L: preparame ropa, iré a ducharme y dormiré un rato.
Q: si, señor -después de unos minutos el castaño salió con la ropa ya puesta y fue a acostarse- ¿desea algo más antes de dormir, señor?
L: por ahora no, puedes retirarte -el menor hizo una reverencia y salió del cuarto del castaño suspiro y se dispuso a dormir-
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