Capítulo -8- Axel Davis

61 19 12
                                    

Nombre: Axel Davis.
Edad: 22 años.
Trastorno: Psicopatía.

Es difícil despertar otra vez en el lugar que más odias; la vida que tenía fuera era el paraíso comparado con la que tenía encerado entra esas cuatro paredes blancas acolchonadas.

Sabía que estaba mal de la cabeza por haber intentado matar a mi hermano cuatro veces, pero no estaba de acuerdo con el encierro; o quizás sí, mejor estar en un hospital psiquiátrico que en la cárcel.

-Axel Davis, tienes visita -dijo el "sexy" enfermero afroamericano de casi dos metros.

Extrañaba la etapa de mis 14 años en la que mis encierros no eran en máxima seguridad. Al menos me distraía mirando lindas piernas y grandes pechos, como los de Meli; esa enfermera sí sabía cómo atender un paciente.

Salí de la comodísima celda a la que allí llaman habitación y caminé por el largo pasillo lleno de loqueros y locos, le di un saludo especial a Eilen porque era su fan; la llevaban en una camilla al hospital, logró apuñalarse otra vez. Caminé mareado por los sedantes hasta el elevador escoltado por el enfermero gigante. Llegamos al primer piso y ahí estaba mi hermano otra vez.

-Por su puesto que eras tú -extendí mis brazos para abrazarlo, pero lo engañé, cuando se acercó lo empujé como siempre y empecé a reír.

-Axel, tu hermano tiene algo importante que decirte -dijo mi psicólogo con seriedad.

-¿Que puede ser tan importante que me pueda importar a mi? -me senté de golpe en el sillón que estaba frente a mí hermano.

-Axel, se trata de mamá.

-¿Esa señora aún vive? -volví a reírme.

-¡Está presa Axel! -me miró preocupado.

Mi semblante cambió, pero no fue porque me interesara, estaba sorprendido.

Otra vez mi riza maliciosa se apoderó de mi rostro.

-¿Estás diciendo que doña perfecta está en prisión? ¿La mujer que me odia por que estoy loquito? -yo no paraba de reír.

-No es momento para tus bromas. ¿Te acuerdas de Salma, la chica rara ricachona?

-Sí, algo. ¿Que tiene que ver ella con mamá?

-La secuestraron y la policía tiene a mamá detenida como principal sospechosa.

-¿Qué? ¿Me vas a decir en qué momento nuestra mami se volvió tan divertida?

-Axel por favor -mi psicólogo me lanzó una mirada de reprobación.

-Tenía una orden de alejamiento porque amenazó a los padres de Salma en público cuando ellos la estafaron. Mamá se quedó sin nada; ella y varias personas más fueron estafados por esa gente. Nuestra madre les dijo que iban a pagar muy caro y que se tendrían que arrepentir por lo que habían hecho; armó tremendo escándalo y por eso la policía sospecha de ella. Esa gente tiene a la ley de su lado y no hay nada que se pueda hacer.

-Aiden por favor. Si querías una consulta personal con mi psicólogo, me hubieras dicho a penas llegué, a él no le molesta; no era necesaria mi presencia -le hice un guiño y me puse de pie.

-De tu reacción a lo que te acaba de decir tu hermano dependía mi decisión para darte la salida o no; pero ya veo que no te interesa apoyar a tu madre en éste momento.

-¿Escuché la palabra salida? -mis ojos se abrieron como platos, llevaba dos años encerrado -. Pobre mamá la debe estar pasando mal -forcé un suspiro, una expresión de preocupación y me senté de golpe en el sillón.

Culpables Inocentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora