2.1K 96 18
                                    

Pedri
Al llegar al Bernabéu, no tenía mucha motivación, sabía que los blancos eran un hueso muy duro de roer y sería un partido difícil, pero era lo que se daba. Empezamos a calentar, el estadio aún estaba vacío, cosa que me sorprendió, pero no le di mucha importancia. Pero después vi a la chica que últimamente no se había ido de mi cabeza y trate de no quedarme mirándola por mucho tiempo.

–Mira, tu novia –habló Gavi a mi lado.

–Ya estamos –resoplé.

–Echale un par y háblale ahora que puedes –dijo él dándome un leve empujón.

–Y una mierda, me da coraje –hablé para luego mirarla.

En un momento se lío parda, Ferrán desvió un balón por hacerse el chulo y en cuanto vi la trayectoria me puse a correr como si la vida me fuera en ello, esa esfera iba a golpearla a ella. Me alcé en el aire con la fuerza de mis piernas y desvié el balón con mi pecho para luego caer no muy elegantemente, casi me la pego.

–Jo–der... –exhalé mientras me agachaba para disimular la hostia que me había pegado y recuperaba mi ritmo de respiración. –¿Estás bien? –pregunté una vez la miré.

–Gracias –soltó ella como si se hubiera desbloqueado.

–De nada –dije mientras me levantaba.

–¿Tú estás bien? Te has hecho un sprint que ni Bolt –dijo con una sonrisa nerviosa.

–Es que yo ya veía el balón en tu cara y no quería que te hiciera daño, como te has quedado ahí quieta... –expliqué mientras me quitaba el sudor de la frente usando mi mano.

–Ya, error mío, pero es que me ha entrado el pánico –dijo ella como si hubiera cometido un crimen. –¿El balón era de Ferrán? –preguntó con una sonrisa juguetona.

–¿Como lo sabes?

–La costumbre –rió.

–Pues no vas equivocada –reí también, si le llega a dar del balonazo que le meto le dejo hablando en francés dos días. –Por cierto ¿Al final quien se ha quedado la camiseta? Como eres del Madrid supongo que no la querrás para nada –comenté mirándola a los ojos, la camiseta iba para ella pero no sabía muy bien si la querría.

–Me la quedé yo, me la diste a mí. Por muy del Madrid que sea, cuando me regalan algo lo guardo como un trofeo –sonrió inocentemente, su sonrisa también me hizo sonreír. Además, esta era la mía.

–¿Entonces el gol que te regalé también lo guardas como a un trofeo? –solté mirándola a los ojos.

–¿De verdad cuando me miraste me lo estabas dedicando? –preguntó con un brillo especial en los ojos.

–No quería que fuera muy obvio, quería que solo lo vieras tú –Lo admito, me puse nervioso en el peor momento.

–Algo vi, la verdad que sí –sonrió de nuevo.

–No quiero ser descarado, pero ¿Te puedo dar mi número y vamos hablando? –pregunté arqueando una sonrisa.

–Claro –me entregó su libreta y yo escribí mi número y a su lado un corazón. Nunca he sido bueno dibujando, más que un corazón parecía un circuito de formula uno.

–Te veo y quiero hablarte pero no tengo valor, hoy la suerte estaba de mi lado, supongo –dije mientras le daba la libreta.

–¿Me ves?

–Claro que te veo, siempre –El brillo de sus ojos aumentaba por momentos. –Te veo a una esquina del campo, caminando de un lado a otro mientras garabateas en tu libreta, es curioso verte, la verdad –expliqué con una tímida sonrisa, a pesar de que la tenía delante me la imaginé y me parecía monisima.

🅃🄴 🅅🄴🄾//𝑷𝒆𝒅𝒓𝒊 𝑮𝒐𝒏𝒛𝒂𝒍𝒆𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora