→Pedri
Yo no me imaginaba que mi mejor amigo sería así de bestia incluso con sus propios compañeros. LOS DE SU PROPIO EQUIPO. Es impresionante. Yo solo deseaba que recapacitase. Sí, él es una persona de carácter muy fuerte, y lo sé más que nadie. Pero también es alguien que sufre mucho por su forma de ser, le cuesta, y creo que más que los demás, sufre él. Y me sabe mal.
–Pedro, ¿estás bien? –la voz de mi princesa me saca de mis pensamientos.
–Sí... Sólo que Gavi la ha vuelto a liar. Le ha roto el tabique a Balde.
–Algo he oído por parte de Victoria, sí...
–¿Victoria te ha dicho algo?
–Me dijo que se puso agresivo –lo que faltaba.
–Joder... Él no quiere hacer daño a nadie, pero sus emociones lo controlan, en vez de controlarlas él –y como lo sabía, la de lesiones que podría tener solo por lanzarse así.
–¿Has pensado en llevarlo a un psicólogo? –si intento eso, lo más probable es que me arranque la cabeza a mordiscos.
–Sí, muchas veces. Pero me va a comer como se lo diga, empezará a con el "yo no estoy loco" y entraremos en un bucle... –suspiro.
Era una situación jodida, y no me gustaba nada. Porque si pudiera, me metería en él, en su cabeza, para ayudarlo. Él se sentía mal por no controlar sus impulsos, y yo me sentía mal por verlo mal a él. Era una situación muy complicada, que no sabía como solucionar.
En los entrenamientos se muestra hostil, a veces incluso conmigo, y eso no me gusta. Y cuando le daban sus neuras, a veces le daba por romper cosas. Aunque eso implicase también romperse sus propios huesos. Me encantaría poder ayudarlo, porque yo no soy alguien de fuera. No soy un tío del público que le está diciendo algo desde las gradas. Soy su amigo. No, corrijo, soy su mejor amigo.
–Venga, que esto no te hunda a ti también, pichichi –la morena que tengo al lado me da un beso en la mejilla que me devuelve a la vida.
Decir que la quiero se me hace poco. Una persona a la que le dedicas el segundo mundial de tu país no le puedes decir que solamente la quieres. La amas. Más que a tu vida, más que a nada que haya viviente en este mundo de sabor insípido.
–Te amo –esas son las palabras que me salen cuando es ella, son las únicas que se adaptan y aun puede ser que se queden cortas.
–Yo también a ti, Pedro –juntó su frente con la mía, me daba la paz que necesitaba cada día.
Dormir con ella me daba la paz y la fuerza que necesitaba para seguir saliendo adelante. Yo tenía claro que me quería casar con ella, que sería la chica con la que envejecería, y no sé si ella pasaría sus días conmigo, pero solo pensaba en eso. En que ojalá pudiera compartir mi vida con ella, porque desde que ella llegó, todo está bien.
No lo entiendo.
¿Acaso cuando llega el amor de tu vida ya lo tienes todo planeado? No lo sé, pero no quiero rayarme con eso.
En fin... Al día siguiente aparecí por el entreno, Gavi la volvió a liar, y yo... Yo me voy envuelto en una situación de la que no quería saber nada. Así que me lo llevé a parte en cuanto pude, metiéndole una hostia en toda la cara, porque no podía ser lo que le estaba pasando.
–No es por nada, pero si a ti el amor te afecta así, va a ser mucho mejor para la integridad física de los demás que no te enamores, oye...
La cara del seis se deformó en la vergüenza y en la confusión.
–Pedri, no tienes ni puta idea de lo que pasa dentro de mí...
–¡Y me encantaría saber qué es lo que es! Porque me estás volviendo loco... No entiendo qué narices haces –estaba frustrado, y creo que él también.
–Solo soy capaz de hacer el gilipollas cuando ella está delante... –apartó la mirada y se mordió la lengua, parecía como si algo le diera asco.
–¿Vas en serio?
–¡Si! ¡Voy en serio! Es como si... Como si todo mi cuerpo se convirtiera en slime y perdiera el control de él...
–¡Pues aprende a controlarte! Te puedo ayudar, pero tienes que dejarte tío...
–... Déjalo. Soy un caso perdido.
Y vueeeelta a empezar... estoy harto. Intenté hacerlo entrar en razón, pero era muy difíci convencerlo. Acabo yéndose a su lugar de escape, un lugar abandonado remoto de Barcelona a donde iba siempre. A saber lo que haría allí, pero volvía más tranquilo.
Mientras, yo me fui a casa de mi chica para verla. Sabía que tenía trabajo, estaba estresada con titulares y mierdas varias, entonces ir a verla la alegraría.
–¡Princesa! –oigo como una puerta se abre y pasos corre por el pasillo, y posteriormente la tengo abrazándome de una forma un poco brusca–. Hola, Eli... –sonrío.
–Ahora pensaba en ti. Oye... ¿Has visto lo de las revistas? –¿Eh?
–¿De qué me hablas?
–Puesss... Hay cosas de nuestra relación que hay comentado, y dicen que tú las has dicho. Se que no es así, no te preocupes, pero vamos... Ahí ponen cosas que no son.
–¡¿Eh?! –no me lo puedo creer...
–Mira, la tengo por aquí –volvio con esa misma revista en las manos, estaba Gavi de portada. Esto no me gusta nada...
–¿Estamos de coña? Madre mía... –es para cogerlos y... Dios–. ¿Xavi ha dicho eso?
–Lo sacaron de contexto en una de sus entrevistas.
–Adiós... Qué asco me dan.
–Así son algunos periodistas, pero vamos, que donde las dan las toman. Me dan muchísimas ganas de coger y hacer un titular para mandarlos a todos a tomar por culo. Porque puedo, conozco al imbécil que ha hecho esto, puedo coger y hacerlo.
–No quiero que te metas en líos, princesa.
La vi estresada, y no me gusta. No es culpa de ella, pero me parecía normal. Me puse a leer, había muchísimas cosas que no me cuadraban. Había una tercera persona. La tenía que haber. Sí o sí. No podía ser que alguien de fuera supiera esto, tenía que ser alguien de dentro. Y estaba realmente convencido, de que no era ninguno de nosotros.
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🅃🄴 🅅🄴🄾//𝑷𝒆𝒅𝒓𝒊 𝑮𝒐𝒏𝒛𝒂𝒍𝒆𝒛
Fanfiction"-𝑻𝒆 𝒗𝒆𝒐 𝒚 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒐 𝒗𝒂𝒍𝒐𝒓, 𝒉𝒐𝒚 𝒍𝒂 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒍𝒂𝒅𝒐, 𝒔𝒖𝒑𝒐𝒏𝒈𝒐. -¿𝑴𝒆 𝒗𝒆𝒔? -𝑪𝒍𝒂𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒗𝒆𝒐, 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆"