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Elisa

Lo tenía sobre mi, besándome. Al chico más deseado de toda España. Mis manos se paseaban por su espalda, mientras que las suyas se mantenían apoyadas en el sofá. Sus ojos buscaban los míos, al igual que su boca la mía. Esas miradas y esos ojos marrones me estaban volviendo loca. Mis manos empezaron a viajar por debajo de su camiseta, y las suyas por mi espalda, hasta mis glúteos. Me volví a sumergir en su boca mientras sus manos palpaban mi piel, mientras que la ropa empezaba a sobrar.

-Pedri... -lo miro a los ojos, cuales los suyos tienen un destello de deseo.

-¿Si? -jadea. Dios...

-¿Quieres...? -no era capaz de decirlo.

-¿Hacerte el amor? -pero él si.

Yo no dije nada, asentí, y entre besos nos desplazamos a la cama. Empezó a besarme, mientras nuestra respiración se hacía de cada vez más pesada, y ya casi no quedaba ropa de por medio. Rebuscó en el cajón hasta que dio con un condón, y yo estaba nerviosa. Sus manos se deshicieron de mi sujetador, dejando mis pechos al descubierto, los cuales yo tapé en un auto reflejo. Sus ojos expectantes acabaron obligándome a apartar mis manos, y sus labios tocaron mi cuello, mientras que una de sus manos mi pecho, y la otra se deslizaba por mi vientre hasta dar con mi intimidad.

-¿Puedo? -pregunta con la respiración pesada, a lo que yo asiento.

Sus dedos empiezan a masajear mi centro, haciéndome jadear y estremecer, es tan inexperto como yo, pero me gusta lo que me está haciendo. Yo procedo a bajarle su última prenda, dejando al descubierto su hombría. Esta dura, y lista. Nos miramos a los ojos, y no se cuando paso, pero ahora él se encontraba entre mis piernas, empezando a penetrarme poco a poco. Noté el dolor al instante, dejando marcas con mis uñas en su espalda, y esperando a que el dolor fuera yéndose. Al poco rato, y unas pocas estocadas más tarde, el dolor fue reemplazado por placer, empezando a hacerme sentirlo todo. No dejábamos de besarnos, jadear y gemir.

Las manos del ocho estaban por todas partes, al igual que su boca, me estaba encantando lo que me estaba haciendo. Algunos de mis gemidos llevaban su nombre, y otros de los suyos el mío. Hasta que los dos por fin llegamos a nuestro deseado orgasmo y caimos rendidos a la cama, después de haber visto la Luna y las estrellas.

-Te amo, princesa... -dice el centrocampista, mirándome en su pecho.

-Y yo a ti -lo miro a los ojos, haciendo que una sonrisa se me dibuje.

Me gustaba como me tocaba, me gustaban sus manos, su cara, su sonrisa, sus ojos... dios, sus ojos. Su mirada tranquila, el color oscuro de ellos, eran hermosos.

-El año que viene te quiero ver con la orejona en las manos, ¿lo harás? -sus ojos se clavan en los míos.

Sí, soy del Madrid. Y sí, me gustaría que el Barça perdiera hasta en los entrenos, pero verlo a él, tan feliz... Con una sonrisa de oreja a oreja con ese trofeo en las manos, sintiendose en la cima del mundo. Eso para mí, lo era todo. Verlo feliz. Verlo reír. Verlo ser él.

-Tan merengue no eres... -sonríe.

-Sí lo soy, pero me importa más tu felicidad que cualquier trofeo, Pedro -levanté la cabeza de su pecho para mirarlo mejor.

-Dios... Gavi tenía razón cuando me dijo que me había tocado la lotería contigo.

-¿Gavi sabe decir cosas bonitas? -me río, ocasionando también su risa.

-Sobre Victoria sobre todo...

Siempre nos poníamos al día de todo, me contaba cosas, pero nada sobre él. Y viniendo de ella, me sorprendía. Bueno, le preguntaría luego...

-¿Y que dice?

-Que si es preciosa, que si cada vez que la ve en el Camp Nou le da algo, que si está pillado...

-Y Victoria que se muere por Araújo... -No era cierto, pero quería ver su reacción.

-Venga ya, no me jodas -me mira flipando.

-Es coña, es coña -espero.

-Hostia tu, menos mal... Lo ilusionado que está el chaval...

-Pagaria por ver a ese chico de esa manera, a saber cómo es -me reí.

-Un coñazo. Eso es lo que es. Un-coñazo -ambos reímos.

Me quedé en sus brazos hasta que pude, porque esa tarde, por fin había quedado con Victoria. En cuanto nos vimos, nos saludamos con un abrazo tan fuerte que creo que nos podríamos haber roto algo sin ningún tipo de problema. Aunque no nos convenía.

-Te tengo que contar algo -dice en cuanto nos sentamos.

-No me asustes...

-No, no, no es eso. Es que... A ver. Me gusta uno.

-Y es Gavi -me lo veía bastante de venir.

-Joder, ¿tan predecible soy?

-Bastante. Mira... Pedro me ha contado que si quieres le pones correa y te lo llevas a donde te dé la gana. ¡Esta loquito por ti!

-Ay, no sé...

-Mira, hacemos una cosa. Yo cojo e intento hablar con mi padre para que hable con la federación y te enchufen de fotógrafa en un equipo de primera división, ¿te parece? -su cara cambio por completo.

-ESTÁS DE COÑA.

-Eh, no te prometo nada, pero vamos -lo que ella no sabía es que con equipo de primera división me refería al Barça.

-TE AMOOO -se levanta de su silla, llamando la atención de todo el mundo para abrazarme.

-Lo voy a intentaaaarr -me río.

En fin, hable con todo dios para poder enchufarla, procedo a explicar el recorrido:

De mi padre fue a un árbitro; del árbitro, a Araújo; de Araújo, a Xavi; y de Xavi, a Laporta.

Ahora solo quedaba esperar. Y un día me llamo, llorando. Yo me esperaba lo peor, conociéndola, no llora con cualquier cosa.

>QUE EL BARÇA ME HA PEDIDO LOS DATOS PARA SER SU FOTÓGRAFA, ME ESTOY MURIENDOOOO -me chilla al micrófono del teléfono, dejándome sorda.

<Hombreeee, enhorabuenaaa -sonrío.

Estoy orgullosa, lo he conseguido. Bueno, mi padre lo ha conseguido. Se lo debo todo a él.

-Empiezo la semana que viene... ¡Estoy que no me aguantoooo! -yo me reí.

Se quedó contándome una y otra vez lo emocionada y feliz que estaba de que la contrataran, seguro que Gavi también se pone contentísimo.

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🅃🄴 🅅🄴🄾//𝑷𝒆𝒅𝒓𝒊 𝑮𝒐𝒏𝒛𝒂𝒍𝒆𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora