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capítulo 18

a pesar de todas las cosas buenas que recientemente habían pasado, la realidad no tardó en afectar. mi madre me estaba esperando en su auto impaciente por mi llegada, no hacia falta que me lo dijera, la conocía perfectamente para saber que estaba ansiosa.

—¿Cómo te fue? 

— bien, aunque algo aburrido.

aburrido, si claro. la miré un poco, su mirada estaba fija en el camino y sus manos firmemente aferradas al volante.

—¿a dónde vamos mamá?

— visitaremos algunas universidades especializadas en medicina, así podrás elegir a cual asistir.

desde pequeño mi madre siempre ha querido llevarme por un camino que años antes ella recorrió. digamos que no es algo con lo que uno normalmente se sentiría cómodo, mucho menos si es evidente.

recorrimos varios lugares y nos detuvimos en varios lugares, sobre todo en universidades. hubo un edificio que me llamó la atención, no estaba dentro del recorrido pero sin duda su diseño era impresionante.

— bienvenido a la universidad H — mi madre salió del auto y me abrió la puerta — aquí fue donde estudie, sal del auto tengo que presentarte a algunas personas.

hice caso y salí del auto sin muchas ganas, ¿¡por que tenia que ser hoy!? ¿no podía ser mañana?. al entrar, los guardias que custodiaban la entrada saludaron a mi madre como si la conocieran de toda la vida. recorrimos algunos pasillos en los que nos detuvimos para mostrarme su interior y luego contarme cosas que habían ocurrido en ellos. fue reconfortante escucharla y verla sonreír con tanta nostalgia, cosas como esta me hace recordar que mi madre una vez tuvo mi edad por más estúpido que suene. después de dar tantas vueltas nos detuvimos en frente de la oficina del rector, quien hace algunos años era el profesor de mi madre.

—un placer verla de nuevo señorita Tachibana  — aquel hombre hizo una pausa, luego me miro y siguió hablando — ¿este es el chico del que tanto me hablabas no es así?

mi madres asintió, tomó asiento para hablar mejor con aquel señor, yo simplemente le seguí en silencio muy al tanto de lo que hablaban.  naturalmente no pude entender la gran mayoría de la conversación, principalmente porque hacían referencias a la época en que mi madre era estudiante.

— aun recuerdo cuando usted y la señorita Hyuga atravesaban más de medio campus para poder hablar.

—no era solamente para hablar, era la única persona que me entendía, si tan solo no... 

por un instante y por primera vez alcancé a distinguir un pequeño rastro de melancolía en el rostro de mi madre, no es como si no la hubiera visto así, mayormente por los doramas que veía con mi tía cuando después de días, semanas e incluso meses de viaje, nunca por alguien mas aparte de los abuelos. 

al terminar la visita, volvimos al auto. después de todas la s cosas que pasaron hoy y todos los lugares a los que asistimos, nos detuvimos en una cafetería para descansar y poder comer algo.

— ¿Cómo te ha ido este año?

— bien supongo, igual que siempre.

— ¿igual que siempre? igual de aburrido dirás— rio un poco— me imagino que ya habrás conocido a alguien especial no es así.

— bu-bueno la verdad si—  no es como si pudiera ocultarlo después de todo, es mi madre.

—eso está bien, es propio de la edad — respondió—  siempre y cuando te mantengas en donde estas no hay problema, lo único que te pido es que no te distraigas.

espera, ¿acaso ella? ¿señora quien es usted y que hizo con mi madre?. no esperaba esa respuesta.

—Ritsu, mañana me voy de viaje

—  otra vez — intervine.

—si, no se cuando pueda volver, asi que porfavor no incendies la casa.

no lo puedo creer ¿tú también mamá? además intentar sin éxito ocultar la risa, asentí ligeramente mientras ella se levantaba. camino a casa recibí un mensaje de Kousuke preguntando si ya iba en camino, no le respondí dado a que cuando respondí el mensaje estaba  a unas calles de llegar

— madre ¿hoy puedo quedarme a dormir con Kou? — ella asintió.

al llegar bajé del auto con algo de prisa. la casa estaba vacía, no encontré ni escuche a nadie hasta que entre al cuarto de Kou quien estaba tirado en su cama con el móvil en mano.

— que buena vista— rápidamente se levantó.

narrador omnisciente   

el peli negro se recostó en la cama del castaño, quien lo siguió instintivamente. ambos se encontraban frente a frente, kousuke tomo al peli negro de la cintura para pegarlo más a él, depositando seguidamente un beso fugaz en sus labios.

— hoy me dejaron dormir contigo — comento el peli negro.

— eso significa que no podrás escaparte otra vez—  agregó el castaño haciendo referencia a lo acontecido horas atrás. 

— igual no es como si quisiera  hacerlo.

el pelinegro enterró su cabeza en el cuello del más alto, mientras podía sentir el ligero aroma de este.

— me gustaría tenerte así todo el tiempo Ritsu.

el mencionado abrazó con más fuerza al mayor, salió de su cuello y lo beso. aquel beso fue más largo y profundo, y de no ser por un pequeño estruendo en la sala no se hubieran detenido y probablemente hubieran llegado a un punto de no retorno. desafortunadamente el ambiente se había arruinado, a pesar de eso hablaron sobre diversos temas para nada relacionados con formalizar su relación, quién sabe tal vez no era el momento ni el lugar adecuado para eso.

—  y dime kou ¿Qué piensas estudiar, este es nuestro último año recuerdas?

—lo se, lo se, pero aun no tengo algo claro en mente, me gustaría experimentar antes de tomar una decisión —  respondió.

— ¿Por qué no estudias no lo se gastronomía? cocinas muy rico, también podrías ganarte una beca de baloncesto como aki, ingresar a un equipo profesional... lo que quieras.

— lo pensaré nezumi-chan — el castaño le sonrió dulcemente y le preguntó— ¿ y tú?

— mi madre quiere que estudie medicina como ella, pero... — se detuvo un momento y siguió—  me gustaría estudiar robótica, de hecho, hoy pasamos por un centro durante en el recorrido.

después de una larga charla, el peli negro fue a buscar sus cosas para dormir en el cuarto del mayor, quien lo esperaba más que ansioso. antes de irse a dormir tuvieron una pequeña batalla con sus cepillos de dientes, Ritsu gano y se quedó con la mejor almohada. el resto de la noche se la pasaron como si de una pareja se tratase, sin contar que el menor sacó al castaño de la cama de una patada pero de ahí en mas todo en orden.