Capítulo 35.

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Tal vez lo que haría era algo muy precipitado, pero no podía dejar que Joe se fuera tan fácil. Le comenté a Lando la idea y él acepto totalmente, lo que quería era verme feliz así fuera con Joe y con el chico que sea, se ofreció a llevarme al aeropuerto. Habían muy pocos en la ciudad así que tal vez sería fácil encontrarlo, empezamos por los de orillas hasta terminar en el mismo dónde llegué.
Mis esperanzas de encontrar a Joe se habían ido, mientras apretaba el collar que me había obsequiado con su inicial y un corazón, no podía imaginarme una vida con Joe y mucho menos sin contarle lo de nuestro bebé.

Cincinnati, unos meses atrás.

– ¿Puedo ver qué es?

Dije tratando de destapar mis ojos ya que Joe tenía sus manos cubriéndolos.

– No puede ver aún señorita, es totalmente secreto.

– Por favor, Joe.. no seas cruel.

Sólo escuché su risa, cuando me quito las manos de los ojos pude ver en la barra de la cocina una caja de terciopelo con un collar en ella. Estos pequeños detalles eran los que me gustaban tanto.

– Joe.. esto es hermoso.

Dije tomándolo en mis manos.

– ¿Te gusta? Recordé la canción de la cantante que tanto escuchas así que..

– Joe, para mí esto es más que gustarme. ¡Me encanta! Te acordaste de algo que me hace feliz.

Me gire para poder rodearlo con mis brazos de la cintura así abrazándolo. Sus abrazos eran cálidos y suaves como un atardecer o estar en la nieve. No me podía ver sin él y seguramente el tampoco sin mi.

– ¿Podrías? Quiero que todos vean que te tengo conmigo siempre.

Le entregué el collar y el gustoso e feliz acepto, me di la vuelta para que pudiera colocarlo.
Al bajar la mirada ví como la "J" con un corazón estaba sobre mi cuello. Era brillante y de oro, sinceramente estaba tan enamorada de Joe, quería que fuera mi novio, mi esposo, y el padre de mis hijos. Lo quería todo con el.

– Bueno, ahora todos saben que eres mía.

– Y no por qué te pertenezca.. si no por qué me conoces.

Mencioné la canción, él sonrió sabiendo que había cumplido su propósito. Volví a darme la vuelta para besar sus labios.
Un beso sin fin y que nos llevaría a la cama.

Siendo sólo nosotros dos, sin nadie más que se interpusiera.

Actualidad.

Estaba tan nerviosa de no encontrarlo, Lando había tomado una dirección contraria a la mía, para ser más rápidos buscando..

Se me había olvidado por completo la caja de regalo con la prueba de embarazo. Eso era mucho peor, ¿y si la veía? Dios no, por favor. No hasta que se lo pueda contar yo.

– ¿Has visto a este chico?

Le dije a la señora de la cafetería mostrándole la fotografía de Joe.

– Creo que estaba formado.. hace un rato vino a comprar un café, estuvo por aquí revisando algunas cosas de su mochila.

Mi ansiedad y mi miedo era real, mis manos eran tan obvias temblando que cualquier cosa que tomará parecería en medio de un terremoto.

Si estaba revisando entonces eso quiere decir que pudo haber visto la caja de regalo.

Me despedí amablemente y continúe con la búsqueda, los aeropuertos de Londres eran grandes y sería imposible poder encontrarlo.

– Por favor Joe, aparece.–

Pensé, busque entre la fila, habían tantas personas que me sería imposible encontrarlo, hasta qué...

– ¡Joe!

𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿𝗴𝗹𝗼𝘄 |  𝑱𝒐𝒆 𝑩𝒖𝒓𝒓𝒐𝒘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora