𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿𝗴𝗹𝗼𝘄 | 𝑱𝒐𝒆 𝑩𝒖𝒓𝒓𝒐𝒘.

Capítulo 37.

No quería que el momento terminará, pero tenía que dejarlo ir al menos por ahora.

– Disculpen que interrumpa.

Dijo una señora de atrás de nosotros, ella era algo mayor, era idéntica a mi madre sólo que con el cabello rubio.

– Yo hubiera hecho lo que fuera por un amor cómo el suyo, me hubiera encantado que lucharán así por mi.. y lamentablemente nunca lo hicieron, así que tomen. Son jóvenes, vivan su amor y sean libres, que nadie los límite.

Apenas me di la vuelta y ella me entrego su boleto de avión, yo me negué inmediatamente.

– Ay no, ¿cómo cree? No le haremos eso.

Fue en vano ya que ella tomo mi mano y puso el boleto sobre ella.

– Se ve que él te ama, hija. Y ese bebé merece tener a sus padres juntos. – Acaricio mi mejilla.

– Pero..

– Nada, los boletos vienen y van. Yo sólo quería un pretexto para quedarme más tiempo.

Miré de inmediato a Joe, estas oportunidades no se presentaban siempre, pero tampoco podía quitarle la oportunidad a alguien más.

– No, está bien, yo aguantaré un día.

Ella volvió a negarse.

– Está bien, yo disfrutaré de Londres. Ustedes de su amor.

Antes de que pudiera decirle algo más, tomo su maleta y se salió de la fila para caminar a la salida, antes de salir se despidió de nosotros y nos dió uno que otro consejo. Le agradecimos y lo haríamos eternamente, definitivamente era una prueba clara del destino que nos quería juntos.

El amor más puro y hermoso del mundo había vuelto a mi, y tal vez de la manera más loca de todas. Pero no me arrepentía, podía estar con el hombre que amaba y tener mi familia anhelada con él.

– ¿En qué tanto piensas?

Pregunto Joe mientras que entregaba los boletos.

– En que seremos una familia.

– ¿Cuánto tiempo callaste lo de él bebé?

Apunto con su dedo índice mi vientre, baje la mirada a él mientras me reía de lo emocionado que se hacía notar Joe cuando decía "el bebé" o "nuestro bebé"

– Cuando me desmayé me enteré... Al principio tuve miedo por qué no sabía si lo aceptarías o no.

No me pudo responder debido al ruido que había en el pasillo que nos conducía al avión.
Cuando salimos directo a este, el aire fresco me despedía. Un clima bastante perfecto para algo así, me había encariñado con Londres, pero nada como volver a Cincinnati con el amor de mi vida dónde estaban todos mis amigos.
No tenía maletas, ni nada más que mi bolso, así que Joe guardo su mochila y mi bolso en el maletero de arriba, no era mucho así que fue fácil y simple.
Había tomado el asiento de lado a la ventana, quería tener un poco de luz y vista a lo que sería mi adiós a Londres.
Joe tomo asiento a mi lado y acariciando mi vientre fue que me devolvió a la realidad.

– A tus palabras de hace un rato, si me hubieras dicho desde el principio lo de este bebé, probablemente te hubiera secuestrado a Cincinnati. – Expresó mientras se reía por lo bajo.– Ally, yo te amo, y creo que este bebé fue lo mejor que nos pudo pasar. Llegó en el momento correcto y con las personas correctas. Amaré a este bebé con mi vida, sea niño o niña yo lo amaré y le daré todo lo que exista en el mundo. Al igual que a su mamá.

No podía estar en un mejor lugar que con Joe, era mi amor verdadero y mi cuento de hadas. El amor que no era rojo.

– Joe.. lamento no habértelo contado.

– Oye, está bien. Nada de tristezas, ahora me tienes aquí contigo.

Paso su brazo por detrás de mi nuca para abrazarme a él.

– Los chicos se volverán locos cuando les cuente que serán tíos.

Recostó su cabeza junto a la mía.
Estaba tan cansada que no me di cuenta el momento en que había cerrado los ojos, planeaba quedarme todo el viaje despierta con Joe para charlar del futuro y lo que teníamos pendiente.
Pero creo que él cansancio del embarazo ya me tomaría factura tan pronto.

...

La llegada de Cincinnati fue cálida, al bajar del avión el aire fresco golpeó mi cara en "forma de recibimiento".
Joe sostenía mi bolso y a la vez su mochila, con la otra mano tenía entrelazada mi mano. No quería dejarme sola y descuidarme ahora que sabía lo de nuestro bebé.

Comento que quiénes nos esperarían en el avión serían los chicos, Evan y Trent, acompañados de Gracie y Sarah. A quiénes extrañaba más que a nadie.

Entrando al aeropuerto, sus gritos hizo que nos llamarán la atención, caminamos a paso rápido a ellos para por fin llegar a casa.

– Creímos que nunca llegarían. – Corrió a nosotros Sarah, ella me abrazo primero a mi, parecía emocionada y feliz de verme nuevamente.

– Los demás chicos nos esperan en casa, cuando Joe nos dijo que venías claramente teníamos que hacer algo lindo para ustedes.

Agrego Evan, quién también se acercó a abrazarnos y recibirnos con cariño.

– ¿Les dijiste?

Voltee para ver a Joe, el se encogió de hombros y murmuro un "No sé nada." Seguramente lo hizo mientras dormía en el vuelo.
No quisimos hacer más lenta la espera y por fin partimos del aeropuerto.

El aire de Cincinnati me hacía tanto bien que las náuseas y mareos habían desaparecido, me sentía más libre y mucho mejor.
Recargada en el hombro de Joe, recorde la vez que Tee hizo que me acercará al chico que ahora era papá de mi bebé.

– Oye.– Susurro Joe moviendo su hombro.– ¿Cómo te sientes? ¿cómo está el bebé?

Me sorprendió la ternura con la que pregunto, cómo si tuviéramos meses lejos. Teníamos que hablar por lo bajo para que nadie se diera cuenta, queríamos que fuera una sorpresa.

– Estamos bien, lo estamos ahora que tenemos a papá aquí.

– Dile a ese pequeñito que papá estará siempre con ustedes.

Podía jurar que en cualquier momento me derretiría de ternura con este tipo, ¿el quaterback más serio de la NFL estaba hablándome "cursi"?

– ¿Ya no tendrás a otros de prioridad?

– Mi única prioridad ahora es mi familia, la Familia Burrow-Sainz.