4🖤 ¿Este fuego quien lo apaga?

484 15 6
                                    

¿ESTE FUEGO QUIEN LO APAGA?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿ESTE FUEGO QUIEN LO APAGA?

Han pasado semanas desde que no he vuelto ver a Markus, sea lo que sea que había entre ambos se acabó, ya esa cercanía se estaba volviendo peligrosa y debo cuidarme, si estás con alguien corres el riesgo de enamorarte, lo he escuchado decir desde pequeña en cada rincón de esta ciudad, y enamorarte significa que le otorgas el derecho a alguien y el poder para lastimarte. Hoy es mi cumpleaños número 18 y mi amiga Vale me ha hecho llegar un delicioso Brownie de chocolate, tal cual como me gusta, de la cafetería de Don Paco, este trae una cubierta de almendras, muy ¡Yummy!.

—Felices 18 Dakota —me celebro en voz alta mientras apago la vela, observando a la gente pasar por la calle de al frente, afanosa, corriendo de un lado a otro, esclavos de la sociedad y todas sus reglas.

Antes de dar el primer mordisco observo bien el chocolate que se derrite bajo el calor de la vela y pienso "Tal vez esto me pueda ayudar con mi ansiedad" dicen que el chocolate es bueno para eso. Desde que ya no veo a Markus he experimentado mi cuerpo aún más ansioso, desesperado, pidiéndome a gritos todo aquello que por ahora le he prohibido, la ansiedad cada día se me hace más insoportable, recorre mi cuerpo tembloroso, estruja mi garganta, dejándome sin habla, sin poder gritar, incluso respirar.

Me lleva a caminar vagamente por las calles de Hannah, hasta he salido a trotar esta mañana, sin embargo, nada ayuda, sé lo que quiere, sé lo que pide, y debo dárselo, puesto que mis manos ya no me sacian tanto como solían hacerlo y ese juguete rosa ya me ha aburrido, aun no me decido a comprar otro.

Al parecer ha experimentado un tipo de droga y al no proporcionársela por varias semanas ya este la reclama, la desintoxicación se ha vuelto horrible, siento que lo necesito, y esa droga es Markus, o quizas, solo quizas, deba experimentar con otro tipo de manos, tal vez no necesito a Markus, si no alguien más que me transmita placer. Mi piel me exige apagarla, pero no lo pide a él ¿ o sí?

Veo pasar a Fernando, es un vecino de algunas cuadras, tiene toda su vida viviendo en Hannah, sus padres vienen de Cuba, y aunque él ha nacido en esta hermosa Ciudad, lleva a Cuba en la sangre, por eso su cuerpo grande y atlético y ese tono en su piel como la canela pura, tiene una piel hermosa y no es que no lo hubiera notado antes, lo había hecho, solo que ha cambiado, hace años no sobresalía entre los chicos, siendo tímido, se escondía siempre detrás de un libro aburrido de física o matemáticas, todo un ratoncito de laboratorio. Estuvo dos años fuera de la ciudad, nadie sabe a dónde fue y hace unas semanas que ha regresado, ya no se ve detrás de un libro, ahora lleva un balón de baloncesto en sus manos, sigue siendo el chico inteligente, solo que ahora es atractivo y esa es una arma mortal en cualquier hombre, debido a que hoy en día la mente seduce más que el cuerpo, pero si tienes ambas, eres un arma.

—Feliz cumpleaños cariño —mi madre irrumpe en mi habitación obligándome a alejarme de la ventana— ¿te ha gustado el pastel de Valeria? —no contesto, solo la observo— Cariño hoy debo doblar turno, ya sabes el trabajo estos días ha estado pesado, pero te quiero y te he dejado sobre el comedor un rico desayuno y un lindo detalle, sé que te encantara —me da un beso en la frente y termina de despedirse y al cruzar la puerta y cerrar la misma una lagrima escapa hacia mis mejillas. La relación con mi madre ha cambiado mucho, de pequeña recuerdo éramos muy unidas, y por más que trato de seguir recordando no sé porque eso ha cambiado.

Ninfómana, El Diario De Dakota (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora