Ninfómana, El Diario De Dakota (Libro 1)

19🖤 Markus otra vez (+18)

MARKUS OTRA VEZ

—Markus —jadeo— no me sueltes —suplico— tómame —ordeno. Y como siempre el obedece a mí, a mis palabras, a mi cuerpo, a mi ser.

Se acerca lo suficiente para cortar mi aliento y toma mi mano fuerte y me posee arrastrando mi cuerpo por completo a él, Markus sabe lo que me gusta, lleva sus labios directos a mi boca, su lengua se hace notar cuando siento que humedece cada pequeña curva de mis labios, la pasa de arriba a abajo, del labio superior al inferior y viceversa, eso empieza a desesperarme, lo quiero dentro de mí ya, pero él sabe cómo jugar, como avivarme y me lleva a perder el control.

— ¿Quieres subir a tu habitación? —corta su cercanía para invitarme a subir, pero antes de que de algún paso lo detengo, no quiero subir, quiero quedarme aquí y hacerlo en cada rincón, quiero mirar esta casa cada vez que él no está y aun así sentirlo y verlo en cada espacio del lugar.

—Aquí me quiero quedar —lo cojo de la mano y lo llevo hacia el sofá de la sala, cierro por completo las cortinas que adornan las ventanas y apago las luces, solo dejando la pequeña lámpara de la esquina en la habitación para brindar una pequeña luz que nos permita mirarnos y no perdernos de nada.

Markus se encuentra sentado en el sillón amarillo cerca a la ventana he notado que los cojines le han estorbado puesto que los ha dejado a un lado sobre el piso. Me acerco a él de manera sensual mientras voy dejando caer mi falda. Me desea, lo puedo ver en la manera como me mira, como muerde sus labios, ese deseo entre ambos nunca se acaba por más que nuestros cuerpos hagan y deshagan, experimenten el uno con el otro, se toquen, se incendien y se apaguen, aun así, el deseo sigue aquí palpitándonos la piel.

Cuando mi falda ya no hace estorbo me siento a horcajadas sobre su pelvis, puedo sentir su orgullo arder, palpitar, desesperado por entrar y hundirse de mí. Me encanta causar todo esto en él, me encanta ver como con desespero empieza a quitarme la ropa y yo hago lo mismo con él. Esta vez vamos con más calma, esta vez lo hacemos más despacio.

Mis pezones ya endurecidos desean sus labios, su lengua, sus mordiscos de solo esperarlo me caliento de goce y un orgasmo quiere salir de entre mis piernas, pero lo detengo, lo absorbo, aún no. Ya cuando Markus lleva mi camiseta fuera de mi cuerpo mis pechos se liberan de aquello que los ocultaba, los tomo cada uno entre mis manos y los llevo hacia su boca, deseo que los lama, que los chupe, que muerda uno y luego el otro y le sujeto fuerte de la cabeza para obligarlo a quedarse ahí, aunque es lo que él anhela.

Mientras mis pezones son absorbidos siento como mi sexo empieza a temblar y eso me contrae, sin necesidad de penetrarme mis orgasmos quieren salir, quieren escapar y mojarnos, el jugo de mi ser esta por derramarse.

—Cógeme —le exijo mientras mis venas arden.

Markus se levanta del sofá conmigo entrelazada a su cuerpo me lleva contra la pared y me hace soltar un chillido de delicia, me enloquece cuando me posee. Con mi cuerpo entre la pared y su cuerpo ardiente quemándonos Markus termina por abrir mis piernas y corre mi panti hacia un lado mientras yo muevo mis manos rápidamente para bajar su bragueta y sacar su paquete, duro, grande, lleno de placer y despierto por mí. Puedo sentirlo una y otra vez entrar en mí, esta vez no le exijo solo le susurro que lo haga despacio quiero sentirlo por completo como entra penetrando hasta lo más profundo y como sale para volver a envestirme.

El orgasmo que había estado reteniendo desde hace rato por fin lo he dejado salir y al parecer esto lo ha excitado mucho más, me coge rápido entre sus brazos y me tumba sobre la alfombra blanca de peluche cerca al sillón que habíamos dejado atrás, me tumba boca arriba mientras se arrodilla para llevar mis muslos hasta sus hombros y entrar con su lengua a devorar, chupar y extraer todo mi sexo, sabe cómo hacerlo, sabe cómo usar su lengua en mi clítoris volviéndome a excitar y encender para volver a crear entre mis piernas otro tipo de placer.