27🖤 La canción (+18)

94 8 0
                                    

LA CANCION

El día se ha helado y yo lo encuentro perfecto para ir por dos tazas de chocolate, creo que es la primera vez que Markus y yo nos sentaremos a hablar fuera de las cuatro paredes de alguna habitación a escondida de la sociedad, ya no le temo al hecho de que me vean junto a él, nunca me ha importado lo que las personas puedan pensar y ahora menos que nunca le daré importancia, es la primera vez que alguien me podría ver en una relación seria, algo estable para mí.

— ¿En qué piensas? —desde hace rato le veo observando la ventana con los ojos perdidos en el tiempo, quizás.

—trato de pensar en ti, pero aquí estas —nunca deja de sorprenderme con sus palabras, y no entiendo que quiere decir con tratar de pensar en mi ¿por qué lo haría? cuando solo puede centrar sus ojos en mí.

— ¿Te gusta tu chocolate? —le veo atrapar su olor antes de cada sorbo. Inhala con cada suspiro el aroma a cacao caliente que reposa en sus narices y se siente en su boca.

—Si —responde con sequedad— Mucho. Es como tú.

— ¿Eso quiero que me lo expliques? — ¿cómo yo? ¿Se refiere a lo caliente? Porque de ser así tiene toda la razón, soy como su taza de chocolate, caliente y al sentir sus labios y pasar por él se enfría como pasa conmigo.

—Es caliente a buen punto, tiene una mezcla entre lo dulce y lo amargo y te vuelve adictivo solo con probarlo una vez —le da un sorbo a su bebida sin quitar la mirada ni un momento de mí.

—Entonces quieres decir que eres adicto a mí y no creo que yo sea caliente a buen punto, creo sobrepasar ese límite —amo esa curvilínea que se dibuja en sus labios. Esos labios seductores que me escandalizan la piel, el alma, el ser.

—Me reservare la repuesta a tu pregunta —como me desespera que no responda a mis preguntas y me deje con toda la intriga aunque la respuesta obvio la tengo clara aun así quería escucharla de su adora voz con acento tentador.

Con Markus todo es fácil hablar con él se vuelve tan interesante y siempre nuestras palabras vienen y van con doble sentido y ambos jugamos y eso nos hace perfectos, pero, no todo lo es. Tengo miedo al darme cuenta que cada día que pasa amanece y quiero estar con él, pasar el día junto a él y es lo que he venido haciendo desde su accidente, y no quiero depender emocionalmente de él, ni de nadie y al pensar en ello recuerdo que no le he comentado sobre la terapia que tengo con la Srta. Varela.

— ¿Algo que me quieras comentar? —lo miro y me sorprende que ahora ya lea mi mente.

—Sabes que de hecho si —poso mi mano sobre la suya para sentir su calorcito.

—Dime —responde sin más y su actitud cambia ¿qué rayos ha pasado? Esta tenso y le siento nervioso, oh no, pienso que quizás está esperando a que le diga que ya debo alejarme, quizás piensa que lo haré nuevamente, mi Markus que daño te he hecho.

—Mañana iré con otras chicas y mi terapeuta, es la primera vez que hablare sobre mi problema delante de estas chicas —al ir pronunciando cada palabra noto como su cara se relaja y sus ojos cobran brillo- Es algo nuevo y duro para mí y sin embargo he decido hacerlo, seré fuerte, por mí, para mí, y por supuesto por lo nuestro.

He querido hacer este tipo de terapia desde hace semanas, quiero controlar mi ansiedad y mi actividad sexual compulsiva, quiero estar bien con Markus. Pero no he dejado de pensar en seducir a otros hombres en algún bar, alguna fiesta de amigos o realizar algún tipo de juego prohibido, y sé que si lo hago, si no domino esto lo perderé a él y a mí también. Y no es fácil cuando hace poco acabas de descubrir que no eres adicta al sexo y solo paras cuando tú decidas parar, soy ninfómana. Nunca antes había notado que hay cosas de mi pasado que me atormentan y mas que han decidido regresar, no había notado que cada situación negativa que viva siempre busco el sexo para refugiarme y la mayoría de las veces al terminar el encuentro sexual terminaba vacía y con él a mi lado algo cambio, no lo busco a él para refugiarme, lo busco por deseo, pasión, por amor y no termino con un vacío profundo en mi alma y mi cuerpo triste y hurgado, termino amándole y ya no le temo a lo que siento por él, oh mi Markus.

Ninfómana, El Diario De Dakota (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora