30🖤 Fantasias en el Olimpo (+18)

94 9 0
                                    

FANTASIAS EN EL OLIMPO

Por muy aburrida que sea nuestra vida sexual o la más adictiva como en nuestro caso, vivimos llenos de fantasías y el cuerpo nos exige a cumplir cada una de ellas o al menos solo una, la más deseada, la más prohibida, esa que nadie se imagina que pasa por tu cabeza.

Esta noche iremos a uno de los hoteles más altos en Hannah subiremos al ascensor y tendremos sexo desde el primer piso hasta llegar al último, con el riesgo de que en cualquiera de los 45 pisos que vayamos subiendo alguien quiera pedir el ascensor y este parar para abrir sus puertas y darle entrada a una persona más o varias.

—Dakota —saluda el joven misterioso que está a unos pasos a mi izquierda, se le ve sensual, juvenil, ardiente y sobre todo seguro de sí mismo.

—Markus —devuelvo el saludo con educación y algo de coquetería.

— ¿traes pantis? —no puedo evitar sonreír, su pregunta para nada me toma por sorpresa.

Fijo mi mirada hacia el ascensor y luego sin girarme lo miro de reojo y veo como muerde su labio inferior, alguien está ansioso por la espera o quizás nervioso.

— ¿tú que crees? —ambos sonreímos mientras mantenemos la distancia entre nosotros.

Markus me esperaba en la puerta hacia el ascensor, las cosas o se hacen bien hechas o simplemente no se hacen, nadie debe saber que hemos venido juntos, el viste un jeans negro que ajusta en su trasero, como la noche trae una fuerte tormenta consigo Markus ha venido muy abrigado, trae puesto un sweater de color negro y sobre él un sobretodo de tono gris sus botas de inviernos negras y una suave y sexi bufanda cuelga de su cuello, todo un europeo, sexi, guapo y atrevido. Por mi parte traigo puesto un abrigo largo de lana negro, mis botas y debajo un sexi y corto vestido rojo, he decido no traer más para no ponérsela tan difícil a mi Italiano mientras subimos cada piso, por otra parte él sí que me la ha dejado complicado con tanto trapo sobre su cuerpo, aunque en realidad solo necesitamos bajar la bragueta de su pantalón y subir un poco mi vestido.

Estamos como dos completos desconocidos esperando el ascensor que viene desde el piso 13 en el hotel Olimpo de la ciudad, hotel de Dioses ubicado en la calle Sabana, a nuestro alrededor la gente se pasea de un lado a otro y ruego en el fondo porque nadie venga a tomar el ascensor, hay mucho movimiento detrás, pero por ahora nadie se nos acerca. Markus a quien miro de reojo no le noto nada nervioso, más bien entusiasmado a la espera, yo mentiría si digo que mis piernas no tiemblan ante lo que está a punto de suceder, que mis músculos no se contraen, cierro las piernas apretando fuerte y él me mira con disimulo sabe que estoy quemándome, que estoy completamente encendida y que no aguanto tanta espera, a pesar del frio de la noche me estoy sofocando entro en calor y mi cuello se tensa, lo muevo con delicadeza de un lado a otro para relajarlo un poco.

—Señorita —me sede el paso al abrirse las puertas del ascensor— después de usted.

—Gracias caballero —le obsequio una tímida sonrisa de cortesía.

El ascensor ha llegado solo junto a los otros dos que habíamos pedido al mismo tiempo. Cada uno venia de piso diferente, pero han llegado todos al mismo tiempo para abrirnos sus puertas y elegir uno al azar y nos hemos decidió por el del medio de los tres, ya que era justo ese el que estábamos esperando en primer lugar, los otros dos solo serían una opción por si este llegaba a estar ocupado.

— ¿A qué piso se dirige? —pregunta el caballero que no ha dejado de morder su labio inferior.

Acaso me hace una invitación indecente.

—Al bar —le coqueteo con la mirada.

—También me dirijo al piso 45 —presiona el botón y mi corazón se quiere salir y por si fuera poco busca hacerlo por mi garganta, nunca antes había estado tan nerviosa como ahora y creo que de eso se trata de todas esas emociones desgarradoras envueltas de adrenalina recorriendo cada rincón de nuestra piel al querer hacer lo prohibido, lo que para la sociedad hoy en día sigue siendo un tabú, las fantasías sexuales, estoy tan excitada y dispuesta, que al mi perfecto amante presionar el botón hacia el piso 45 yo suelto un pequeño chillido de placer.

Ninfómana, El Diario De Dakota (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora