𝐅𝐚𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐊𝐢𝐭𝐭𝐞𝐧 𝐒𝐲𝐧𝐝𝐫𝐨𝐦𝐞 [Sukuna y Yuuji AU GEMELOS]

˜"*°•.˜"*°• Capitulo 18 •°*"˜.•°*"˜

Sukuna y Yuuji, 11 años

Daba la impresión de que los meses solo se volvían peores conforme pasaban. Los gemelos cumplieron 11 años, pero aquel cumpleaños fue uno de los peores que han tenido hasta ahora.

Su abuelo había caído gravemente enfermo de la noche a la mañana, el mismo día que el cumpleaños de los gemelos, causando que Jin tomará más horas de trabajo para poder pagar los gastos médicos de su padre, mientras que Chosō adquirió más responsabilidades dentro del hogar. Ese mismo año el mayor de los hermanos se había graduado de la escuela, pero sus planes de ir a una universidad se vieron interrumpidas en favor de cuidar a sus hermanos mientras Jin no se encontraba en casa. Mentiría si dijese que eso no le molestaba, pero en ningún momento mostró signos de enojo, rabia o tristeza pese a la difícil situación en la que se encontraban actualmente.

Además tenía que ser realista, su familia no era tan adinerada como para enviarlo a una buena universidad. De todas maneras planeaba estudiar algo en un futuro próximo, buscaría un trabajo de medio tiempo y no dejaría que su padre pagase nada.

El hospital de Sendai no era para nada malo, pero eventualmente Jin decidió que era mejor mudarse a Tokio. Cuando dio esas noticias, Chosō pensó que lo hacía principalmente por él, para que pudiese estudiar tranquilo. Esta vez no pudo evitar mostrar su desacuerdo, teniendo una larga y exhaustiva discusión con él hasta que Sukuna y Yuuji se fueron a la cama a dormir. Sin embargo, al día siguiente parecía que habían solucionado el problema que Chosō tenía respecto a la repentina decisión de su padre.

Durante el desayuno, Sukuna preguntó si al final se iban a mudar a Tokio o no.

Jin sonrió, su mirada jovial y alegre había cambiado por completo a una más cansada, Yuuji incluso le mencionó a su hermano (en uno de sus raros momentos donde se encontraban tranquilos en presencia del otro) que papá comenzaba a tener las ojeras de Chosō.

—Anoche hablamos bastante, y hemos llegado a un acuerdo —dio un sorbo de su taza de café—. Si nos mudaremos a Tokio, no solo ayudará a que mi papá tenga mejor atención médica, sino también estaremos más cerca de Chosō una vez empiece la universidad.

Chosō levantó un dedo, señalando que quería decir algo.

—Viviremos juntos por un tiempo una vez lleguemos a Tokio, pero más adelante me buscaré un apartamento —mencionó. Sukuna levantó una ceja, mirándolo con curiosidad—. ¿Qué? No significa que ya no quiera vivir con ustedes, es solo que... —hizo una mueca, no estando seguro de cómo decir esto—. Bueno, será más fácil estudiar para mi sin tener sus gritos ni peleas al lado de mi habitación, ¿saben?

—Exageras —dijo Sukuna—. Yuuji y yo somos un deleite.

El mayor soltó una risotada, no esperando aquel comentario.

—Más bien pesadillas —murmuró detrás de su propia taza— ...Pero Yuuji si lo es, sin ofender.

Sukuna rodó los ojos, acostumbrado ya a que su hermano recibiera más cumplidos que él mismo. Yuuji sonrió avergonzadamente, no muy seguro de que decir al respecto.

—Lo que sea.

Jin rió suavemente, divirtiéndose con la interacción de sus tres hijos.

—En fin, haré todo el papeleo necesario y si todo va bien, nos estaremos yendo dentro de unos dos meses —continuó Jin—. No nos llevaremos muchas cosas, así que empaquen lo que crean que sea absolutamente necesario.

Pasaron así los siguientes meses, Wasuke (el abuelo) no había mostrado señales de empeorar, pero tampoco de que estuviera poniéndose mejor. Jin tuvo que vender la gran mayoría de muebles y electrónicos de la casa para poder arrendar un apartamento pequeño en Tokio, incluso sacando un préstamo del banco para poder pagar los demás gastos. Chosō ayudó lo mejor que pudo, siendo el mayor después de todo.