˜"*°•.˜"*°• Capitulo 27 •°*"˜.•°*"˜

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Megumi, 13 años

Con toda la sinceridad de su alma, Megumi odiaba con demasiada fervor la escuela. No era como si le estuviera yendo mal, para nada, sus calificaciones estaban en la lista de los diez primeros de año para la gran sorpresa de su familia. Cuando le mostró los resultados a su padre, murmuró sobre como "la inteligencia definitivamente lo sacó de su madre", lo cual provocó que Megumi estuviera en buen ánimo por un mes entero, sin interrupciones.

Toji rara vez hablaba sobre su mamá, pero cuando lo hacia, Megumi absorbía la información como una esponja. 

Pero no, no eran las tareas ni los exámenes lo que causaron su disgusto hacia la escuela, sino que los estudiantes que asistían en ella.

No sabia porque se convirtió en el blanco de sus compañeros, en especial los chicos. Megumi se consideraba normal, a decir verdad, nada de él resaltaba con demasiada significancia según su punto de vista. Claro, aquello exceptuaba su nombre y, aparentemente, su personalidad.

Kano lo dejó de molestar por un tiempo después del golpe que le dio en su primer día de clases, pero con los meses se unió al grupo que antagonizaba a Megumi con frecuencia. En un principio fue por su actitud callada, convirtiéndolo en un blanco fácil, pero pronto se transformó en más que eso. Los chicos lo envidiaban porque las demás chicas se interesaban en él más que en los otros, aunque Megumi nunca respondía a los sentimientos de ellas y siempre las rechazaba con mucha gentileza.

Aquello hizo surgir el enojo de sus compañeros, ¡habían muchas estudiantes lindas y aun así se atrevía a rechazar sus sentimientos! El drama de eso duró casi un año, pero Nobara lo defendía cada vez que alguien se atrevía a decir algo. 

Todo eso acompañado con la naturaleza de su nombre terminó con sus compañeros dándole apodos... no tan inocentes.

De esa manera, Megumi empezó a defenderse de la única manera que conocía; con los puños.

Es así como nos encontramos en el presente, con Megumi esperando a su padre en la oficina del director después de haber peleado a golpes con uno de sus compañeros después de que le haya dicho marica. Ni siquiera conocía el nombre del que le dijo así, pero no era el primero. 

El día estaba realmente aburrido y a pesar de que las clases de la mañana ya habían terminado hace un rato, de igual manera lo tenían esperando en la oficina debido a la regularidad de peleas en las que se estaba metiendo. Toji llegó una media hora después, escuchando al director con expresión en extremo aburrida hasta que ya tuvo suficiente, indicó a Megumi que lo siguiera y dejaron al director atrás estupefacto.

Camino a casa, Toji lo felicitó por haberle sacado la muela al chico. No tenía idea del porque Megumi peleó con él, pero imaginaba que su hijo tenía buenas razones para hacerlo. Sin embargo, igual le advirtió que intentara tener más paciencia, no quería tener que cambiarlo de escuela puesto que era demasiado trámite para su gusto.

Megumi asintió en respuesta.

Fue justo cuando ya estaban llegando a casa cuando vio a Nobara bajarse de un bus, en la parada cerca de donde vivía. Notó como ella estaba vestida con un conjunto que seguramente habrá visto en una de sus revistas, y se preguntó que habrá estado haciendo. No dudo en llamar su atención para que se acercada.

—Wow, ¿qué te pasó? —dijo Nobara al ver la hematoma que se estaba formando en su rostro.

—Ya sabes —se encogió de hombros— lo mismo de siempre.

—Que idiotas —Nobara rodó los ojos—, ¿al menos ganaste o qué?

—Deberías ver al otro —dijo, con una sonrisa satisfecha, repitiendo inconscientemente las mismas palabras que su padre solía decir cuando llegaba a casa lleno de hematomas y derramando sangre en el genkan—. Le saqué una muela.

𝐅𝐚𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐊𝐢𝐭𝐭𝐞𝐧 𝐒𝐲𝐧𝐝𝐫𝐨𝐦𝐞 [Sukuna y Yuuji AU GEMELOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora